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Palabras al aire
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Elijah.
— ¿A dónde vas? —repasé con mis ojos su cuerpo cubierto por el vestido de tirantes floreado, deteniéndome al llegar a sus ojos brillantes.
Su mano tomó el bolso de la percha antes de girarse por completo hacia mí. —Voy a ver a Emma.
— ¿Te llevo? —la duda parpadeó en sus ojos. Me puse de pie sabiendo perfectamente a donde iba con ello. —Te dejaré en la esquina y luego llegaré. —ahora su mirada se llenó de confusión haciéndome reír un poco. —Quedé de ir a verla hoy.
— No me dijo que tendríamos compañía. —hizo un ligero puchero. Mis pies caminaron hacia ella no queriendo esperar mas tiempo para sostenerla entre mis brazos. —¿Por qué no le decimos que estábamos en Heavenly y te ofreciste a llevarme? —sus manos se enredaron en mi cuello, tomando un poco de mi cabello en el proceso mientras la sonrisa se expandía en su rostro enmarcado por los lentes delgados que no había visto desde la fiesta de Jared.
— ¿Segura que esas serían palabras mías? —me burlé, sosteniéndola contra mí.
— Bueno, a veces no eres un dolor en el trasero. —se mofó. —Hoy podría ser uno de esos días donde por casualidad Elijah Brown no es un idiota con el resto del mundo.
Entrecerré mis ojos en su dirección escondiendo la sonrisa que intentaba salir. —No soy un idiota contigo. —aseguré, a pesar de que mis palabras eran todo menos ciertas.
— ¿Quieres que te recuerde las estupideces por las cuales me hiciste quedarme hasta tarde los primeros meses? —sus ojos brillaron con interés.
— Sin duda dejé una marca en ti. —mis manos fueron a su cuello, acercándose su rostro al mío. —Vámonos.
— ¿No tenías la reunión con Benson hoy? —me tensé cuando sus palabras llegaron a mí. Mentirle me estaba jodiendo, pero no podía decirle que mis reuniones últimamente no eran con Louis sino con el idiota de su padre dándome problemas.
Desde hace un mes de la reunión mi celular fue atestado con correos y mensajes por su parte y de Jeremy en busca de una reventa de las acciones, pero completamente en vano porque prefería perderlo todo a dejarles el camino libre.
Edward no estuvo de acuerdo conmigo, pero era algo que se le salía de las manos. Mi relación laboral con los Campbell ahora no tenía nada que ver con Brown Enterprise, razón por la cual ni el ni nadie tenía opinión sobre la manera como iba a llevar a la empresa del padre de mi esposa a la maldita banca rota.
Jeremy debió pensarlo muy bien antes de pensar en meterse conmigo. Hubiese sido mas llevadero para él solo joder a Edward, mi hermano ciertamente no perdía el tiempo en venganzas, pero yo sí que sabía invertirlo en ello sin descuidar mis otras obligaciones. Pude dejarlo pasar, pero esto se convirtió para mí en una cuestión de principal prioridad al momento en que supe lo que querían hacerle a Vanessa, y ni siquiera ella me iba a hacer cambiar de opinión.
Esos idiotas lo iban a pensar mejor antes de meterse en mi camino de nuevo.
— Tuvo que quedarse en Atlanta. —respondí, intentando lucir despreocupado. Su cabeza asintió en señal de comprensión y el alivio me inundó. Mantener la compra de las acciones en secreto fue todo un dolor de cabeza, a los ojos del mundo Louis era el nuevo inversionista, mas que todo porque fui persuasivo al tiempo en que hice que Joseph Campbell mantuviera la boca cerrada. Tenía mis motivos, pero no los dije. No cuando esas razones involucraban que no quería que su hija se enterara de ello.
Estuvo de acuerdo. Solo bastó decirle que sería la burla en todo el circulo cuando se enteraran que su intento de joderme acabó haciendo que perdiera su negocio.
— Quería ver a Josie, pero será cuando regresemos entonces. —se detuvo, colocando sus manos sobre mi pecho. —¿Cuándo volvemos?
— Dos semanas. —asintió. —Tengo que tomar el control mientras Edward no está, se lo prometí.
— Y Elena te mataría si les dañas el viaje también. —se burló.
— Ella es peor que su padre. —ambos reímos. Jacob Williams resultó ser uno de los mejores en lo que hacía y mi empresa lo agradecía. La renovación estaba a la vuelta de la esquina y también tendría que dedicarle tiempo a eso. —¿Qué sabes de tu hermana? —su sonrisa apareció.
— Me dijo que no dijera nada, pero me está comiendo el desespero. —sus ojos brillaron con emoción. —¡Está embarazada! —mi sonrisa quedó a mitad de camino, mi rostro siendo ocupado por la confusión. —Sí, yo también puse esa cara.
— ¿Quién es el...—sus ojos se entrecerraron en mi dirección esta vez —afortunado?
Sonrió ampliamente. —Se hizo un tratamiento.
— ¿Me estás diciendo que lo va a criar sola? —asintió. —Bueno, tendremos al próximo modelo de Calvin Klein en la familia si es por ella. —me burlé, ganándome un golpe en el pecho por su parte. —Oh vamos, de ser una niña la veremos en certámenes y esa mierda antes de que tenga oportunidad de poner un pie en la escuela. —me reí. —Me odia y el sentimiento se comparte, pero dile que dije enhorabuena. —asintió. —¿No vamos?
— ¿Muchas revelaciones por hoy?
— ¿Me dirás que ya hay un futuro mini Elijah en camino? —sacudió la cabeza, de repente sorprendida y emocionada por mis palabras. —Entonces sí, cariño. —besé sus labios apenas tocándolos. —Demasiadas revelaciones por hoy.
Salimos del edificio llegando al parqueadero en cuestión de minutos. Vanessa se mantuvo durante unos cuantos, intercambiando un par de palabras con el portero de casi veinte años sobre el pequeño animal a sus pies, mirándome en silencio con cara de animalito ansioso cuando lo vio.
Tuve que esperar unos cuantos también mientras intentaba convencer al chico para que se lo regalara, pero fracasando en el intento. Ni siquiera los miles de ruegos de esa bella mujer produjeron efecto alguno en el joven con el gato a su lado. Gracias a Dios porque no solo los odiaba, sino que era alérgico a ellos.
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Editado: 18.08.2024