Abril, 26. 05:23.
Bella
Leo la "carta" por onceava vez. Y digo carta entre comillas porque a dos frases que no tienen sentido alguno, no es ninguna carta para mi. Ni para nadie con juicio alguno. Miro a Nora al otro lado del escritorio donde está sentada con la mirada puesta en su ordenador. Quiero gritar de frustración pero me contengo, y con toda la charla que hemos tenido hace un rato me está entrando un dolor de cabeza, bueno más bien una migraña que te cagas. Es bueno que nos hayamos apartado al desván donde solo sabemos de su existencia Nora, Allen y yo. Ya que aquí tenemos todo como si fuésemos empresarias o algo así. Me reiría si no fuera por mi dolor de cabeza.
Tenemos desde dos tipos de pizarras, que están escritas enteras con nombres, los cuales solo conozco unos pocos, tenemos una mini nevera llena de comida y bebida, ordenadores, tablets, y dos escritorios con tres sillas en cada uno, unos sillones de cuero, un sofá cama y una pequeña mesa enfrente de este.
Se podría decir que solo se de su existencia desde hace pocos días, ya que Nora lo tenía montado incluso antes de que llegásemos y con Allen ha estado aquí bastante tiempo encerrada, buscando a mi hermana con sus contactos. Y, intentando sacarla de ese compromiso sin ningun problema. Osea, que no la maten cuando deje al mini Ricky-ladrón de hermanas-.
Dejó el papel sobre su escritorio y Nora levanta la mira de su portátil, me fijo en sus ojos rojos y hago una mueca. Después de nuestra fantástica conversación en grupo casi todo se lanzaron a por Nora, bueno más bien le han hecho la ley de hielo. Menos Allen, yo y Álex. Pero preferiría que Álex incluso le hubiese hecho la ley de hielo. Todavía recuerdo sus gritos, al principio pidió hablar con ella en su habitación, estuvieron un buen rato discutiendo, bueno no discutiendo sino Nora escuchando sus gritos y casi ni poder hablar, ya que mi hermano le gritaba incluso más fuerte cuando lo intentaba. Asique simplemente supongo que se rindió y dejo que le gritara tan alto que incluso lo escuchamos en la sala.
Apartó la mirada de la suya y me fijo en Allen que está en su ordenador de mesa porque según él son mejores que los portátiles. Veo la pantalla que está en negro y con muchas palabras que no entiendo, frunce el ceño a la pantalla y teclea sin siquiera mirar al teclado. Miro alucinando como mueve los dedos tan rápido que me mareo, joder, yo ni viendo los movería tan rápido. A saber donde habra aprendido es tecnica.
-Estupidos, tiene un buen programador. Suerte la suya, pero aun así yo soy mejor.-masculla y sonrió sin poder evitarlo, él ego de Allen simplemente es increíble cuando se trata de ordenadores.
-Bella, podrías tachar a Joseph Hilux de la pizarra.
-Si, claro. Tampoco es como si tuviera otra cosa que hacer.-digo levantándome y llendo a la pizarra, que se encuentra encima de una mesita. Sin poder evitarlo miro por la pequeña ventana de cristal, se pueden ver perfectamente las estrellas. Es tan difícil verlas en la ciudad, si consigues verlas claro está. En mi ciudad casi ni se veían, si veis una estabas bien servido, en cambio aquí tienes unas vistas espectaculares. Se ven tan claras. Salgo de mi estupor para coger el bolígrafo para tachar el nombre de la dichosa lista.-¿Y se puede saber porque lo tachamos?.
-Porque está muerto y ya no es de ayuda. Por lo menos no para mi.-Me paralizó cuando estoy por tacharlo de la pizarra y por ello de su infinita lista. Está muerto. Es decir, muerto...muerto. Me fijo en la pizarra, que ahora que me doy cuenta un cuarto de los nombres están tachados. La gente
-¿No lo habrás matado tú, no?-Digo mientras me giro a mirarla todavía con él boli en mano. Ella levanta la vista de su portátil para mirarme, me mira, me mira... y me sigue mirando pero no dice absolutamente nada. Siento mi corazón latir con más rapidez, mientras su mirada se mantiene fija en la mía. ¿Acaso Nora a matado alguna vez?. Es decir, tengo una amiga narcotraficante/asesina/adora libros. En qué clase de mundo vivo, desde cuando un asesino ama leer y tiene diecisiete años. ¿La conozco realmente? Una de mis mejores amigas me ha mentido durante toda nuestra amistad, pero aún así quiero pensar que lo que hemos vivido todas juntas, las cinco, es real. Tiene que serlo.
-No se si sentirme un poco dolida. Haber tu crees realmente que mate a Joseph Hilux,-me mira y dice lentamente como si hablara con un niño pequeño- era mi amigo aparte de mi socio. Mío y de mi padre, prácticamente éramos éramos familia. Así que si quieres una respuesta más clara no, no maté a Joseph Hilux. Y me preguntarás quién lo a hecho supongo y yo solo puedo responderte que cuando andas metido en el tema de traficar con grandes cantidades de drogas tienes un gran porcentaje de buscarte enemigos. Pero no los enemigos del Instituto con los que idiotamente te peleas, no estos van en serio, si eres un problema para ellos y no te cuidas las espaldas está muerto. Él me ayuda a buscar a Claudia cuando todavía no sabía de su paradero, y me e enterado porque le e mandado un correo y me ha contestado su hijo, murió hace dos semanas, un tiro en la cabeza por si sientes curiosidad. Y esa lista no es por la gente que estoy matando, es por la gente que conozco y sé que me ayudara con el problema de tu hermana. Los que están tachados son los que ya no pueden ayudarme o los que no quieren hacerlo Ricky es un tío poderoso. Yo realmente si no fuera por ti ni me metería con él, ese tío no dudaría ni en matar a su hijo si con eso crece su negocio con eso te lo digo todo.