Hasta Encontrarnos [agosto]

2

Aún  continuaba procesando que él se encontraba aquí, sentí un pequeño cosquillo que recorrió todo mi cuerpo— aún nos continuábamos mirando— al parecer él no se notaba sorprendido  ¿Acaso él sabía que yo también estudiaría aquí?, preferí no hacerme ninguna ilusión.

—Real mente lo siento—. Se volvió a disculpar la chica, la cual se me había olvidado que se encontraba ahí.

Aron se acercó asta ella y le entrego una servilleta para limpiarse y después ami me entrego una.-Gracias— le respondí.

—De  nada  Mili—. Sonrió.

La chica frunció el  gesto al escuchar que él me llamaba por mi nombre.

—¿Mili?—. Remarcó mi nombre con cierta molesta y se cruzó de brazos.

—Si ella es Mili no recuerdas que la conociste en mi graduación—. Trato de explicarle.

—AAA si Mili—. El tono de molestia era evidente en su voz, y yo me incomodé un poco.

La miré por unos instantes y pude detallarla mejor. Sus ojos son de un verde claro con un toque de café muy lindo sus cejas perfectamente perfiladas le dan una mirada más tierna, su cabello  rubio que le llega debajo de la mandíbula  le hace ver la piel más blanca y marca más sus facciones.

—Tú eres Cala, si bien recuerdo—.  La miré, pero esta vez tenía los ojos un poco más oscuros y puestos en mí.

—Si— se limitó en responder.

Sentí el ambiente un poco tenso, pero era por la forma en que ella me miraba y trataba de fulminarme con la mirada.

—Bueno-Hable incómoda—. Un placer volver a verlos—. Continúe caminando tratando de alejarme lo más pronto posible.

Al llegar a mi salón sentí como mi pecho se me salía, por lo rápido que había caminado para alejarme de ellos. Tome asiento en una de las bancas que estuviera lo más alejada de ser el centro-Algunas cosas nunca cambian—, así que opte por sentarme en la ante penúltima.

El lugar comenzaba a llenarse y todo iba bien hasta el momento de las presentaciones - mis nervios volvieron— Era el momento de presentarme enfrente de todos ellos, antes de todo tome un fuerte respiro y me levante.

—Hola—. Sentí como mis mejillas se ponían rojas—. Mi nombre es Mili Cortés Wilson... mmm... Tengo dieciocho años... Me gusta pintar... Mm... So eso todo.

—Que lindo nombre—. Se escuchó una voz varonil, Mire ala dirección de donde provino eso, y mire a un chico, estoy segura de que ahora debería estar como tomate.

—Bienvenida Mili—. Hablo el maestro y yo volví a tomar asiento.

Al terminar las primeras clases, salí corriendo de ahí, ya que tenía que moverme al siguiente salón que estaba justo del otro lado de donde me encontraba, si quería llegar puntual tengo que acelerar mi caminata.

Al final no sirvió de nada caminar rápido, porque llegue tarde y tuve que sentarme hasta el fondo, bueno no me queje del lugar, solo del sermón de puntualidad que tuve que escuchar.

—¿Tú eres Mili?— Me pregunto el mismo chico que había dicho que hizo que me ruborizara enfrente de toda la clase.

Y ahora que lo tenía más cerca pude detallarlo, sus ojos son de un tono gris con unos toques azules, su cabello es de un café tipo almendra, la mandíbula muy pronunciada, sus labios son rosados y un poco anchos podrías besarlos y un cuerpo que nota que se ejercita...

Mili concéntrate— salí de mi trance.

—Si, ¿y tú eres?—. Sonreí como idiota.

—Cole Green, mucho gusto—. Extendió su mano ofreciéndomela para que la estrechara y yo la acepte más que encantada.— Alguna vez te han dicho lo linda que eres— Volví a reír como idiota.

Después de charlar con él un poco, al final aceptar ir por un café al término de la clase decidimos centrarnos en la clase, pero noté que él me miraba disimuladamente esperando y no lo notara.

Nos dirigimos a la cafetería del campus para charlar un poco más y conocernos. Todo el momento que estuve con él es muy agradable, al final me entere de más cosas sobre él, como que es de segundo año y está recusando la clase porque tuvo problemas con su anterior maestro, también que vive en un departamento muy cerca de la universidad.

La pasé bastante bien hasta con el que ofreció llevarme a casa, aun cuando le dije que quedaba bastante cerca y no era necesario.

Caminamos hasta su auto, y él condujo a la pensión. Cuando estuvo enfrente de ella paró el auto y me miro un momento.

—Gracias por traerme y por el café—. Trate de abrir la puerta para bajar del auto.

—Espera—. Me detuvo— El viernes habrá una fiesta en casa de mi amigo, por el inicio de las clases y me gustaría que vinieras, claro si quieres—. Esbozo una sonrisa.

—mm... claro si—. Me despedí de él y salí de su auto.

Mientras entraba a la pensión estaba feliz porque hoy fue un gran día después de todo, tenía plantada en mi cara una enorme sonrisa, pero se esfumó al ver salir a Aron de una de las habitaciones.

—Hola— Salude a Samantha. La cual se encontraba en la recepción mirando videos de gatitos.

Mi mirada se cruzó con la de Aron, mientras yo me recargaba en la recepción y él se plantaba a mi lado, su brazo alcanzo a chocar con el mío y un extraño hormigueo recorrió mi cuerpo.

—Hola— respondió ella mirándome—

—Hola, Sam—. La saludo él, espera ¿acaso se conocen?.

—Hola—. Le respondió, limitándose a mirarlo —¿Qué sucede?—. Me pregunto a mi

—Solo quería informarte que no sirve la calefacción, ¿Podrías mandar a alguien a que la revise?.

—Yo lo aré—. Hablo él.

—No creo que sea necesario, ella llamara a alguien, pero gracias—. Le corté de inmediato.

Samantha checo algo en su computadora y después llamó por teléfono, por su cara sabía que no me gustaría lo que diría.

—El encargado está enfermo—. Sonríe en forma de disculpa y miro a Aron.

—Bien yo lo aré—. Aron comenzó a subir las escaleras amén dirección a las habitaciones.

—Pero que—. Bufé mientras él seguía subiendo las escaleras.




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