De un lado hacia el otro.
No podía parar de revolverme en la cama. El dolor iba aumentando conforme minutos pasaban bajo la luna.
- Dan... - dije en voz baja la vez que me encogía abrazando mi barriga.
- ¿Q...que? - habló él con algo de dificultad.
- Me encuentro muy mal - comenté.
- Yo también - dijo este.
Sin más, mi cuerpo empezó a contraerse y hacer que aquel líquido agrio subiera por mi garganta. Con rapidez, salí de lo que era nuestra "cama" y me dirigí hacia el baño donde, una vez allí, lo solté todo.
Nuestros cuerpos no estaban acostumbrados a comer tantísimo y de tanta variedad como habíamos hecho hoy...y eso nos estaba pasando factura...
Para colmo, me sentía completamente mal por echar toda esa comida ya que...era un increíble regalo por parte de los chicos...fue por eso por lo que quise aguantar lo máximo posible pero, en el último momento, mi cuerpo no podía más.
- ¿Estás bien? - preguntó mi amigo a la vez que se acercaba.
- No vengas - le dije a la vez que estiraba mi mano para decirle que se detuviera.
- No es la primera vez que te veo vomitar - habló con total normalidad.
Se acercó hasta mí y me recogió el pelo a la vez que me daba pequeñas palmadas en la espalda.
Minutos después, conseguí calmarme y que mi cuerpo se relajara en cuanto me eché agua en la cara.
Parecía que el drama en el baño había acabado, pero entonces fue el turno de Daniel. Al parecer, y al igual que yo, no pudo aguantar más y terminó echándolo todo. Tal y como hizo él, me acerqué y le di palmaditas en la espalda a la vez que intentaba tranquilizarlo mojando la palma de mi mano y acariciándole la nuca y cuello.
Situaciones como estas son bastante comunes para nosotros...pues cada semana sufrimos diversas heridas, malestares...entre otros.
Una vez todo se solucionó, volvimos a la cama donde, poco después, nuestros cuerpos se consiguieron relajar por completo y pudimos dormir con tranquilidad.
****
Llegamos a casa después de cenar con Kim Mary y Lee Daniel y nos pusimos a hacer lo típico por la noche: ducharnos, preparar la cena, cenar, ver alguna película o serie o jugar, otros hacían algo que tenía que ver con la empresa y con la música y, otros, preferían ir a dormir nada más terminar de cenar y recoger la mesa...todo dependía del día y las ganas que tuviéramos.
- ¿Cómo va todo? - le pregunté a Changbin, quien siguió el proceso desde un portátil en casa.
- En general, bien, tal y como ayer - dijo - Lo que me extraña es que...siguen en la empresa.
- ¿Si? - dije sorprendido a la vez que me asomaba y vi que seguían ensayando - Ya es muy tarde como para seguir practicando.
Ante eso, Changbin se encogió de hombros.
- Cada empresa tiene sus normas, supongo - habló.
- Pues sí...supongo - dije - Voy a ducharme, ¿vienes? - le pregunté.
- Ahora iré - respondió mientras seguía revisando aquello.
Cuando entré al baño me encontré a un Jeongin y un Han jugando a las peleas tal y como los trajo su madre al mundo.
Fue raro...pero increíblemente gracioso.
Me duché y salí para preparar la cena junto con Minho...aunque no es que se me diera muy bien cocinar, podía acatar las órdenes de nuestro chef.
Estaba pelando patatas cuando escuché a Changbin llamarme.
- Ahora vengo - le avisé a Minho
- Sin problema - respondió este a la vez que removía el caldo con verduras de la olla.
Fui hasta la habitación en la que se encontraba y lo vi muy concentrado en el video.
- ¿Por qué están preparando otra vez esa especie de "cama"?
Me asomé a lo que decía y, en efecto, volvían a dormir allí.
- ¿Por qué no vuelven a casa? Deberían descansar bien...tampoco es como si hubiera algún evento importante y tuvieran que estar al 100% en los ensayos.
- Ni idea...mañana hablaré con ellos - respondí sin saber el porqué de su gran apego a la empresa.
Hasta aquí el capítulo de hoy ¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
¡Muchas gracias por todo el apoyo! ¡Nos vemos en otras historias!
AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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♡¡Hasta pronto!♡
Editado: 07.03.2024