Hasta que la muerte nos separe

Capítulo Tres: La Trampa Tendida

La tensión en la estación Carchi alcanzaba su punto máximo. Ana y Juan se reunieron en secreto en la misma colina donde habían discutido su pacto.

Mientras tanto, la luna llena iluminaba la escena, añadiendo un toque de misterio al encuentro. 

Ana: (con voz temblorosa) Juan, no podemos seguir escondiéndonos. Los cazadores están cada vez más cerca. ¿Has encontrado alguna forma de romper el pacto? 

Juan: (frunciendo el ceño) Ana, he buscado incansablemente una respuesta, pero la muerte es implacable. No sé si hay una salida.

En ese momento, un ruido en la distancia los alertó.

Se giraron y vieron a los cazadores de vampiros, liderados por un hombre de aspecto cruel. 

Líder de los cazadores: (con una sonrisa siniestra) ¡Ah, aquí los tenemos! El inmortal y su amada

Ana: (susurrando) ¡Juan, debemos escapar! 

Juan: (resuelto) No, Ana, enfrentaremos esto juntos.

Huir solo atraerá más atención.

Los cazadores se acercaron rápidamente, rodeándolos.

El líder desenvainó una espada reluciente. 

Líder de los cazadores: (burlón) El fin de la línea, Juan.

No hay escapatoria. 

Ana: (con determinación) No lo permitiré. (Levantando la voz) ¡Deténganse! Juan quiere romper su pacto con la muerte. ¡Está dispuesto a dejar atrás su inmortalidad!

Los cazadores se miraron entre sí, dudosos.

El líder vaciló por un momento. 

Líder de los cazadores: (murmurando) ¿En verdad? 

Juan: (serio) Es cierto. Haré todo lo que esté a mi alcance para poner fin a este pacto oscuro.

La tensión en el aire era palpable. Los cazadores estaban al borde de la decisión, pero algo más se escondía en la sombra, observando.




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