Capítulo 3 Liorna

Liorna

Subí despacio  en medio de la penumbra de la noche, por miedo a que Raquel se despertara y me viera entrar en las condiciones que estaba, no tenía ganas de remembrar lo ocurrido, semejante acto desprovisto de astucia y sigilo me tenía muy preocupada, en qué lugar estaba mi  cabeza en ese momento, me había expuesto y la causa aunque loable me puede costar mi tranquilidad.

Entré a la ducha para quitarme toda la mugre que me había cargado encima, pereciera que me hubiera revolcado en una montaña de hojas, tenía por todos lados, mientras me bañaba revise mejor la herida de mi mano que aun sangraba, era profunda  y no la podría ocultar de Raquel,  así que utilice ese poder que mi madre hace mucho tiempo me pidió ocultar de todos,  solo Raquel lo sabía y mi madre confiaba mucho en ella. Concentre mi energía espiritual en ese punto y rápidamente sentí como mi columna vertebral me empezaba hormiguear a la vez que algo frio me recorría el cuerpo llegando hasta donde estaba la herida, esta se empezó a cerrar ante mis ojos, ¡vaya! tenía tiempo que no hacía esto, ya se había olvidado la sensación tan fascinante que provocaba.

Con mi herida totalmente sana, Salí del baño en bata y mientras me estaba peinando mi radar de bruja se activó, alguien me estaba observando, ¡no puede ser! de nuevo esa sensación de angustia que me ha perseguido durante tantos años, mi madre siempre decía que nuestra intuición era muy poderosa y que debía confiar en ella, desde niña le llame mi radar, me gustaba como sonaba.

Después que me quedara sin nadie que respondiera por mí, fui llevada a ese orfanato donde nació ese miedo que me ha acompañado desde entonces. Sentía que me perseguían que me observaban, y aunque en el orfanato los sistemas de seguridad eran muy estrictos  siempre estuve alerta, aunque no sepa la razón de que mi madre me protegiera tanto, asumí que era también la razón de este sentimiento. Vivía cada día pensando que querían matarme, pero no eran solo sospechas ya que me habían amenazado de muerte varios de los familiares de las personas a las cuales mi padre arrebato la vida, aunque de él no volví a saber nada oficialmente, pero me las arreglaba para  escuchar los comentarios de los pasillos de los profesores y decían que además de los crímenes que había cometido, se buscaba por crear una secta donde se dedicaban a recolectar y poner en práctica los secretos más oscuros de la magia  para tener el control del mundo y  poder vengarse de los humanos. Cabe explicar que mi padre poseía un rencor muy profundo hacía estos ya que en la época  de la inquisición destruyeron completamente  a toda su familia, solo quedo un solo miembro vivo del cual él descendía, después de esto la familia Akerman perdió el prestigio del cual gozaba en ese entonces y muchos de los grandes poderes que esta familia poseía no se volvieron a manifestar jamás, incluso mi padre aunque muy diestro en el uso de la magia no poseía ningún poder especial aparte de él don mágico que practicamos desde que nacemos, el tiempo que estuve con él siempre decía que no debíamos escondernos como ratas, éramos superiores a los humanos y lo podíamos acabar cuando quisiéramos, creo que eso es lo que más quiere. En fin mi vida es un misterio, las demás personas saben más de mí que yo misma.

Me recosté en mi cama para calmar un poco el miedo que sentía, como Raquel había dicho, esta casa tenía salvaguardas y nadie podría entrar, pero aun así el sentimiento seguía ahí, y este miedo trajo consigo el recuerdo de una experiencia muy extraña en el orfanato donde mi miedo se volvió real, tan real que me dio una advertencia.

 Nos habían llevado de excursión a una montaña, pero como era de costumbre un grupo de chicas empezó a molestarme y a tratarme mal, así que me separe del grupo sin perderlo de vista, estaba bastante lejos cuando divise bajo la sombra de un árbol un objeto muy extraño que brillaba, era de color purpura y tenía un símbolo de una triquel en su interior, lo sabía por qué este mismo lo tenía en mi espalda como marca de nacimiento,  representa el poder de las tres grandes fuerzas de la naturaleza fuego, mar y aire, mi madre uso un hechizo para esconderlo, decía que el portador de esa marca estaba destinado a poseer la magia que este traía consigo pero nunca me dijo más, se llevó ese secreto a la tumba como muchos otros.

Me acerque y tome la esfera en mis manos, al hacer esto una luz empezó a salir y en un centellazo que me cegó por un instante  se adsorbió completamente en mi mano causándome un gran dolor acompañado de múltiples visiones en las cuales la desgracia estaba presente, muertes y persecución, especialmente a mí, pero mientras esto ocurría una voz en mi cabeza decía estas palabras, que hasta el día de hoy no he logrado darle un significado. Busque e investigue en muchos lugares pero en el mundo mágico nadie supo darme razón de esto

“descendientes de los way, manantial puro que brota de tu corazón, encuentra los símbolos sagrados, antes que la oscuridad atrape su resplandor, domina las siete magias y destruye al desertor que busca corromper las almas perdidas en el xilbalbá”