Heradise: Redención

IV. Búsqueda de Redención

 

En Gilius, Pandora y Rainer permanecían en combate contra los comandantes de Calamidad, Roux y Xhayn. Rainer atacaba a Xhayn sin compasión ni descanso, deseaba venganza contra él, solamente así, sentiría paz en su interior. Pandora, por otro lado, mantenía combates a distancia con Roux, ella se especializaba en hechizos y ataques a distancia, no tenía ninguna intención de permitirle a Pandora que se acercara con su espada. En aquella oficina con una hermosa vista a las calles de Ephany, no había ningún ruido que no fuera el de los ataques de aquellos cuatro. Pandora deseaba librarse lo antes posible de Roux para ir a por su hija, pero era difícil que Roux perdiera contra ella en esas condiciones. Debía ser más lista, lo más importante, era cortar distancias.

Rainer, estaba perdido en sí mismo, la ira y la venganza conmovía su corazón y solamente pensaba en matar a Xhayn. Él por su parte obedecía las órdenes que Calamidad le dio, hacer tiempo, nada más.

Rainer parecía atacar sin pensar y analizar, pero él mantenía la mente fría, usaba su corazón y lo forjaba con su mente para ser su mejor arma. Atacaba con todo su dolor y analizaba sus oportunidades para destruir la defensa de Xhayn. Fue gracias al control de sus emociones, que pudo vencerlo. Con el pasar de los minutos, descubrió el punto ciego de Xhayn entre golpe y golpe. Xhayn intentó atacar directamente con la hoja de la espada y Rainer esquivó el corte de tal manera que pudiera atrapar a Xhayn en una llave y presionarlo contra el suelo con un firme agarre.

—No, no lo harás.

Rainer previó que Xhayn intentaría huir tras desaparecer y cubrió el cuerpo de ambos en llamas. Tras muchos años con sus elementos, era inmune a los efectos que estos pudieran tener en los seres vivos, él no podía quemarse y tampoco podía ahogarse, así era con Dante y su oscuridad.

Rainer se aseguró de quemar vivo a Xhayn y que diera su último respiro en vida. Al acabar, se sintió más relajado consigo mismo, sentía que el fantasma que lo perseguía había desaparecido.  

Roux y Pandora reaccionaron al constante brillo de las llamas azules de Rainer y detuvieron su combate para ver el desenlace. Pandora quedó sorprendida de lo que había hecho su compañero de labor, y Roux no dudó en escapar con el cuerpo incinerado de su compañero. El domo desapareció y se generó un silencio incómodo entre ambos, especialmente para Rainer.

—¿Puedes explicarme qué pasó entre tú y ese comandante?

Pandora intentaba hablarle con cariño, pero seguía sorprendida por sus acciones.

—Es difícil de explicar…

Rainer empezó a rascar su nuca con nerviosismo mientras organizaba sus ideas.

—Espera… ¿por qué ellos decidieron atacarnos aquí? ¿Por qué únicamente a nosotros? Bellger.

Pandora unió los cabos sueltos y voló al Gemrost con Rainer a rastras. No le tomó bastante a Rainer para darse cuenta de lo que ocurría, estaba tan sumido en el combate que olvidó totalmente lo que podía ocurrir en otro lado. Con la misma preocupación de Pandora, se soltó del agarre y voló con ella a Bellger.

A diferencia de ellos dos, Konan y Caín salieron victoriosos del ataque de los comandantes Sitara y Zyphon, la asesina y el arquero. Ambos pudieron vencerlos al combatir unidos y los atraparon antes de que pudieran escapar. La habitación estaba dañada, todos los muebles y detalles decorativos estaban destruidos y esparcidos por todo el suelo como muestra del combate. Para ellos, fue una victoria, pero no lograría opacar la pérdida de Dante para los demás. Caín, era consciente de lo que sucedió paralelamente en Bellger. Le molestaba que las cosas tuvieran que suceder de tal manera.

—Esto es un pequeño avance, Lady —comento Caín—, pero es un avance opacado por la pérdida de nuestro héroe.

—Supongo que estaría de más preguntar por qué permaneciste callado.

—No debemos destruir el futuro que ya está forjado. Los gigantes de Terra poseyeron la misma sabiduría y no hicieron nada para evitar su trágico final.

Konan supo respetar los planes del concejal y no dijo nada más respecto a ese tema. Lo más importante en ese momento, era aprisionar a los comandantes que yacían inconscientes en el suelo. Konan sentía en su corazón que ambos podrían ser poderosos aliados. «Nunca es tarde para brindar una segunda oportunidad.»

 

 

En Bellger, Devika permanecía sentada a orillas de un árbol en el bosque de las hadas, vestía nuevamente su vestido oscuro y escuchaba con dolor el trágico llanto de la joven Angeline. Nyroh permanecía dormido en sus piernas y acariciaba lentamente su cabello anaranjado, mientras las hadas que recién se liberaban, volaban alrededor de ambos, esperaban ansiosas que Nyroh despertara.

—Dentro de poco despertará.

Comentó a las hadas con una pequeña sonrisa que brindaba confianza a las pequeñas e inteligentes criaturas. Y se sumió en el silencio. Su cabello albino ondulaba con las suaves brisas que lograban filtrar entre los robles y provocaba cosquillas en la nariz de Nyroh, hasta despertarlo abruptamente de su sueño.

—¡¿Qué pasó?! ¡¿Cómo acabó todo?! ¡Debo irme!




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