Al llegar el viernes, después de cenar Tom les informó a sus amigos que tenía que salir, pero volvería pronto. El joven tomó una carpeta larga de pasta dura y salió. Luis decidió seguirlo de incognito, fuera de los dormitorios alzaba la vista para buscarlo en la oscuridad. Una persona salió de detrás de uno de los árboles del sendero.
—¿A dónde vas? ¿A defenderlo? Ya lo tenemos, ¿sabes?
—Lucas —llamó Luis al dragón al distinguirlo en la penumbra—. ¿¡A dónde lo llevaron!?
—No quieres saberlo.
—¡Dímelo! Al menos por la amistad que creo que aún hay entre nosotros —rogaba Luis.
—Sólo por eso, sólo porque todavía creo que eres mi amigo. Ven conmigo. —Lucas lo llevó hacia una zona oscurecida de la Academia, un terreno entre el comedor y el edificio de clases C.
—¿Dónde está? —Al poco tiempo Luis notó que algo estaba mal.
—Déjame te digo, Luis. Habíamos hecho todo esto de la forma incorrecta; es mejor ir por lo que a la víctima más le importa.
Al término de las palabras de Lucas salieron varios cadetes, de izquierda y derecha que eran las únicas zonas abiertas.
—¿Qué significa todo esto? —preguntó Luis.
—Lo siento mucho, amigo, espero puedas comprender. Esto lo hacemos por tu bien a futuro y el de todos en la Academia. Tú serás el mártir.
—Lu-lucas, creo que comprendo. —Luis se colocó en posición de pelea—. ¡Vamos! Si lo que quieren es que los destruya lo haré si con eso puedo proteger a mi amigo. ¡Cobardes!
—¿A dónde se fueron tus neuronas, Luis? ¿Por qué lo defiendes? —exigió saber Lucas carraspeando la voz.
—Porque yo sé lo que es estar deprimido ¡llorar por cualquier jodida cosa! Protegeré al que me necesita, así como tú lo hiciste conmigo esa vez.
—¡Qué sentimental eres, Rivera! —se burló uno de los cadetes—. Takeda, hemos distraído al vigilante, las cámaras están cubiertas.
—Comencemos. Recuerden, lo suficiente para que no despierte a tiempo y nos delate, sin matarlo si no es mucho pedir.
—¡Vengan malnacidos! —advirtió Luis decidido.
Luis sabía que estaba en desventaja, eran más de diez los cadetes que habían aparecido y su estado mental después de la traición de Lucas no era el mejor. Los cadetes se abalanzaron contra Luis quien respondió el ataque, regresaba y evadía cuanto golpe podía. Luis fue capaz de someter por él mismo a dos de los abusadores. El resto no se inmutó y siguió con el asalto.
Mientras tanto, Tom se encontraba en la oficina de Miranda, un curioso hombre estaba con ellos y con paciencia revisaba el portafolio de Tom.
—Lo tienes, tienes el talento y la capacidad. —El hombre dejó con calma el portafolio—. Por supuesto, te falta entrenamiento, pero para eso es nuestra institución.
—¿Oíste, Fields? —Miranda sonrió con una vibrante alegría.
El cadete sonrió en reflejo asintiendo.
—Además, señorita capitana, agradezco que me haya permitido entrevistarme con el chico primero. Cuando un alumno entra por recomendación de un alto cargo regularmente no nos dan ni una muestra de su habilidad, se ve que su padre y usted son de otra clase. De hecho, chico, deberías sentirte muy orgulloso, es la primera vez que el teniente general Herman Will recomienda a alguien para entrar con nosotros.
—Le estoy bastante agradecido, también a la capitana Will y a usted por su tiempo. Entonces, ¿estoy dentro?
—Claro que sí. Estarás el próximo semestre con nosotros como estudiante residente. —El profesor sacó su móvil—. Te acabo de mandar todos los requerimientos, papelería y demás que me imagino deben tener aquí. Será cuestión de que nos transfieran el archivo.
—Por eso no se preocupe, me encargaré personalmente de enviarlos en cuanto termine el semestre —dijo Miranda.
—¿Esta es la fecha de entrada propedéutica? —preguntó Tom al revisar la recién llegada información en su móvil.
—Así es. El propedéutico es como un campamento de verano. Es muy importante porque sirve para la integración de los alumnos.
—Es la siguiente semana al terminar clases aquí.
—Parece que no tendrás vacaciones, un pequeño precio a pagar —lo compadeció Miranda.
—No importa, no desaprovecharé esto, aun si implica quedarme sin vacaciones.
—Esa es la actitud, joven. Tu nombre completo era…
—Alan Thomas Fields.
—Mucho gusto, Alan Thomas. Esperamos tu papelería y la solicitud que también envié. Te esperamos el domingo previo, ¿de acuerdo?
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Editado: 07.11.2024