Hereus

...

Un ruido familiar lo despertaba de su sueño, la alarma del despertador le indicaba que era hora de ir a la escuela, se levantó con tranquilidad para proceder a vestirse en su cómodo baño, poco después se trasladó a la cocina, el rincón más lindo y mejor cuidado del pequeño departamento, con su corta barra de madera oscura, los cajones bien acomodados y un refrigerador variado, el día pintaba ser bastante aburrido si no fuera por su lección extra curricular de pintura, la única actividad que podía sacarlo un poco de la vida rutinaria tan aburrida y agotadora.

Caminó unas cuantas cuadras abajo hasta llegar al metro, donde subió tranquilamente envuelto en la música de sus audífonos, evitando el bullicio del resto de la sociedad que iba atormentada de pensar que podrían llegar tarde a pesar de la falta de rayos de la mañana haciendo notar que era muy temprano aún, al llegar a su estación regresó a la caminata por unas pocas cuadras más a la escuela, un instituto de bastante prestigio en el cual su beca artística tomaba gran importancia dentro de su estancia, atravesó las puertas azules hacia el edificio principal, analizando los elegantes detalles que adornaban las paredes abiertas, el candelabro del salón principal y los pasillos exteriores que guiaban a los casilleros, evitando cualquier tipo de plática externa que interrumpiera su camino por sus libros, abrió el casillero observando el horario y buscando los materiales correspondientes cuando un ruidoso golpe a su lado le obligó a voltear.

-Dan...¿Qué clase toca?- Lo miraba Ethan con una sonrisa tonta, el amigo más cercano que ha tenido desde su ingreso, extraño, tomando en cuenta que era todo lo contrario era complicado creer su amistad, Ethan tan deportivo, destacado miembro del equipo de football americano escolar, de buen aspecto, social y malo para las artes plásticas.

-Historia...- Rió un poco al ver su reacción alegre tan exagerada, podría ser el perfecto estereotipo del alumno popular y hueco, pero no evitaba su pasión a la historia y cultura, así como demostrarle al mundo su pasión.

-De hecho tengo un par de preguntas que...- Ethan calló por unos segundos, confundiendo a Dan. -Mira quien llegó-

Volteó para observar a una chica bajando de un auto negro bastante lujoso, -¿Angela Awater?- acomodando los leves rizos de su cebellera negra mientras caminaba sin expresión alguna en su rostro, más de uno quedando hipnotizado con la manera tan expuesta en que portaba el uniforme, bastante conocida por su seriedad e indiferencia al intentar pasar desapercibida todo el tiempo, además de ser una de las estudiantes más adineradas y por tanto codiciada del instituto, tan sensual como misteriosa describen todos aquellos atraídos a su aura.

-Hoy es el día, saldré con ella- dijo Ethan completamente convencido.

-¿Qué no te  ha hablado solo...dos veces? Además, ella odia a los chicos populares, considérate afortunado que le agrades-

-Eso puede cambiar....y también es popular- decía de una manera tan histriónica que terminó por ganar un golpe y una risa de Dan.

-¿No estará con Trevor Scott?- comentó al ver al chico unirse a ella, quien lo recibió con una ligera sonrisa, Trevor era un tipo tan cliché, que su personalidad se volvía gris ante la gente que miraba más allá de un físico trabajado, cabello rubio y carisma barato.

-No creo...Trevor no parece del tipo que entabla conversaciones de no más de tres oraciones-

Dan intentó reír lo más silencioso que pudo de ese cruel comentario. -No deberías hablar así de tus compañeros de equipo-  

Su amigo contestó chasqueando la lengua. -Al mejor del equipo que puedo rescatar es Nick, lo sabes-

-Porque es el único que te acompaña en tu obsesión con la historia-

-Tú también lo haces- 

Como arte de magia, Nick Rivers apareció hacia ellos, saludando con su calidez habitual, realmente no era un amigo de Dan, pero su convivencia tenía la armonía necesaria como para disfrutarla. Max siempre intentaba presentarle gente de su círcculo o llevarlo a las fiestas de su equipo, pero jamás logró sentirse adaptado entre conversaciones sobre gente y alcohol de por medio.

-Dan, tengo que arreglar cosas sobre el uniforme nuevo, ¿Te adelantas?- dijo después de cruzar unas cuantas palabras con su amigo.

-Claro, pero no llegues tarde-

-Como si pudiera llegar tarde a historia- comentó a manera de despedida para desvanecer por los pasillos repletos de gente.

La clase era un poco tediosa, lo suficiente para que pudiera distraerse dentro del papel y el lápiz, expresando en finos trazos sin orden alguna figura que apenas resaltara de entre las líneas, apenas dándose cuenta como las palabras del profesor bajaban de volumen hasta volverse profundos susurros sin sentido alguno, disfrutaba de la fresca brisa que atravesaba la ventana, el sonido del ave corriendo por el jardín, la fuente derramando múltiples hilos gordos de agua cayendo, un paisaje tan antiguo y elegante que merecía un gran reconocimiento.

-¡Dan!- 

Un grito le despertó de su análisis al instituto, Ethan se encontraba volteado hacia él con una expresión un tanto molesta pero sin estarlo realmente.

-Museo de la mitología, tú y yo, viernes-

Asintió aún procesando el contexto, otra visita a un museo, era bastante enriquecedor y entretenido, pero después de un trance, emocionarse era complicado, jamás había escuchado de un museo exclusivo a la mitología, puede que sea nuevo, pero gracias a su amigo la experiencia podría ser bastante divertida, solo quedan unos cuantos días más por esperar y averiguar qué extrañas maravillas podría tener un tipo de castillo abandonado.
Después de varias horas el sonido del timbre era muy codiciado de escuchar, indicando el fin de una sesión escolar, definitivamente cada vez disfrutaba más las clases de pintura, estar al aire libre plasmando paisajes le ayudaba a evadir el estrés que un estudiante becado en un prestigioso podía ofrecer, al salir del salón, lo primero que observó fue a Ethan, con un brazo recargado en el auto de nada más que Angela Awater, mientras ella sonreía con ese sarcasmo que ponía en duda si quedaría quieta o soltaría un golpe, entró al auto bajo órdenes del conductor privado y las acató despidiéndose con una mirada, volteó los ojos y cerró la puerta sin dejar de sonreír, dejando a Ethan ver el auto desaparecer entre las rejas a los caminos boscosos, el momento perfecto para acercarse.



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En el texto hay: fantasia, aventura epica, místico

Editado: 08.02.2023

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