La noche había caído en la gran ciudad y las personas, pese a las altas horas que eran, seguían en movimiento, comprando o divirtiéndose y algunos otros tantos, estaban reuniéndose en un lugar específico.
—Es por aquí— Dijo una voz, un chico.
— ¿Es seguro?— Preguntó la voz de una chica.
—Te lo aseguro— El chico se escuchaba insistente— Vamos, antes de que llamemos la atención ¿Si?
—Bien, bien— Dijo la chica sumergiéndose en aquel oscuro callejón.
Entonces ambos chicos entraron en una casa abandonada. No había luces por lo que tuvieron que guiarse con la poca luz que entraba por las ventanas rotas. También estaba vacío por lo que no había mucho que ver.
Llegaron hasta unas escalares del otro lado de la sala, que bajaban aún más en la oscuridad. El ruido de gente dentro, ya reunida se comenzaba a escuchar.
La chica nueva se sintió aliviada.
— ¿De verdad es seguro?— Volvió a preguntar la chica— Si no me gusta ¿Puedo irme, verdad?
—Sí, esta es una plática, no es reclutamiento pero aun así, si no te convence, puedes irte y te acompañare, claro— Le dijo su compañero para tranquilizar a su amiga— Pero te seguro que estarás de acuerdo.
La chica ya no dijo más.
Ella había ido ahí por la promesa de la Gran Liberación de la gente con poderes.
Una vez llegaron, la gente ahí estaba en silencio, susurrando aunque algunos hablaban muy alto. La chica no lo sabía pero sospechaba que todos debían tener poderes ya que la Gran Liberación era solo suya.
— ¡Bienvenidos!—Una voz los llamo a todos, quienes se quedaron callados y miraron al locutor— ¡Yo soy Ramsés, líder de los Oscuros, un grupo que planea la Gran liberación para todos nosotros!
Muchos soltaron vítores emocionados.
La chica no pudo evitar mirar a su amigo con gran interés, ya que él también se mostró emocionado.
—Se muchos son nuevos así que les preguntaré ¿No están hartos de que los humanos normales nos menosprecien? ¿Nos traten como monstruos?— Ramsés hablaban con firmeza— Somos como ellos, hasta mejores pero aun así ellos se dignan a tratarnos como monstruos.
La chica no pudo evitar recordar cuando un chico lo rechazo por ser una humana con poderes o cuando le arrojaron una roca tras un desastre provocado por otro con poderes y con el que ella no tenía nada que ver.
—Seguro están cansados— Dijo Ramsés respondiéndose— ¡Somos mejores que ellos, somos más humanos que ellos y ahora quieren controlarnos con estos!
Ramsés mostró un collar.
—Los últimos exámenes médicos en las escuelas, en los trabajos eran para determinar nuestra peligrosidad, para comenzar a trabajar en estos collares que inhiben nuestros poderes ¿Es eso justo?— Preguntó Ramsés tirando el collar— Y si se lo preguntan, sí, nos lo mando un amigo nuestro del gobierno ¡Porque están trabajando en ellos aún!
Muchos ruidos disgustados.
—No seremos sus mascotas, seremos humanos— Dijo Ramsés pisando el collar con tal fuerza que lo destrozo— Si seguimos de brazos cruzados, esto empeorara, primero, collares para que evitemos usar nuestros poderes a menos que tengamos la licencia de la SDO ¿Qué será después? ¿Un control que nos de descargas? ¿Qué nos mate?
Todos gritaron más molestos.
—Cuando llegue el momento los Oscuros los llamaremos para detener al gobierno, a los humanos normales y a su miedo. Tomaremos la ciudad que siempre ha sido nuestra ¡Vamos a ser libres!— Gritó Ramsés con emoción.
Todos gritaron emocionados, incluyendo la chica.
Un mundo donde no deberías esconder que tienes poderes suena bien ¿No?
— ¡No queremos guerra, pero no nos quedaremos atrás! ¡No seremos degradados a animales cuando los animales son ellos!
Todos volvieron a gritar emocionados.
—Un buen discurso inicial— Susurró una chica con un conejo entre sus manos.
—Soy bueno dando ánimos— Aseguro Ramsés acariciando la cabeza de la chica— ¿Cuánto tiempo llevamos haciendo esto?
—El suficiente— La chica se mostró feliz que de acariciaran su cabeza— Monse ya ni siquiera usa su poder.
—Yo no digo mentiras, de todos modos— Ramsés se mostró serio— Vamos a liberar la ciudad y luego al mundo de los asquerosos humanos ¡Pagaran por todo lo que nos han hecho a nosotros y a todos los nuestros!
La chica sonrió con malicia mientras su hermano hacia lo mismo con gran emoción.