—…Con esto visto, la gente comenzó a temer que se desatara una guerra por los recursos, pero una preocupación menor pues todo dejo de importar porque ocurrió El Desastre Nuclear Más Grande De La Historia en el año…— Continuo el profesor barbudo en su tercera vuelta por todo el salón.
Iris Castellanos no podía estar menos interesada en eso así que veía hacia la ventana, sin escribir nada.
—Veo que está muy interesada en la clase, señorita Castellanos— Iris pudo sentir como alguien ponía un cuaderno sobre su cabeza— ¿Por qué no da un par de vueltas por las chanchas para despertar?
Iris no discutió pues eso sonaba más divertido que estar sentada ahí.
Los pasillos de la Academia Torre Blanca estaban en silencio, los demás estudiantes tomaban clases y al ser la última clase del día, tampoco había nadie tomando educación física por lo que todos la verían correr, cosa que si la hizo sentir cohibida.
Iris no se había dado cuenta de que había ganado musculo, no tanto pero veía sus brazos más anchos, cosa que le hacía feliz, aparte de eso, seguía con mi tez pálida, ojos castaños, cabello largo castaño, labios gruesos y su pequeño lunar en mi mejilla derecha. Debía trabajar sus piernas. Normalmente usaba lentes cuadrados amarillos pero ese día no los llevaba.
Soltó un suspiro en la esquina de la cancha y comenzó a correr, dándole vueltas a la cancha de futbol.
—Oye ¿Esa no es tu hermana?— Preguntó un chico hacia otro, dentro del salón de los de primero— Está corriendo sola ¿Por qué?
—Seguro la castigaron— El chico acomodo sus lentes rojos con una leve sonrisa y entonces se susurró a sí mismo— ¿Ahora qué hiciste, tonta?
Iris quería pelarse con el profesor por sacarla a correr pero quería salir de ahí cuanto antes. Nunca le gusto la historia y tampoco es que fuera fácil para ella entenderlo todo. ¡Han pasado muchas cosas!
— ¡Para ser parte de la SDO no necesito historia!— Gritó para sí misma.
—No te equivoques, la gente de la SDO debe tener en claro los errores del pasado para…—Comenzó una voz justo detrás de la reja que separaba la escuela de la libertad pero fue interrumpido por un gran grito.
— ¡Hermanito!— Exclamo Iris dando un salto emocionado y corriendo hacia su hermano quien no pudo evitar abrir un poco más los ojos. Pensó que saltaría la reja— ¿Qué haces aquí? ¿Saliste temprano? ¿Hoy estas libre, verdad?
Santiago Castellanos no podría continuar con la conversación seria ¿Verdad?
Era un chico alto, de tez olivácea, ojos negros, pestañas largas, cabellos lacios oscuros, labios delgados y unos lentes de pasta roja. Era musculoso gracias a su entrenamiento en la SDO pese a que lo dejo hace dos años. Sus lentes negros sobre su nariz lo hacían ver muy apuesto.
Llevaba una camisa blanca y unos pantalones de mezclilla azules además de su mochila.
—Si pero ¿Qué haces corriendo sola?— Preguntó de regreso su hermano, señalándola.
—Ah pues, nada importante— La chica desvió la vista y luego volvió a mostrarse feliz— ¡Vamos a cenar todos juntos hoy!
—Es el plan pero preguntaré de nuevo ¿Qué haces corriendo sola?
—No soy buena en historia, ya sabes, así que me distraje y el viejo barbón me saco por unos segundos de mirar la ventana ¡Es muy aburrido! ¡No deja de hablar de cosas que ya no importan!— Explico Iris, manoteando el aire durante su explicación.
—Vale, vale, continua con el castigo— Santiago soltó un suspiro cansado— Los veré en casa ¿Bien?
— ¡Sálvame!— Le grito su hermanita pero no despareció en ningún momento su sonrisa.
Cuando termino de dar vueltas, regreso al salón y no tuvo más opción que ofrecerle una disculpa a su profesor.
—Otro regaño del profesor de historia ¿Eh?— Esmeralda Lara miraba a su mejor amiga con una sonrisa de lado— ¿Cuántas van ya? Al principio si pensé que lo traía contigo pero ahora…
Ella era una chica delgada, más baja que Iris, de tez clara, de nariz respingada, ojos café oscuros, cabellos lacios largos y morenos, además de un lunar bajo sus labios gruesos. Su rostro aún parecía de niña.
— ¡La trae conmigo, es la única verdad!— Dijo Iris cruzándose de brazos— Pero dejando de lado los problemas ¡Vayamos a comprar botanas para esta tarde! ¡Tarde de películas con todos!
—Ya habíamos quedado— Esmeralda se mostró emocionada.
—Aunque estoy preocupada— Dijo Iris frunciendo los labios— Mariana es casi parte de la familia, la invite pero dijo que llevaría a su novio y ya no pude decir que no, creo que quiere que lo conozcamos pero no sé cómo se lo tome Santi.
— ¿Y no hablaste con ella del tema?— Esmeralda también se mostró preocupada por los sentimientos de Santiago.
—No tuve oportunidad y tampoco es que supiera como— Dijo cubriendo su rostro con vergüenza— Le dije a mi hermano pero dijo que no hay problema, que ya pasaron años de eso pero…
—Entonces tendremos que creerle…
Iris no podía dejar de preocuparse solo con eso.
— ¿Y Johan y Javi vendrán?— Preguntó Esmeralda mientras caminaban hacia la tienda de consumibles.