Hermandad: Ciudad Oscura (vol.3)

Entrenamiento.

Iris Castellanos limpio su frente con la manga de su ropa mientras soltaba un suspiro cansado. Al final su rostro tenía una gran sonrisa satisfecha pues estaba muy orgullosa de los resultados de su entrenamiento.

Pese a todo, desde que terminaron las vacaciones, no dejaba de pensar en cómo aquella chica peliblanca había creado alas de luz como si nada ¿Ella podría hacer lo mismo? Esperaba que muy en el fondo, sí, ya que su padre también podía hacerlo.

En realidad solo había mejorado su velocidad y la solidez de algunos objetos que moldeaba pero si lo comparaba con aquella chica, se estaba quedando muy atrás.

Su mano temblaba y pese a que le dolía del esfuerzo, debía mantenerse firme pues aún le quedaba un largo camino para dominar el Destello.

La chica seguía teniendo aquella tez pálida, ojos castaños, labios gruesos y su cabello castaño ahora despuntado hasta los hombros. Su lunar en la mejilla derecha seguía ahí. Aún no había generado mucho musculo pero se sentía más fuerte.

Ya sentada y descansando, pudo ponerse sus lentes de pasta amarilla. Como vestimenta llevaba un pantalón de deporte de color negro y una playera blanca ajustada, además de llevar sus largos cabellos morenos en una cola alta para que no termine comiéndoselo durante su entrenamiento.

Estaba en una pequeña zona tras el parque que estaba por donde vivía con sus hermanos y por donde nadie podría ir a verla entrenar, por lo que estaba segura de que nadie descubriría sus nuevas técnicas, sobre todo ahora que casi toda la ciudad estaba llena de drones y cámaras grabando la fiesta.

No podía desvelar sus trucos tan pronto.

—Así que aquí estabas— Johan Castellanos había llegado mientras comía una barra de chocolate— ¿Cómo va tu práctica?

Su hermano menor era más alto que ella, delgado, fuerte, de tez clara y con brillantes ojos negros adornados por unas largas y finas pestañas, cabellos morenos, labios gruesos y nariz respingada sobre la cual descansaban sus lentes rojos y cuadrados.

Llevaba unos pantalones de mezclilla, una playera negra con estampado de caballos y una gorra azul, además de unas zapatillas deportivas. Él también había estado entrenando pero él no necesitaba salir.

— ¿Así que me estabas espiando?— Iris frunció los labios en su dirección.

—No pero ¿Qué ocurre si, si? No es como que sea un tipo random— Dijo Johan dándole una mordida a su chocolate—Por cierto, Santiago dijo que ya estaba la comida, que te tomaras un descanso.

—Te amo, mi querido hermano menor pero ahora somos rivales— Iris se levantó con decisión— No perderé ante ti y ante nadie ¡Lo prometo!

—Tranquila, yo no dije nada—­ Johan levanto ambas manos en señal de rendición pero estaba sonriendo— Pero te diré que deberás resignarte esta vez ¡Seré yo quien no perderá contra nadie, incluyéndote!

Ambas miradas soltaron chispas.

—Aquí están— La suave voz de Nina Castellanos los hizo girarse pues los estaba señalando.

Su hermana más pequeña era de tez blanca, como la de Iris aunque no fueran hermanas de sangre, de rostro pecoso, labios gruesos, y cabellos cortos hasta el hombro, pelirrojos y muy brillantes como si brasas ardiendo. De nariz respingada y mejillas sonrosadas. Sus ojos también eran rojos como la sangre.

Llevaba un vestido de color rojo con flores azules en uno de los bordillos además de una diadema azul que impedía que sus cabellos se soltaran.

— ¿Qué haces aquí?— Johan trato de acercarse a ella, entonces noto al chico que estaba detrás de ella.

Era Santiago Castellanos, el hermano mayor, de tez olivácea, ojos negros, pestañas largas, cabellos lacios oscuros, labios delgados y nariz respingada. Sus lentes de pasta roja lo hacían ver muy maduro y atractivo.

Vestía una camisa blanca y unos pantalones negros con zapatos negros. Tan sencillo como él mismo.

—La pregunta verdadera es ¿Qué hacen ustedes aquí? Llevo bastante tiempo esperando en la casa— Santiago miro a sus hermanos con severidad— Entiendo que su entrenamiento es importante pero deben comer a sus horas ¿Entendido?

—Lo siento, mi hermana se escondió muy bien y solo hasta ahora la encontré— Se disculpó Johan y entonces se dio cuenta de eso— ¿Cómo diste con nosotros tan rápido?

—Nina me guio— Santiago acaricio la cabeza de Nina quien solo sonrió.

— ¿Usaste algún poder?— Iris se acercó a ella con emoción.

—No hablemos de eso aquí— Santiago negó con la cabeza y se dio la vuelta— Regresemos a casa que no quiero que la comida se enfrié más de lo que seguro ya está. Debo comprar crema.

— ¿Creen que este año haya gente muy fuerte?— Preguntó Iris con interés.

—Es lo mismo de todos los años, la mayoría de estudiantes serán de segundo o tercero y la mayoría tendrá poderes muy geniales— Johan frunció los labios ante eso, recordando que él mismo carecía de un poder que pudiera considerarse genial.

—Se han hecho fuertes, no necesitan poderes originales, solo saber usar lo que ya tienen— Les dijo Santiago acomodando sus lentes— Así que no se preocupen por eso pues estoy seguro de que llegaran a la final y la ganaran.



#1544 en Ciencia ficción
#3216 en Joven Adulto

En el texto hay: torneo, peleas, superpoderes

Editado: 26.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.