Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Punto muerto.

Pulso hizo una mueca pues acababa de llegar otro idiota, otro héroe que daría su estúpida vida por un poco más de tiempo y aun así, ese era diferente, muy diferente aunque vistiera ropa de mesero ¿O era ropa de cocinero?

Su poder había fallado con él ¿Por qué?

Quizá estaba cansado, de todas formas debía doblegarlo, a él podría hacerlo rogar por su vida sí o sí.

Pulso corrió hacia él para golpearlo pero Santiago esquivo el golpe, entonces lanzo un golpe a su rostro que Pulso evito, desviando su mano, esperando romper su brazo pero por el contrario, su enemigo reacciono golpeando su estómago, doblándolo un poco a lo que sin espacio de reacción, giro para patearlo.

Santiago no tuvo de otra más que apartarse, por poco recibiendo el impacto.

—Veo que no perdiste el toque…— Stelle hizo una mueca aunque estaba tratando de sonreír.

— ¿Qué dices? Llevo tan solo unos ¿Tres meses? entrenando— Le dijo Santiago con vergüenza.

—La cosa es que eres un peleador nato— Le dijo Stelle— Aunque es un término que no debería existir o si quiera tener sentido.

Pulso sabía que la muchacha estaba en lo cierto, era un término extraño pero que era muy real, al menos ahora. Antes los instintos te mantenían vivo pero a veces pese a tener los instintos, tu cuerpo no reaccionaria pero ahora, con la gente con poderes y la radiación latente, los instintos y el que existan peleadores con altas capacidades de reacción no eran tan raros.

Incluso actualmente se buscaba un nombre para ese poder… De hecho, escucho que el Top 10 contaba con esa habilidad, una de las más avanzadas y por eso tenía un puesto en ese grupo de elite.

Por otro lado Stelle no pudo evitar recordar los entrenamientos con Santiago.

No importaba cuanto endureciera sus prendas, cuanto le pegara incluso con un bate de madera (Más ligero, que quede claro) nunca le había daño, al menos no el daño que debería.

Al fin y al cabo Santiago producía antipartículas p y b, las cuales inutilizaban las partículas p y b de los poderes en humanos y blogumas.

Si no sabías pelear y te confiabas de tu poder, perderías pero si tenías cierto entrenamiento, entonces estarías en un punto muerto contra un rival como Santiago.

Pulso no entendía porque su enemigo no sufría, lo que lo hizo enfurecer, por lo que pateo varios escombros con fuerza pero su enemigo lo esquivaba e incluso cuando los recibía, no parecían hacerle daño.

Santiago lanzo un golpe que su enemigo esquivo y como contraataque, fue a pegarle en el pecho y este solo lo desvió, acto seguido deslizo su pierna entre las de Pulso y con un movimiento rápido, trato de tirarlo.

Pulso no cayo, pero si termino siendo desequilibrado, lo que lo hizo ganarse un golpe en su barbilla que lo hizo retroceder, sorprendido.

¡¿Qué mierda estaba pasando?! ¡¿Era alguna clase de poder?! Le limpió la nariz, pues estaba sangrando

Pulso negó con la cabeza y fue tras él para golpearlo pero este lo esquivo, aun así no fue tan rápido para evitar la patada que le lanzo, cargada de todo su poder pero este solo se dobló, pudiendo sujetarlo, listo para romper su rodilla de un golpe.

Su enemigo reacciono lanzándole un golpe a la cara que Santiago recibió, entonces ambos se separaron.

El rostro de Santiago se hincho al instante pero su expresión seguía siendo peligrosa.

Eva miraba de lejos y no pudo evitar pensar que se veía mucho mejor que antes pero casi de forma instantánea negó con la cabeza, comenzando a abanicase la cara con su abanico, mientras fruncía los labios con vergüenza.

— ¡¿Quién mierda eres?!— Preguntó Pulso sin poder creerlo, rascando su cabeza con frustración­— ¡¿Por qué no revientas en pedazos?!

— ¿Reventar en pedazos?— Santiago hizo una mueca medio espatanada— ¿Qué clase de poder tienes?

— ¿Eh? ¿No sabes?— Pulso se mostró igual de sorprendido.

—Hace vibrar lo que toca— Le dijo Stelle, desde atrás— ¿Creo?

—No necesitaban saber cómo funciona mi poder, lo importante es que deberías estar regado en pedazos…— Le dijo Pulso apuntándole con el dedo, mostrándose ciertamente enojado— ¿Por qué no lo estás?

Santiago se quedó pensativo— Si tú no me dices, yo tampoco tengo porque decirte.

Eso solo hizo enojar más a Pulso.

El tipo corrió para golpearlo pero Santiago lo esquivo, entonces le lanzo un golpe que Pulso recibió y gracias a esto, su enemigo le pego de regreso, y este entonces también le dio un golpe.

Stelle recordó el punto muerto.

— ¡¿Qué demonios dijiste?!— Preguntó Stelle en cuanto termino de escuchar sobre la renuncia de Santiago de la SDO.

—Lo siento… Me iré de la SDO— Volvió a decir el chico.

— ¡¿Por qué?!— Insistió Stelle, apretando su hombro.

Santiago se quedó callado, provocando que la chica lo sujetara del cuello y lo empujara contra la pared mientras le miraba con odio. Santiago también lo noto al sentir sus temblores y el ver como apretaba los dientes— ¡¿Por qué?!




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