Hermandad: Ciudad Oscura (vol.5)

Luces en el cielo.

— ¿Refuerzos? No, el uniforme es de la academia Torre Blanca­— Rose miro con atención a la chica nueva­— Aunque a estas alturas y con lo corrupta que esta la academia y la SDO, sí podrían ser refuerzos.

­— ¿Eres de los Oscuros?— Hablar tan abiertamente sobre la corrupción de la SDO se lo dejaba en claro a Iris— Lo siento pero yo no formo parte de los Oscuros de ninguna forma pero si tu si, entonces caerás.

—Yo no formo parte de los Oscuros pero…— Comenzó Rose pero cuando parpadeo la chica ya había desaparecido, entonces la noto sobre su cabeza y por poco se cubrió, aun así, por el susto, ella misma se agacho.

Iris la había pateado hacia abajo como siempre hacia, pero choco contra la arena de hierro.

Uso eso para impulsarse hacia arriba y girar, notando que una flor metálica por poco la atrapa pero esta giro en el aire con gracilidad evitándola y utilizando una espada de luz similar a la de Rubí para cortarla.

Tanto Rubí como Rose abrieron los ojos.

—Lamento haberte robado la idea— Iris quería mostrársela a Rubí desde hace mucho y que bueno que ahora podía, aunque no fuera la mejor forma de hacerlo— Por cierto ¡Que buen poder es este! Eras tú quien molestaba mi cabeza.

Cuando se acercó, el dolor acrecentó.

— ¿Otro poder de Fotones? ¿Las hacen de fábrica, malditas mocosas?— Rose hizo una mueca al verla.

—Claro, por eso somos hermosas— Iris sonrió un poco y se preparó para atacarla de nuevo.

Rose se sintió un poco frustrada. La nueva era mucho más rápida que Rubí pese a que tenían poderes similares, confirmándolo cuando la ataco en el costado con una patada, acto seguido otro impacto desde tras, entonces otro sobre ella y otro frente a ella.

La verdad es que Iris tenía que utilizar las raíces de metal para poder impulsarse de regreso hacia ella pero la arena de metal le impedía el paso incluso cuando lograba por poco atravesar sus defensas.

Aun no podía hacer más grande la espada mientras se movía a gran velocidad. Le costaba y si por el contrario la hacia más grande, perdía velocidad. Y si quería utilizar su máxima velocidad no podría usar su espada.

Demasiadas cosas en contra.

Una de las raíces por poco le da pero esta logro esquivarlo girando hacia atrás para tratar de enterrar su espada de forma directa. Esperaba no enterrársela en un punto vital o en el peor de los casos… matarla.

Rose se sorprendió cuando la espada logro atravesar su arena metálica hasta rasguñar su mejilla.

La arena metálica atrapo a Iris debido a su descuido y por poco fue alcanzada por las raíces filosas, salvada en el último momento por Rubí, quien se elevó cortando las raíces y apartando a su amiga con quien regreso al suelo.

— ¿Ya puedes usarlo sin…?

—Solo un poco— Admitió Rubí, limpiando su frente aunque termino manchándola de tierra.

La única verdad es que aún le costaba, solo podía acceder a ese estado cuando entraba en histeria y pese a que actualmente ya no puede llamarle histeria porque lo controlaba, aún era muy exigente para su cuerpo.

Y la histeria estaba limitada también.

—Imagino que si…— Iris hizo una mueca.

De alguna forma Iris se sintió un poco mal al pensar que ella se había fortalecido más, superándola de nuevo.

Pero no era momento de pensar en eso.

— ¿Por qué los ataco? ¿Las descubrió espiando?— Iris miro a Rubí con atención.

Rubí no quería decirle nada, no debía así que apretó los labios— Si, algo así…

—Espero que no tenga compañeros— Iris miro hacia Nataly y hacia Faddei quienes estaban escondidos ahí cerca— ¡Manténganse ahí, estarán seguros mientras yo esté aquí y mientras llega la SDO!

Rubí les miro con atención, como diciéndoles que se fueran pero entonces noto que aún seguían rodeados de flores.

—Ah, claro que no se irán— Rose negó con la cabeza. No se había limpiado la herida y le sangraba— Tendrán que derrotarme para escapar de mí y si no me matan, volveré.

—Eso ya lo veremos— Iris hizo crujir sus nudillos— Rubí, sé que es algo que no debería pedirle a una civil pero por favor, ayúdame, la derrotaremos mucho más fácil si trabajamos juntas ¡Como destellos gemelos!

Iris estaba feliz por el nombre improvisado.

Rubí se puso de pie y asintió. Ella sola no podría hacerlo, ahora lo entendía.

Iris se movió primero hacia uno de los costados utilizando las raíces como soportes, incluso cuando por poco era alcanzada por los grandes cables. Debía ser fuerte y evitar el daño lo más posible.

Mientras Rubí iba hacia el otro lado, utilizando sus alas para ir directamente.

Ambas impactaron en una barrera de raíces metálicas que la chica había levantado en forma de grandes flores que se abrieron libertando un montón de metales deformados y filosos como una lluvia letal.

Rubí se cubrió con sus alas mientras Iris retrocedía de ellos, utilizando otras raíces como puntos de apoyo aunque eso no evito que se llevara una golpe en el brazo derecho aunque nada de qué preocuparse.




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