Hermosa

Capítulo 2

― No puede ser ― digo mirando mi oficina

¡El perro se quedó sentado en el mismo lugar! Amo a los perros, pero no estamos en condiciones de cuidar uno.

― ¡Orejas! Buen chico, Toma ― le dice mi hija y le da tocino del desayuno

En eso sale una niña con los mismos ojos que mi hija. Un verde esmeralda. Se saludan y abrazan.

― Priscila mira a mi nuevo perro, se llama Orejas ― lo presenta Ela

― Lindo. ¿Puedo tocarlo? ― pregunta la niña

Espera, si ella está aquí, eso quiere decir…

― ¡Hola preciosa! — dice Pablo abrazándome por la espalda― Y no, no toques a ese perro pulgoso Priscilla ― dice levantando la voz a su hija

― Hey guapetón. Que te trae por aquí ― le digo dándome la vuelta y abrazándolo por el cuello.

― La verdad es que te vengo a pedir un favor ― me dice Pablo, está con ojeras y se le ve cansado

― Claro ― le digo encaminándolo dentro de mi oficina ― Niñas, vayan a la guardería y ― suspiro ― díganle a uno de los jóvenes de allí que bañen al perro

― Ana, tú no lo toques hasta que esté limpio y sin pulgas ― le dice a su hija ― Dios Ana ¿Cuándo le vas a decir que no a tu hija? Me dice Pablo sentándose en un sofá

― ¿Pero la has visto? Esa niña me obliga a ello y siempre tiene suerte o alguien que la apoye para engañarme. ¡Eso escapa de mi poder! ― le digo frustrada

― Bueno, eso es cierto. Olvida lo que dije, esa niña es capaz de todo; desde soborno hasta chantaje ― dice mirándome y dándome la razón.

Lo del soborno lo vivió Pablo y bueno, todo lo demás es algo que suponemos con una duda del cinco por ciento. Si me preguntan, eso paso hace un año, no me percaté hasta el final del día.

 

― Mami, cómprame esa muñeco ― dijo Ela señalando una vitrina ― ese dragón verde

― ¿Te gusta hermosa? ―  le dije entrando a la tienda

― Sí mami ― dice saltando ― es Sheng Long

― Claro, de Dragon Ball ― digo pagando la figura, Pablo hizo ver ese anime a las niñas hasta que les gustó, veo el ticket y el precio. ¡Cincuenta dólares! Que robo, pero si mi hija lo quiere, lo tiene.

Al llegar a casa Ela va corriendo al teléfono y hace una llamada.

― ¿Lo? ― dice mi hija ― ¿Pabo?

― Sí, hermosa. Por qué la llamada― le responde suspirando mi amigo

― ¿Piscilla va a ir al cumpleaños de Hector? ― pregunta sabiendo la respuesta

― No hermosa, ya lo hablamos. Está castigada por golpear niños ― contesta mi amigo

― ¿Seguro que castigada? ― pregunta sonriendo mi hija

― Sí, hermosa. Muy seguro ― dice Pablo

― Pabo, mia tu celula ― mi hija le envió una foto del dragón desde mi celular ― ahola dime ¿Quién esta castigada?

― ¿Castigada? Nadie, lo quise decir es que Priscilla esta cansada; pero si ella quiere ir al cumpleaños, ahí estará hermosa ― le dice Pablo y corta

¡Mi hija sabe sobornar! Y con algo que le acabo de comprar. ¡A mi mejor amigo! Un hombre con trabajo y de casi treinta años.

 

Ese día fue impactante, luego nos fuimos acostumbrando a los diablitos de nuestras hijas.

―Ya, dime. Que necesitas ― le digo directa ― Pide y yo concedo.

― La verdad es que ― me mira y suspira ― me botaron del trabajo

Eso es malo, mi amigo es periodista y su horario era bastante maleable, eso ayudaba para encargarse de su hija solo.

― ¿Por qué? ¿Qué hiciste? ― dije mirándolo con los entrecerrados

―No me quise acostar con la productora y desacreditó todos mis proyectos ― me dice― voy una semana sin empleo; y ya no puedo pagar la guardería.

Eso también es porque siempre le dio a su hija lo mejor y más caro, que a mi parecer no siempre es lo mejor. 

― Eres idiota ― me paro y lo golpeo― ¿porque tardaste una semana en contármelo?

― Ya recibo bastante de ti, no quería agobiarte ― me dice bajando la cabeza― dame cualquier puesto en tu empresa por favor, el de limpieza o el de cargador, no importa; aquí la guardería es gratis, así que lo demás da igual.

Lo miro y sonrío. Es perfecto que le despidieran, me siento mezquina. Pero bueno.

―Listo. Me caes del cielo ― digo sonriendo ― serás el agente y manager de Ela, te llevas bien con ella y tu hija los puede acompañar cada que quieras o puedas; ya solo mi hija es difícil de controlar, cuando se juntan ya es necesario una cruz, un rosario, o ajo. Me informaras de todo y cuidarás de maravilla a Ela. Con tus contactos en televisión y cine, puedes manejar la carrera de Ela a tu gusto o mejor dicho: nuestro gusto; o siendo más sinceros MI gusto. Eres perfecto.

―Acepto. ¿Pero estás segura en esto de meterla al mundo del espectáculo? ― me dice serio

― Ella lo quiere, dijo que quería ser actriz; respetare su decisión hasta que ella quiera cambiar de opinión. Además le vas a restringir sus trabajos al mínimo ― le digo mirándolo amenazante




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