Hermosa Irreverente

《Karaoke》



Cap 41

Roberta

Los tres días que pasamos a las afueras de la ciudad, me sirvieron mucho para distraerme de lo que está pasando entre mis  papás, pero hizo que pensara más en lo que tienen Renata y Amaury.

Esa noche estuve a punto de decirle todo, pero le hice una promesa a mi hermana y no la voy a romper.

Me siento mal, porque Amaury se ha portado bien con nosotros, no quiero que Renata lo lastime, él no se lo merece, quisiera hablar más a profundidad sobre ese tema, pero algo me dice que no debo meterme, porque es un asunto de dos y ellos deben solucionarlo.

Que complicadas son las relaciones, yo por eso así estoy bien y al menos durante tres años no quiero complicarme la vida.

Por ahora tengo suficiente con mis padres y los traumas de mi hermana.

Intento pensar en algo más, pero el recuerdo de Amaury viene a mi mente.

No merece que lo lastimen.

Mi mirada se centra en la TV que está encendida, ¿cuánto tiempo lleva así? No lo sé, pero al ver a una mujer llorando, hago una cara de desagrado.

¿Qué clase tontería estoy viendo?

—¡Hola! —me saluda cantando la palabra, debe estar de muy  buen humor —¿Qué haces? —pregunta sentándose a mi lado.

—Voy a mi cuarto —me levanto de la sala y con el control apago la Tv.

—¿Ahora que te hice?

—A mí nada —me mira confundida —es Amaury —aprieta sus labios.

—No debí preguntar.

—Ya lo hiciste.

—Mejor cambiemos de tema, estaba pensando que tal vez...

—Te quiere de verdad —añado interrumpiendola.

—Ya sé, yo también lo quiero.

—Sí, pero tú misma lo has dicho, no de la misma manera que él.

—Eso no es asunto tuyo.

—Quisiera que lo hablaran.

—Roberta,  él lo sabe, no es como si se lo estuviera ocultando —responde a la defensiva.

 —¿Por qué no lo...?

—Evita meterte en algo que no te concierne, en este tema tú no tienes nada que ver.
 

—Entiendo que no es mi problema porque es asunto de dos, pero me preocupan ambos, tú no estás lista para una relación, siempre terminas huyendo.

—Te vuelvo a repetir que no es asunto tuyo. No te metas.

—Entinde...

—¿Qué es lo que te preocupa? 

—Que le hagas los mismo que a Carlos —su mirada de torna sería y noto el enojo a través de sus ojos.

—¿Por qué asumes que fue mi culpa que lo que teníamos terminara? 

Me quedo callada.

"Porque él me lo dijo"  Estoy por decirlo pero me callo, prometí que si me contaba no iba a decir nada.

Aún recuerdo aquel día, Carlos insistía en hablar con Renata pero ella se negaba, me dijo que de un día para otro solo lo sacó de su vida, sin darle explicaciones, él y yo llegamos a la conclusión de que a mi hermana le daba miedo el compromiso, lo que iba a provocar que siempre terminara huyendo.

—Porque lo alejaste de ti —digo finalmente.

—Te voy a decir algo, Roberta —se levanta de donde está sentada y se acerca a mí —Tú no sabes lo que pasó, así que te voy a pedir que evites hablar de eso, desconoces como ocurrieron las cosas.

—Sé que te quería y que no merecía que lo sacaras de tu vida sin darle una explicación.

Noto la rabia en sus ojos.

—No voy a hablar de eso contigo.

—Regresemos entonces al tema principal.

—No.

—Entinde que...

—¡Para ya, Roberta! 

—No, no voy a parar, porque le llegué a tomar cariño a Amaury y sé que no se merece esto.

—¡No le estoy haciendo nada!

—Él busca algo serio y tú no.

—Eso no está mal.

—Tienes razón, no está mal cuando lo hablas, pero tú le estás dando esperanza.

—Considero que Amaury es lo suficientemente inteligente para saber que no busco nada serio.

—No es adivino.

—Pero tampoco tonto como para no darse cuenta, y ya mejor vete a darñarle el día a alguien más.

—Entiende, lo que digo no es por molestar. Solo te pido que hables con él y le dejes en claro que es lo que quieres y lo que no, también escucha lo que él tiene para decir.

—No te prometo nada, pero lo voy a pensar.

—Bien, me quedo con eso, solo recuerda algo.

—¿Qué?

—Nadie se merece que lo quieran a medias.

Lo que digo hace que se tense.

—Que bueno que están las dos juntas —dice mi madre mientras baja las escaleras. Está un poco apurada. —Su padre no tiene llaves, al parecer las olvidó, le abren la puerta porque yo voy a estar trabajando.

Las dos asentimos.

Desde que regresamos las cosas entre mis padres no están tan mal, de hecho siento que mejoraron bastante, no sé como le hicieron, pero el ambiente entre ellos ya no está tan tenso, Karoa sigue en la casa pero su actitud es diferente.

Entra a su despacho y cierra la puerta.

Al pasar aproximadamente 10 minutos tocan el timbre.

—Yo abro —comento con voz fuerte mientras salgo de la cocina con un sándwich.

—No sé si quieras abrir esa puerta.

—¿Es Amaury? —asiente —¿Lo invitaste?

—Es evidente.

—A ver si aprovechas para hablar con él —digo antes de ir a abrir la puerta.

Al verlo lo saludo y él hace lo mismo, por unos segundos se queda viendo mi sándwich.

—Hay en la cocina, si quieres, prepárate uno.

—Gracias —dice mientras entra a la casa —pero en realidad me parece curioso que no tenga queso.

—Sí a mí me parece curioso que hayas notado eso cuando no lo has abierto.

—Es que tú hermana cuando los prepara, los llena de queso al punto de que sale por las orillas.

—Creo que sus gustos están cambiando.

—¿Por qué? 

—Porque el queso le empezó a dar asco —mi comentario hace que se ponga un poco palido —y eso me sorprende porque antes mataba por el queso, se lo acaba todo, pero ahora es diferente.

—¿Y tú? 

—¿Yo? 

—Sí, quizá sea que lo compraron en otro lugar y por eso...

—Lo seguimos comprando donde siempre —toma una bocanada de aire —¿Te encuentras bien? 



#2278 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romace, amor

Editado: 16.08.2024

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