5° Capítulo

NARRADORA OMNISCIENTE

Miranda entró en la habitación de Esteban, mientras Rosario terminaba de colocar la venda nueva en la cabeza de su jefe, tal cual hacía todos los días.

Miranda-- ya está cariño, ya puedes irte, perdona la tardanza…. (( le dijo a la joven ))

Rosario-- no te preocupes, me voy a cambiar, creo que no tardaré mucho, eso espero…

Esteban-- ¿a dónde vas? ¿Ya es domingo?

Rosario-- no, cambié mi día franco para poder hacer tranquilamente mis compras navideñas.

Esteban la miró sin entender a qué se refería, al principio las dos mujeres no entendieron su duda, después recordaron que él se había olvidado de absolutamente todo.

Rosario-- (( le explicó con paciencia )) La Navidad es una festividad de origen religioso, en el que se celebra el nacimiento del niño Jesús, el hijo de Dios. Luego se fue haciendo una fecha comercial con la aparición de Papá Noel, quien es un anciano vestido de rojo, que reparte regalos a los niños de todo el mundo, transportándose en un trineo tirado por renos. Esta fantasía fue utilizada por los comerciantes, quiénes valiéndose de la necesidad de los mayores de fomentar esa ilusión en los niños, la utilizan para ofrecer sus productos lucrando con un sentimiento tan sagrado.

Pero a mí los regalos no me interesan, hace rato que dejé de ser niña, me gusta armar el arbolito y principalmente el pesebre, que rememora el lugar donde nació Jesús.

Esteban-- me gustó el entusiasmo con el que hablaste, quiero que armes el arbolito y el pesebre, y si quieres, puedes adornar la casa.

Rosario feliz, salió con el chofer y un guardia a hacer las compras pertinentes. 

Esteban se sentó cómodamente en un sillón del living, mientras veía como sus tres empleados más cercanos armaban el arbolito y el pesebre al lado de la chimenea.

Mientras los observaba, flashes de un niño armando un arbolito junto a una mujer, comenzaban a perturbarlo. No le dijo a nadie lo que le pasaba.

La Navidad llegó…

La festividad la pasaron los cuatro juntos, como si fueran una familia. Esto hizo que Rosario añorara una para ella. Esa noche mientras colocaba al niño en el pesebre, pidió tener una familia propia.

Un nuevo año llegó, Esteban había recuperado parte de su memoria, su médico le había dicho que ya era seguro que pronto estaría recuperado totalmente. El corredor le había pedido a su doctor que no dijera nada, que él se encargaría de decírselo a su empleados cuando lo viera pertinente. 

Ya recordaba gran parte de su vida, los primeros años felices con su madre viva, la dolorosa partida de esta, la traición de su padre, los años que vivió sin ilusión, el accidente, hasta cuando perdió la memoria, y recordaba perfectamente cada día desde que esa hermosa mujer entró en su vida, y le gustó lo que había vivido, como se había sentido, el hombre que era a partir de que ella existe en sus recuerdos.

Hacía casi seis meses que se sentía otro hombre, y había descubierto que se había enamorado de su enfermera, le gustaba compararlo con el síndrome de Estocolmo, aunque Rosario no lo había secuestrado, pero poco a poco se fue robando su corazón, y estaba totalmente preso en ese sentimiento. 

Aprovechó el franco de su enfermera para sincerarse con esas dos personas que desde hacía 16 años son su única familia, quienes lo han querido como a un hijo, y él hasta ahora lo ha sabido reconocer. El matrimonio se puso muy feliz por la noticia, él les pidió que no le dijeran nada a Rosario, que sería él personalmente quien lo hiciera.

Esa noche cuando la joven llegó, antes de entrar a su habitación paso a ver a su jefe para ver si estaba bien o si necesitaba algo, ella también sentía algo especial por él, pero lo había ocultado muy profundamente para no sufrir por un imposible, además sabía que en cualquier momento el recuperaría la memoria y ya no la necesitaría.

Rosario-- (( golpeó la puerta, cuando escuchó el pase, entró )) Buenas noches, ¿cómo ha estado? ¿necesita algo?

Esteban-- si, necesitaría hablar contigo (( ella presintió que él ya no la necesitaba, e iba a prescindir de sus servicios ))

Rosario-- claro, a sus órdenes, lo escucho.

Esteban-- quiero que me escuches, y no emitas ninguna opinión antes de que termine mi relato. (( ella asintió ))

Desde antes de Navidad, el día que estaban armando el arbolito, comencé a tener imágenes de un niño armando un arbolito parecido, el pequeño lo armaba con una mujer, que supuse que era su madre, después poco a poco comprendí que eran recuerdos, que esa mujer era mi madre, y muy lentamente he ido recordando todo.

Pero me sucedió algo... (( él mientras hablaba se iba acercando a la joven )) me encantaba mi vida después del accidente, lo que había vivido mientras no recordaba nada, desde que llegaste a mi vida, desde que entraste en mi corazón sin permiso...  (( la tomó de la cintura y la besó ))

Esteban la besó apasionadamente, y ella contestó tímidamente a su exigente boca. Todo se volvió muy apasionado, y el amor que sentían el uno por el otro, cegó la razón, y se entregaron a ese nuevo sentimiento, fundiéndose uno en el otro.

Él lentamente le fue retirando la ropa hasta que estuviese desnuda, luego se sacó rápidamente la de él que estorbaba el contacto con el bello cuerpo de su amada. Una vez que nada se interpusiera entre ellos, él la poseyó con mucho amor.