Oskar Schindler (Zwittau, 28 de abril de 1908-Hildesheim, 9 de octubre de 1974) fue un empresario alemán de los Sudetes que salvó la vida de aproximadamente mil doscientos judíos durante el Holocausto, empleándolos como trabajadores en sus fábricas de utensilios de cocina y munición, ubicadas en las actuales Polonia y la República Checa. Su historia se cuenta en la novela El arca de Schindler, publicada en 1982, y en la película basada en ella, La lista de Schindler (1993), que lo reflejan como un oportunista que en principio solo buscaba sacar beneficios pero se convirtió en una persona de gran iniciativa, tenacidad y dedicación; logrando salvar la vida de sus empleados.
Schindler creció en Zwittau, Moravia, y tuvo varios empleos hasta que se unió en 1936 a la Abwehr, el servicio de inteligencia militar de la Alemania nazi. Se afilió al Partido Nazi en 1939. Antes de la ocupación alemana de Checoslovaquia en 1938, recolectó para el Gobierno alemán información sobre vías férreas y movimiento de tropas. El Gobierno checo lo arrestó por espionaje pero lo liberó en cumplimiento de los Acuerdos de Múnich de 1938. Schindler continuó realizando tareas de espía para los nazis en Polonia antes de la invasión de ese país en septiembre de 1939 que supuso el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
En 1939 Schindler adquirió una fábrica de menaje esmaltado en Cracovia, Polonia, en la que empleó a unos 1750 trabajadores, de los cuales unos mil eran judíos en el año 1944. Gracias a sus contactos en la Abwehr, pudo proteger a sus trabajadores judíos de la deportación y la muerte en los campos de concentración nazis. Aunque en un principio su motivación fue únicamente económica, después comenzó a emplear a trabajadores judíos que no necesitaba. Con el paso del tiempo tuvo que sobornar a oficiales nazis con regalos cada vez más costosos obtenidos en el mercado negro con la finalidad de mantener a sus empleados a salvo.
Cuando Alemania empezó a perder la guerra en julio de 1944, las Schutzstaffel (SS) decidieron cerrar los campos de concentración situados más al este y evacuar a los prisioneros restantes hacia el oeste, aunque muchos de ellos fueron asesinados en los campos de Auschwitz y Gross-Rosen. Schindler convenció al Hauptsturmführer —capitán— de las SS Amon Göth, comandante del cercano campo de concentración de Plaszow, para que le permitiera trasladar su factoría a Brünnlitz, en la región de los Sudetes, evitando de esa manera que sus empleados judíos acabaran en las cámaras de gas. Usando nombres conseguidos por Marcel Goldberg, oficial de la policía del gueto judío, el secretario de Göth, Mietek Pemper, compiló y mecanografió una lista con los nombres de 1200 judíos que viajaron hasta Brünnlitz en octubre de 1944. Schindler tuvo que seguir sobornando a oficiales de las SS para evitar que asesinaran a sus trabajadores hasta el final de la guerra en Europa en mayo de 1945, lo que le supuso gastar toda su fortuna.
Schindler se mudó a Alemania tras la guerra y tuvo apoyo económico de organizaciones judías. Después de recibir un reembolso parcial por sus gastos durante el conflicto, se trasladó a Argentina con su esposa y se dedicó a la cría de animales. En 1958 entró en bancarrota, dejó a su mujer y regresó a Alemania, donde intentó poner en marcha varios negocios de manera infructuosa y sobrevivió gracias al apoyo financiero de los llamados Schindlerjuden, «Judíos de Schindler», los que él salvó del Holocausto. Fue nombrado Justo entre las Naciones por el gobierno de Israel en 1963. Oskar Schindler falleció en Hildesheim el 9 de octubre de 1974 y fue enterrado en el Monte Sion de Jerusalén.
Monumento a Schindler en Svitavy, su localidad natal.