“haa… tengo algo de sueño”
Bellatrix estaba sentada tranquilamente bajo la sombra de un árbol mirando el paisaje lejano, algunos soldados se mantenían cerca de ella como guardaespaldas, aunque el capitán les había ordenado que vigilaran a Bellatrix para que no hiciera nada innecesario en lugar de eso.
Durante estos días habían estado deteniendo muchas avanzadas de Arus, gracias a la magia de Bellatrix ningún soldado enemigo pudo pelear de manera adecuada y fueron sumamente fáciles de tratar, ella simplemente mantenía las barreras ilusorias desde dentro del campamento y se negaba a realizar cualquier otra actividad, o quizás sería más exacto decir que los soldados no permitían que ella realizara cualquier esfuerzo físico.
Cualquier cosa que el capitán intentara ponerla a hacer, otros soldados tomaban su lugar a la primera oportunidad sin que ella tuviera que siquiera pedirlo, realmente estaba siendo tratada como una princesa, en algún punto incluso las mujeres soldados cayeron por ella de la misma forma inexplicable. Cuando el capitán confrontó a Bellatrix por estas cosas ella solo respondió con frivolidad.
“No tengo la culpa de ser tan bonita” y luego sacó la lengua de forma pícara.
El capitán ya no podía hacer nada al respecto, simplemente hizo como si nada estuviese pasando por el bien de evitar el estrés, el encanto de Bellatrix era simplemente demasiado efectivo cuando no lo suprime.
Sentada debajo de ese árbol Bellatrix se reía para sus adentros al recordar esa cara de frustración del capitán.
“ufufufu, no es como si unos simples humanos pudieran resistirse a mi, mi encanto es más que solo un hechizo, es una característica fundida en mi aura, mientras mi aura sea más fuerte que la de todos aquí no podrán evitar caer a mis pies… haa~ es por esto que es inútil juntarme con humanos, solo los mi clase están calificados para ser mis iguales”
Bellatrix recordó a los del Consejo Olímpico, ella no aplicaba sus juegos y tramas en ellos porque, a diferencia de los humanos, ella los consideraba como sus iguales y dignos de respeto, además si quería encantar a uno debía poner algo de esfuerzo ya que más de la mitad tenían auras iguales o más poderosas que la suya.
En el ranking del Consejo Olímpico, Bellatrix estaría en algún lugar entre el 5to o 6to puesto en poder mágico, muy lejos del par de monstruos que son Celestia y Belial. Sin embargo Bellatrix fue capaz de hipnotizar parcialmente a Belial para que perdiera el control sobre su cuerpo, aunque él realmente no estaba resistiendo mucho todavía fue un logro impresionante el lograr pasar las defensas de Belial así de fácil, también Bellatrix tenía la mala costumbre de hipnotizar chicos o chicas al azar para que le ayudaran con sus tareas y eso incluía a los del Consejo Olímpico.
“Jaja, fue muy gracioso cuando Merid cayó redondito en mi hipnosis y le hice limpiar mi habitación entera, aunque luego se lo compensé poniéndole unos muy lindos recuerdos en su cabeza… ¿hmm?”
Bellatrix de repente sintió una perturbación, era un aura, una muy grande que se estaba acercando rápido a gran altura.
“Esto es… no, no viene desde lejos ¡ESTÁ CAYENDO HACIA AQUÍ!”
*CRAAAAAAAAAASH
La gran barrera que cubría al campamento se rompió como un vidrio golpeado por una roca, la sacudida que esto generó en el campamento fue enorme, todos quedaron aturdidos varios segundos.
Los soldados alarmados corrieron hacia el centro del campamento que eran donde había ocurrido el estruendo, todos los soldados salieron con sus armas en mano y lanzando hechizos de refuerzo sobre sí mismos preparados para luchar, lo que encontraron fue una gran nube de polvo y una masa líquida roja moviéndose dentro de ella.
La nube de polvo se aclaró y el líquido rojo se retrajo mostrando a un hombre de túnica gris con cabello negro largo, sus ojos eran rojo carmesí y su nariz y boca estaban cubiertos con una máscara de tela, también a su lado flotaba una esfera roja brillante, no parecía ni hacer el intento de esconder su inmensa aura sangrienta y llena de intención asesina. Se estaba quitando el polvo de la túnica mientras miraba a su alrededor.
El Capitán Alcibíades salió al frente, miró a Grigori con cautela, dado que este hombre estaba solo y pudo atravesar la barrera por sí mismo debían asumir que era alguien poderoso, el capitán decidió obtener información primero.
“¡¿Quién eres tú?! ¿Eres un soldado de Arus?”
“¿hmm? Eso no necesitas saberlo, no vivirán mucho de todos modos” La perla roja comenzó a brillar mientras soltaba niebla roja.
“quinta plaga: [Enjambre carmesí]”
La neblina roja se transformó en un sinnúmero de pequeñas langostas que se esparcieron hacia todas direcciones rápidamente tomando a los soldados por sorpresa.
“¡¡PERO QUÉ DIABLOS!!”
“¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESTO?!”
“¡¡AGHHH DUELE!!”
Las langostas se adhirieron a la piel de los soldados mordiéndola y disolviendo su piel de maná, el dolor causado por esto no era insoportable pero era suficiente como para distraer su atención de cualquier otra cosa, muchos trataron de quitarse de encima a los bichos batiendo espadas en llamas y lanzando hechizos mientras se alejaban, la enorme cantidad de insectos era aterradora en si misma.
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Editado: 19.07.2022