Narra Seth. Pasado
Mi amada Brasil, la extraño mucho.
Deje todo allá, mi mama buscaba una mejor vida y le dieron oportunidad en un hospital bien hermoso y que pagaba bien, en Moscu, Rusia.
Lo malo es que ahora me recuperó porque una chiquilla con problemas existenciales cayo encima de mi y me dejo casi el brazo partido y la pierna también.
Esto dejara marcas y mucho que duele.
Camine y me di la libertad de curiosear la casa, todo esta hermoso y casi es invierno, dicen que por aquí se dan las mas nevadas hermosas.
Aun observando mi ventana, me fije en una chica, esta llevaba el pelo negro medio corto pero no tan largo, tenia un brazo fracturado vendado y era gorda. Era pálida en extremo, no sabía que las personas llegarían a ser casi del color de la leche. Ella caminaba por los lados de mi casa hacia un chico que tenia la apariencia de ser malo y callejero, espero que ella no sea mala.
Pero Dios sabe como crear las cosas ¿no?
Me pareció muy linda e interesante de conocer hasta que se fue con aquel chico.
Mis oportunidades se fueron
Fui por un vaso de leche y busque galletas Oreo.
—Rayos no las alcanzo —Dije en mi intento fallido de tomar las galletas de la alacena.
Tras mas intentos fallidos, logre mi objetivo.
Pero como la suerte parece que se me ha ido....
Tropecé con una caja, cayéndose las galletas al suelo. Gracias a Dios la leche la había dejado en la mesa.
Busque las galletas y ahí lo vi.
Los expedientes de mamá.
Los recogí pero una foto salio de uno de los expedientes.
—Mama me va a matar —Maldije.
Vi la foto y quería morirme.
¡Era ella misma!
¡La misma chica que vi hace un rato!
¿Coincidencia? No lo creo.
Iba a leer su expediente Pero mama llego tocando la puerta, guarde todo y corrí hasta la sala para comer mi leche y galletas.
Gracias a Dios mama no sospecho nada.
Aun tenia la foto.
Juro que esa noche me enamore de esa chica y mi meta era encontrarla, es tan hermosa.
Me acosté en mi cama, ore y mire otra vez la foto.
—Eres tan hermosa —Susurré.
Vi la foto y tenia letras escritas atrás.
—Karrie Marie, 12 años. —Leí
Tiene mi edad.
—¿Asi que te llamas Karrie eh? —Dije —Tratare de encontrarte por amor a Dios.
Me dormí pensando en su rostro, su hermoso rostro.
6 años después.
Me encamino a mi ultimo instituto, por causa de mudanzas he tenido que viajar mucho por este gran país... Vaya que es grande.
Después de orar y pedir a Dios protección y paciencia este día, le doy un beso a mi mama y me encamino hacia la escuela.
Esa chica, no la encontré... Y yo que tenia esperanzas.
¿¡Oh Karrie pos donde estas!? Algo no me quita la sensación de que debo de encontrarte.
Mire el instituto, era igual que el anterior... Copias de personas, chicas plásticas, hombres que se la dan en machos.
De verdad un asco, pero debo de estudiar ¿no?
Me encamine a mi salón pero tenia que pasar por la dirección para recoger la llave de mi casillero.
—Nuevo ¿no? —Dijo la secretaria al yo entrar.
— Si, soy Seth.
—Ahh pasa, toma esas llaves faltabas tu, vete que se te hace tarde. —Dijo guiñándome el ojo.
Rayos si, es tarde.
Camine corriendo todo lo que pude, al fin, llegue a mi aula.
Entre y todos me observación, como era costumbre, pero al parecer interrumpí la presentación de los estudiantes.
Mire a la que estaba hablando... No puede ser.
—Buenas, soy Karrie, tratadme bien y soy su mansa paloma, tratadme mal y conocereis a la hija de lucifer, vayen con Satán. — Sonrió cínicamente.
Es Karrie... ¡La misma chica de la foto!
Mi corazón viajo a todo dar, latía con mucha fuerza.
El profesor pidió que me presente, me saco de mi burbuja.
—Buenos días, soy Seth, espero tener una buena espectativa de este año y que Dios me los bendiga, en especial a ti Karrie, eres una alma de Dios y yo lo se. —Sonreí igual
Ella se enojo pero algo me decía que me le acerque... Y no me equivocaba.
Ella necesitaba que alguien la guíe por el camino correcto, gracias Dios por ponerme en su camino.
Amén