Narra Karrie... Semana laboral
¡Yupiii! ¡Hoy me dan a mi primera paciente!
Me levante con todas las ganas del mundo... Seth me miraba desconcertado pero el no entendía mi emoción
¡Iba a ayudar a mi primera persona!
—Amor baja tu fuego ¡me vas a quemar! —Dijo Seth riendo.
—¡Si pero es que estoy muy feliz! —Dije comiendo.
—Vale, te llevare y de ahí hago la compra de la casa, nos hacen falta algunos comestibles —Dijo. —Ah y se me olvidaba.
Se fue para no se donde y trajo una caja.... ¿Que me tienes preparado Seth?
—Lo encontré en la calle ayer cuando venia de la barbería y no era justo dejarlo ahí —Dijo triste —¿Lo adoptamos? —Dijo como un niño.
Era un gato pelón, muy lindo y a veces raros de encontrar por aquí.
—¡Pues claro amor! —Dije abrazándolo y besándolo —Se llamara Michi
El gato maullo contento, Seth arrugo el rostro.
—Eliges nombres raros ¿sabes? —Dijo Seth riendo. —¿Entonces te quieres llamar Michi? —Dijo refiriéndose al gato.
El maullo otra vez, mas contento
Salí feliz de mi hogar, con el hombre que amo para mi trabajo.
—Oye —Dijo Seth al estacionarse. —Vamos a orar ¿Te parece?
Oramos y nos besamos.
—Que tengas excelente día campeona. —Dijo guiñándome el ojo.
Solo me reí y se fue.
Dios, acompañame ahora.
Camine hasta mi sala por el momento me dieron un cubículo en donde tener mi escritorio y a las personas, después se ampliaría.
—Karrie abreme —Dijo Anna
—Oye pasa por favor. —Rei.
Me trajo hamburguesas.
—Luego compramos pizzas —Dijo y reímos.
—Gracias men y bueno, estoy emocionada, ya tendré a mi paciente aquí. —Dije chillando de felicidad.
—¿Sabes? Eres increíble Karrie —Dijo sinceramente —De verdad te admiro.
—Gracias Anna.
Se fue y me termine de comer las hamburguesas.
(…)
—Doctora Karrie su paciente —Dijo la enfermera al entrarla.
Era chiquilla con varias autolesiones hechas, era gorda como yo lo era antes, pálida como la nieve, su cabello rizado... Sus ojeras por tanto llorar... Se sentó y bajo la cabeza, no me miraba, tal vez tenía vergüenza.
Me vi reflejada en ella... Tantas personas necesitan ayuda y no la pueden conseguir... Ella se parece a mi.
Dios usame por favor.
—Y bien, buenos días, soy la doctora Karrie, pero me podes llamar Karrie ¿Te parece bien? —Sonreí
Ella levanto la cabeza, sus ojos eran oscuros sin brillo, sin vida. Se cristalizaron al verme y la bajo otra vez.
—Tranquila, lo que vos sentís, algún día también lo pase —Dije y agarre su mano —Confía en mi cariño ¿como te llamas?
—Me llamo —Dijo y me miro fijamente a los ojos —Kaela