Hey Quitate Enana

Capitulo 9 ¡Que comience la guerra!

En el momento menos correcto alguien abrió la puerta y como tengo mucha suerte. Que se note el sarcasmo. Me caí.

—lo siento hija. No sabía que estabas ahí.—me levante y me sacudí. Maldita suerte la mía — ¿interrumpí algo?

Antes de que Jason pudiera hablar me adelante— no papa no interrumpiste nada. Jason ya se iba— cogí al panda y cerré la puerta. Creo que le pegue a Jason. Me subí a mi habitación e inmediatamente alguien toco la puerta.—¿¡Que!?

— ¿estas bien?— pregunto aun estando afuera de mi habitación.

— si— mientes. ¡Callate!

—entonces baja vamos a cenar.

—no tengo hambre—Entró a la habitación y comenzó con su interrogatorio de ¿quien me había regalado el panda? ¿Donde había estado? ¿Por que había pintura en la sala y mi mochila estaba llena de pintura? Y blah, blah, blah. Después de eso preferí bajar a cenar.

Cuando termine estaba pensando en como decirle a mi papa que tenia un bonito sitatorio. Y de un momento a otro ya se lo había dicho, el me miro con desaprobación y me dijo que iría a instituto el lunes, después subí a mi habitación, me volví a bañar, me coloque mi pijama, me acosté y comencé a pensar en lo que había pasado esa tarde. O mas bien en lo que acababa de pasar hace unos momentos con Jason.

Creo que no debí cerrarle la puerta a Jason.
Pero lo hiciste
¿Y ahora que hago?
Nada. No respondiste a su pregunta así que te acabas de joder.
No debí hacerlo. Creo que debí responderle.
Muy tarde lo hecho, hecho esta, de cualquier forma no creo que quisieras ser su novia ¿o si?
No lo se. Jason es genial pero lo acabó de conocer.
Hay tu vida es patética.

Cerré los ojos y me quede dormida soñando con mi futuro esposo, amante y padre de mis hijos Deán Ambrose.

*****

La maldita luz me despertó. Abrí los ojos y ví a mi tía abriendo la ventana, me levante, me dirigí al baño, cuando salí mi tía ya no estaba, me cambie, tendí mi cama y baje, tome un jugó, me lave los dientes, saque mis libros de la mochila. Bueno al menos se salvaron, excepto mi mochila.

Decidí salir. Bueno de alguna forma tengo que conocer esta ciudad y distraerme un poco, además necesito comprar una nueva mochila, mientras caminaba escuchando música vi una tienda de juguetes y al lado una tienda de bolsas de dama, supuse que ahí venderían mochilas, entre y en efecto habían mochilas cogí una completamente negra, me dirigí a  pagarla, salí y vi a la imitación humana saliendo de la tienda de juguetes, ¿que hacia en una tienda de juguetes? Cuando me vio comenzó a acercarse.

—¿acaso me sigues?— no eres la octava maravilla.

—¿acaso tu me sigues?

—¿que haces aquí?

— ¿que haces tu aquí?— esto es patético.

— yo te pregunte primero.

—no tengo por que darte explicaciones.

— bien— comenzó a caminar y lo seguí hasta que paro en seco y dio media vuelta quedando frente a mi —¿por que me sigues?

—por nada. Solo compre una mochila ¿de acuerdo?— ¿y a el que le importa? El me pregunto.

Se encogió de hombros— de acuerdo.

— ¿y tu que hacías en una tienda de juguetes?— la curiosidad mato al gato. ¡Callate!

—no tengo por que darte explicaciones— dicho esto se fue. ¿Como se atrevía a imitarme?

Suspire pesadamente y me fui a casa, deje la mochila en mi habitación y después fui a casa de Layla, llamamos a  Liliana y cuando llegó vimos una película, por alguna extraña razón me dieron la suficiente confianza, incluso podría decir que ya las consideraba mis amigas. Y por alguna extraña razón decidí contarles lo que había pasado con Jason.

Se llego domingo y vi a Jason, le pedí una disculpa por haberle cerrado la puerta y bueno el dijo que no había ningún  problema, no quise hablar sobre el tema de la pregunta que me había hecho, así que decidí quedarme en casa y no salir ese día.

*****

Hasta que se llegó el fabuloso lunes.

—te prepare un jugo — me extendió el vaso.

—gracias pero me comprare algo en la cafetería.— la verdad es que ya se me estaba haciendo tarde y no tenia tiempo para desayunar, ni siquiera para tomar un jugo.

— bueno si tu no lo quieres yo si. Debido a que me espera un día largo— mi papa estaba apunto de beber del vaso pero mi tía grito “¡NO!” Y se lo arrebató aventándolo, provocando que se estrellara.

— ¿que pasa?— preguntó mi papa.

—¿estas bien?— pregunte. ¿Por que había hecho eso?

—si claro que estoy bien— su nerviosismo podría notarse a kilómetros.

—¿por que lanzaste el vaso?

—por que..— guardo silencio por un minuto— Me acabo de acordar que vi una araña en ese vaso ayer pero se me olvido.

—¿araña? ¿De donde salio una araña?

— no lo se.— respondió rápidamente.

—bien. De acuerdo. Creo que mejor nos vamos.— me miro— ve por tu mochila.— asentí y cogí mi mochila.

Eso fue raro.
Y que lo digas.

Salimos de la casa, subimos al auto y condujo hasta llegar al instituto, cuando llegamos la directora también estaba llegando.
Al parecer alguien se levanto tarde.
Mi papa se acerco a la directora y ella al verlo sonrió felizmente. Estuvieron hablando sobre mi comportamiento y cosas que no me dejaron escuchar. Luego de eso mi papa se fue y la directora me indico que entrara a clases y se fue muy sonriente a dirección. Camine por el pasillo y ví a Layla y Liliana y me acerque a ellas.

— hola.— dije llegando hasta ellas.

— hola.— respondieron al unísono.

— ¿de que hablaban?— ambas se observaron y se mandaron una sonrisa cómplice.

—de que suspendieron a la zorra de Dana.

—¿¡Enserio!?— Layla asintió. Mi emoción era imposible de ocultar.

—y eso nos alegra mucho— dijo Liliana y Layla asintió.

— creeme que yo me alegró mas.

El timbre sonó  y nos dirigimos al salón pero antes de entrar me tope con la imitación humana.

—¿puedes quitarte?

—¿Que?— se acerco a mi— es que no te escucho estas muy enana.



#22432 en Otros
#3347 en Humor
#34994 en Novela romántica

En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 30.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.