Hey Quitate Enana

Capitulo 26 Niñeras irresponsables

La puerta se abrió dejando ver a Layla y Liliana. Callan inmediatamente se aparto de mi y se fue. Mi respiración se sentía tan agitada. Liliana y Layla se miraron y se agarraron a reír.

— ¡Callensen!— exigí.

—cinco minutos mas y los encontramos en tu cama— dijo entre risas Layla.

— ¡No es gracioso! —exclame molesta.

— claro que si— dijo Liliana.

—no lo es—me acerque hasta la cama, me acosté y me tape la cara con la almohada sin hacer presión.

—cuentanos ¿que paso?— pregunto Layla dándome pequeños golpes en el brazo.

— quiero dormir— dije aun con la almohada en mi cara.

—primero cuentanos— pudio Liliana. Cerré mis ojos y espere a que el sueño llegara, mientras tanto escuche las risas de Liliana y Layla.

Almohada por favor dejame sin respiración.
Si, así le harías un favor a todos.
¿Puedes irte?
No.

Liliana y Layla se acostaron y sentí como el sueño me comenzó a invadirme.

*****

Nos levantamos, me cambie, Layla se tardo mucho en el baño y cuando salió tenia una sonrisa maliciosa en su rostro, Liliana termino rápido, su mama nos hizo hot-cakes, terminamos y salimos hacia el instituto.

— ¡Encontré las temporadas completas de los teletubbies!— exclamó Layla emocionada.

— entiende que son un invento del diablo— dijo entre dientes Liliana.

—tu eres un invento del diablo— le dijo a Liliana. Layla se fue a su clase y Liliana y yo entramos a la clase de música y al entrar todas las miradas se posaron sobre nosotras.

Esto es incómodo.
Te observan por que cantaste horrible.
Gracias me haces sentir muy bien.
Lo se, soy genial deberían de darme un oscar por ser tan genial.
¿No entiendes el sarcasmo?
Claro que lo entiendo.
¿Que hago ahora?
No lo se, no me desconcentres estoy planeando mi futuro con Logan Lerman.
No me interesa tu futuro con Logan Lerman, ayudame.
¿Como se dice?
Por favor.
¡No! Eso no.

Las miradas se posaron solamente en mi.

Ayudame.
De acuerdo esto es incomodo, haber ¿que podemos hacer?
¿Que hago?
Ah, ¡Corre! ¡Huye como la cobarde que eres!

Me di media vuelta para comenzar a correr y alguien entro con una cajas, chocamos, las cajas cayeron, el cayó yo caí pero lo importante era que las pobres cajas calleron. Alumnos se acercaron y comenzaron a levantar las cajas y Liliana  me ayudó a levantarme, la maestro entró y cerro la puerta.
 

Me obligó a pasar al frente y me pidió una explicación del por que salí corriendo en la clase anterior.

Conocí un perro y... Le quedan dos meses de vida, si esa podría ser una gran excusa.
Ni tu te la crees y además ¿como sabes que le quedan dos meses de vida? ¿De que raza es? ¿Como es el perro? ¿Tiene dueños? ¿Que tiene que ver eso con la clase? ¿Que edad tiene el perro? ¿Donde lo conociste...?
Muy bien, ya entendí, no es una buena excusa.

— yo... — baje la mirada— Sólo me dio vergüenza.

— no entiendo por que, si cantaste muy bien.

Subí la mirada —¿que?

—a mi me gusto mucho como cantaste ¿has tomado clases de canto?— negué y la maestra me indico que podía regresar a mi lugar, aun que en realidad estábamos parados, la puerta se abrió dejando ver a Callan y como siempre todas las miradas se posaron en el.

*****

Las clases terminaron y salimos— ¡Al fin es viernes!— gritaban muchos alumnos.

Caminamos hasta el parque y nos sentamos en una banca— muy bien, ¿quien quiere ayudarme?— pregunto Liliana y Layla y yo la miramos confundidas.

—¿ayudarte en que?— pregunte.

— a cuidar a unos niños pequeños.—Layla y yo nos miramos y después miramos a Liliana.

—paso— dije.

—no gracias— dijo Layla.

—¿que? — pregunto decepcionada— No me pueden hacer esto, son mis amigas tienen que ayudarme.

—no desperdiciare mi fin de semana cuidando niños— dijo Layla.

— yo tampoco—dije.

—no es el fin de semana completo, solo es hoy.

— aun así no— dijo Layla.

— ni lo pienses.

— por favor— pidió.

—no.— dije decidida.

—no sueñes.—Layla y yo nos levantamos.

—les compartire lo que me paguen.— Layla sonrió y se acerco a Liliana.

—somos amigas y las amigas están para ayudarse— la abrazo — aunque... ¿De cuanto estamos hablando?

—cien dólares.

— ¿que edad tienen? ¿Y cuantos son?— pregunte.

—son cuatro,  tres tiene seis y uno siete.

Nos miramos— esta bien—dijimos al unísono.

*****

—¿y por que te ofreciste tu a cuidarlos?— pregunte confundida.

—no me ofrecí, mi mama me ofreció como niñera y así ella y las señoras podrán irse tranquilas al boliche, a tomar café y hablar tranquilas— explicó y Layla y yo asentimos.

Las señoras se despidieron y cerramos la puerta— muy bien solo serán cinco horas— dijo sonriendo Layla.

Nos dimos media vuelta encontrándonos con tres de ellos. Muy bien todo va bien hasta ahora... Un momento ¿tres? ¡Deben de ser cuatro!

—¿donde esta el otro?— pregunte mirándolas.

— un minuto, uno, dos, tres, uno, dos, tres, uno, dos, tres, — contaba Liliana—uno, dos, tres ¡Nos falta uno!

—¡No me digas!— exclame sarcástica.

Layla se quedo a cuidar a los otros tres mientras Liliana y yo buscábamos a el otro.

—¡Genial no han pasado ni cinco minutos y ya perdimos a uno!— exclame alterada.

Buscamos, buscamos, buscamos, buscamos, buscamos y buscamos por todos lados y el niño no aparecía.

— ¿que vamos a hacer? Ya perdimos a uno.

—te diré que es lo que haremos, Yamileth y yo nos vamos, no iremos a prisión por esto, eran tu responsabilidad no la nuestra, tu lo perdiste nosotras no fuimos, tu iras a prisión y nosotras no, no se quien eres yo no te conozco ¡Nunca te he visto en mi vida!

—¡Layla!

— no iremos a prisión,— dije intentando calmar a Layla— solo tenemos que encontrar al niño... Espera ¿no estabas cuidando a los otros tres?



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 30.09.2020

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