Más allá del Remolino de la Estirge
Los barcos eran delgados y largos, con grandes dragones tallados al frente, e impulsados por remos.
Eran muchos los que se habían salvado de los demonios de la sombra. Dragones de distintas manadas, algunos alfas, ya no los catorce de Agyry y Syukur. Pero entre ellos, mal heridos, pero con vida, se hallaban Dreysha y Praxius.
Dreysha había sido sacada del castillo por Nemeri quien, luego de ver partir al hermano de la princesa, con la niña recién nacida, había tomado a la joven y la había llevado hacia los navíos con la esperanza de que el chamán pudiera curar sus heridas.
Praxius al caer al techo de la fortaleza, luego de recibir varios impactos de gigantescas flechas había sido recogido por Carso, quien estaba mucho menos herido y había volado cargando con el alfa, hacia el lugar donde los esperaban.
La gran flota de los dragones marchaba hacia el lejano norte, a las tierras del Alfa Alfair, a un lugar donde nunca antes ningún agyriano había accedido.