Hijas de la Luna

Capítulo 20

Capítulo 20. Nuestra Lucha.

JULIE

El sonido de la maquina que vigila los latidos del corazón de Jade es todo lo que se escucha en la habitación. Los ojos verdes de mi hermana y los celestes grisáceos de Aren me observan con gran impacto después de explicarles parte por parte de lo que vi, Jade parece a punto de llorar y Aren parece perdido en sus propios pensamientos.

—¿Podremos ayudarlo a cumplir su misión? —pregunta Jade aún débil, lleva un pequeño tubo en la nariz que la ayuda a respirar mejor.

Tomo una bocanada de aire y me cruzo de brazos caminando hacia la ventana donde me asomo, desde aquí puedo observar el area de jardín en la que estuve anoche con Daniel, ahora es mi gemela quien se encuentra allí junto con Charlie, ambos parecen estar enfrascados en una platica amena.

—Sé que quieren ayudarlo y protegerlo, pero es su misión Jade, ninguno de nosotros podrá entrometerse —murmuro ida en la forma en la que la pareja se abraza—. Al menos no hasta que sea realmente necesario. Pero no te preocupes, tendrá ayuda.

Sonrío un poco recordando a los chicos que se unirán a su misión. Aún no sé quiénes son o de dónde saldrán, pero algo dentro de mi sabe con mucha certeza que todos apoyarán a Zed y lo ayudarán a lograrlo.

—Jules... ¿cómo es que ahora puedes ver esas cosas? —vuelve a preguntar Jade.

Me giro hacia ella y me encojo de hombros.

—No lo sé, pero voy a descubrirlo. Para eso necesito que me dejen ir con Owen las veces que lo necesite, él va a ayudarme, aparentemente es el único que puede hacerlo, así que necesito más libertad.

—Debes ser consciente del peligro que hay afuera, Julie... —interviene Aren mirandome con seriedad—. La mansión Vikram estaba protegida y aún así lograron penetrar el terreno, no estoy seguro de que la protección de tu madre soporte un ataque, peor con ella lejos, y sería demasiado riesgoso ir al lago porque está casi en los limites. Limites que ya cruzaste antes.

—Owen mencionó que Jane y yo podríamos fusionar nuestros dones —suelto dejándolos sin palabras.

Jade arruga su frente y me mira extrañada.

—¿Sería eso posible?

—Él tiene una hipótesis, dice que quizá podemos usar el lazo de gemelas que nos une para fusionarnos y así incrementar el poder, dice que si lo logramos seremos muy poderosas. Sé los riesgos Aren, pero debemos intentarlo, debe haber alguna forma de terminar esta guerra.

—Pero el abuelo y mamá podrían derrotar fácilmente a ese monstruo, no entiendo por qué no lo hacen —se queja Jade confundida.

Aren rodea sus hombros con su brazo y besa su frente con cariño antes de suspirar y alternar la mirada entre las dos.

—Reece cree que al destruir a Gelathor, los dioses podrían desequilibrar el mundo sobrenatural. Gelathor se ha convertido en una fuerza que mantiene el equilibrio en El Bosque Oscuro y destruirlo desataría el caos.

Jade lo mira horrorizada.

—¿Me estás diciendo que no podremos matar a esa cosa?

—Es lo más probable amor, lo más sensato sería devolverlo a su mundo. Pero si no lo logramos podría amenazar con destruir el nuestro, o más bien todos los mundos existentes. Por más que quieran, no creo que Freya y el Dios del Paradise pongan en riesgo la existencia de todos solo para asesinar a esa bestia.

—Ellos tampoco van a devolverlo a su mundo —susurro uniendo los cabos—. El abuelo no vendrá, él sabe que esta es nuestra lucha así que no hará nada más que darnos las herramientas necesarias para resolverlo. Y mamá... ella ya cumplió su misión aquí, su mundo la necesita mucho más. Esta es nuestra lucha Jade.

—Los dioses han dejado esto en nuestras manos —razona después de un rato. Asiento soportando el peso que eso asienta sobre nosotras.

La expresión de Aren se ensombrece y una gran determinación lo invade.

—Entonces vamos a responder. No voy a permitir que nos encuentren indefensos de nuevo, es hora de poner en marcha cada uno de los planes de protección y contraataque.

—Vas a irte, ¿cierto? —Jade lo mira con los ojos cristalizado.

Aren acaricia su mejilla.

—Solo por un par de días, debo ir por las Guilgers, son las únicas aliadas que nos pueden ayudar a contener tantos ataques —suspira preocupado—. Pondré protección en la mansión Castleland, con los bebés ya aquí no puedo confiarme.

—Quiero que mamá Alice y Dominic vengan a casa. La mansión Vikram quedó muy vulnerada, no podré estar tranquila sabiéndolos allí.

Aren asiente pensativo.

—Derek tendrá que quedarse a cargo de la manada mientras no estoy, creo que sería buena idea que él y Ellie también estén cerca tuyo. Todo el que pueda protegerlos debe estar cerca, no creo que ataquen más al pueblo, sabrán que los bebes ya nacieron y querrán atacarnos directamente. No me sorprendería que ahora nuestros hijos fueran su objetivo principal.

Jade y yo nos miramos alarmadas. Lo que Aren dice tiene mucho sentido, más cuando Jade y él encontraron una nota amenazante dirigida al bebé sobre el cuerpo sin vida de Glenda. Cuando se enteren de que ya nació y en realidad son dos van a querer venir por ellos. El pensamiento de mis sobrinos pasando por lo mismo que Jane y yo me hiere el alma.

La historia no puede volver a repetirse.

No permitiré que ninguno de ellos sea lastimado. No dejaré que sus almas puras sean manchadas y destruidas como lo fue la mía, no quiero que ninguno de ellos tenga la necesidad de proteger al otro a costa de su propia luz.

Eso no pasará. Sobre mi cadáver.

—Debo ir con Owen. Esta noche —espeto con firmeza atrayendo su atención de nuevo a mi—. No espero que lo entiendan o que lo acepten, solo necesito que me den su aprobación y apoyo, incluso si eso significa exponerme ante el peligro.

Jade me mira sumamente angustiada.

—Julie no me pidas eso. Hace cuatro años las saqué de la oscuridad, las recuperé, y ahora... ¿esperas que las deje ir corriendo de nuevo hacia ella?




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