Pasaron los días, me dediqué a prepararme para la entrevista.
Fui a todos los lugares que marqué en el calendario.
«27 de agosto»
Subí hasta el octavo piso. Me senté en la larga banca, había bastantes señoritas. Parecía que pasábamos por 2 entrevistas.
Era el número 16.
- Número 5 pase. - la muchacha entró.
Así cada chica paso hasta que me tocó a mí.
- Número 16.
Pase y estaba en una sala de espera. Un joven estaba al frente mío.
- ¿Por qué quiere trabajar maquillando a un actor? - me preguntó directamente.
- Porque... Porque no lo recuerdo. - dije pensando en mi condición de falta de memoria y ceguera facial. - Y ¿Usted por qué quiere maquillar a un actor?
- No estoy aqui para maquillarlo, estoy esperando que me den pase para el baño. - señalo la puerta detras de él.
- Vaya... - por primera vez en much tiempo alguienj me hizo reir, eso me hacia sentir bien. - Gracias.
-¿Por qué? - preguntó.
-Me alegro el dia. - él me miraba sin entender lo que sucedia y el motivo de mi sonrisa. - Incluso con esas zapatillas que son edición limitada de temporada de otoño de VTT. Espera para entrar al baño.
Me llamaron para a la entrevista solo preguntaron donde estudie y me datos. Por alguna razón sentía muy extraña la entrevista.
Regresé a casa. Estaba cansada, me recosté en mi cama, cerré los ojos. Quería recordar el rostro del hombre con el que hable, pero como soy tan miserable no recuerdo ni siquiera un poco de sus rasgos faciales.
Su voz, puedo recordar su voz.
"¿Por qué quiere trabajar maquillando a un actor?"
Qué raro, un hombre esperando para el baño aun siendo un hombre rico.
Mi teléfono sonó. Me levanté apresurada, me dio mareos, pero me recompuse rápidamente.
- ¿Hola? - contesté.
- Señorita O'Higgins, usted fue la mejor en la entrevista puede trabajar desde el lunes en la mañana. - dijo el hombre en el teléfono.
- ¿Enserio? - pregunté emocionada pero discretamente.
- Si señorita. La esperamos.
¡Dios, Dios!
Me miré en el espejo. En mi memoria no está mi rostro, ni el de mis conocidos. Pero aun así la vida me está dando una oportunidad, una oportunidad de volver a vivirla de forma pacífica.
A los 2 días salí temprano de casa. No me maquillaje mucho, mi ropa no está muy actualizada, pero al menos no está tan mal. Caminaba emocionada. Mi corazón latía a mil, no sé por qué, pero me emocionaba ir a trabajar como maquilladora profesional. Llegue a la empresa, y me informaron que desde los próximos días Xiaowu estaría en actuando y tenía que seguirlo.
Camine hasta la sala de Xiaowu para presentarme.
Toque la puerta. Parecía que estaba practicando el guión.
- Pasé. - dijo desde dentro la sala.
Entre y lo vi con el guión en la mano. - Buenos días, soy Andree O'Higgins. Es un gusto conocerlo.
- ¿Eres Andree, verdad? Felicitaciones, ¿Debes estar feliz? - dijo en tono arrogante.
¡Aishhh! ¡QUE ARROGANTE!
Debo ser alguien tolerante. Respira Andree, respira.
- ¿Señor, necesita de mis servicios ahora? - dije tratando de sonreír.
- Párate aquí. - señaló con su dedo un sitio delante de él.
Supongo necesita un poco de retoque.
Caminé hacia él, tenía una piel tan tersa, sus labios rosados parecían suaves. Sus ojos eran marrones claros con pestañas largas. Eres un chico perfecto.
- Listo. - Me pare a su delante.
Él se agachó y me miró de cerca. No cambie mi expresión seria y distante.
- ¿Por qué eres tan pequeña? - su mirada cambio. Se volvió tierna, dulce y empalagosa.
- ¿Qué? - no entendía esa expresión.
- Sus mejillas son como las de una muñeca. - puso su mano en mi mejilla. Di un paso hacia atrás por el susto.
Su mirada era tan intensa. - ¿Tiene fiebre? - puse mi mano en su frente.
Él tomo mi mano y la apretó. - Quédate junto a mí.
«PORQUE AL DESTINO LE GUSTA JUGAR CON EL AMOR»
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Editado: 03.09.2022