Me quedé con Xiaowu en su casa. El doctor dijo que era exceso de trabajo y debía descansar, aunque según recuerdo él quería ganar tiempo y no relajarse.
¿Adivinen quién trabajaría horas extra?
Exactamente, yo. La menos culpable de todo esto.
Estornudé a mitad de mis pensamientos.
Volteé a mirar a Xiaowu, yo le advertí, pero él no me hizo caso.
Pase un paño húmedo por su frente. Volví a estornudar, de seguro me dará un terrible resfriado. Me quedé sentada a su lado, en una hora le tomé la temperatura. Ya había bajado, estaba todo correcto. Lo arrope con su edredón, dormía con un pequeño niño después de que su madre le contara un cuento. Me levanté y caminé hacia la cocina. Tenía suficiente hambre como para comerme un elefante. Abrí la alacena, el refrigerador y todos los cajones que tenía.
— Nada. No hay absolutamente NADA. — dije después de ver que no había ni un poco de comida en esta casa.
Quería hacer una rabieta, pero no había nadie para escuchar mis quejas.
Bueno, tendré que morir de hambre. Si dejo a ese hombre por más de quince minutos terminaré demandada. Regresé a su lado, él se veía taaan despreocupado que me causaba horror. Me apoye en la mesa de noche, mi codo resbaló e hizo caer el termómetro y un libro.
— Rayos. — levanté el libro y lo puse encima de la cama, en seguida el termómetro y lo puse encima del libro.
Mi teléfono empezó a vibrar. Solo lo escuchaba, pero no lo encontraba.
¿Se habría caído también?
Me agache a buscarlo, pero golpee mi cabeza con el libro y por segunda vez el termómetro se cayó.
— ¡Bien! Sé que estás en mi contra. No es necesaria tanta oposición.
Había dejado mi teléfono entre el edredón que abrigaba a Xiaowu. Lo encontré. Mamá me enviaba un mensaje.
Mamá… La extraño demasiado… Quisiera verla.
Pero tengo que seguir buscando lo que olvide y recordar por qué me esforcé tanto en llegar hasta aquí.
Tome por segunda vez la temperatura. Dios mío, subió. Mi respiración se agitó, ¿Debía llamar al médico? ¿Pero cuál es su número telefónico? ¿Desde cuándo soy tan despistada?
Salí de la habitación en busca de toallas y agua tibia. ¿Por qué tiene un pasillo con tantos escalones? Tenían algunas luces en cada escalón. Baje apurada hasta que por segunda vez el mundo se puso en mi contra. Pise mal en el antepenúltimo escalón, mi pie se dobló y…
¡Puk!
—! Auch! — agarré mi tobillo.
Me levanté, intenté pisar, pero al hacerlo me dolió. Aun así busque el agua y las toallas. Subí las gradas como pude y regresé. Él no parecía estar debatiéndose, se veía tranquilo. Empapé una toalla con agua, en seguida la estrujé y la puse en la frente de Xiaowu.
Paso así algunas horas hasta que quede dormida.
Sentía el sol caer en mi cara, de seguro no cerré las cortinas como debía. Abrí mis ojos y bostecé, tape con una mano el sol que caía en mi cara.
¡Espera! Dormí junto al arrogante actor enfermo.
«Debo ser paciente, debo ser paciente» repetía una y otra vez en mi cabeza.
De seguro despertará con hambre y aunque… A veces se comporta muy arrogante pero aun así está enfermo.
Me levanté rápidamente, pero al pisar con mi pie derecho sentí un hincón.
— ¡Ah! — me quejé
Me agaché para tocar mi tobillo, lo apreté y solo seguí adelante.
¿Qué debería preparar? Recordé inmediatamente al manager de Xiaowu.
Pero, aunque debía darle comida dietética pensé en comida para enfermos. Investigue un poco y resulta que los asiáticos comen porridge cuando están enfermos.
¡Es mi momento!
Preparé la comida, aunque no podía moverme con facilidad por mi pie, aun así, logré preparar el porridge para Xiaowu. Deje el tazón de porrige en la mesa, aún cojeaba un poco por el dolor.
Mi teléfono vibró en la barra de la cocina, intente caminar rápido, sin embargo, no podía ni siquiera dar pasos firmes.
Era mamá:
: Andree, hija ¿Cuándo vas a volver? Los inversores están locos porqué desapareciste. No les dije de tu accidente. ¿Qué debo hacer?:
Los inversores no iban a estar sin protestar. Aun así, tenía planes de respaldo para tapar mi viaje, MishAee no podía estar sin un jefe por mucho tiempo, lo lamentable es que ellos no saben que mamá se encargará de todo.
Pero… Todos son codiciosos y desean el poder del prójimo. Trabaje muy duro para conseguir la forma de ser reconocida, no puedo dejar que simples personas me quiten todo. Especialmente Michael Lost, el segundo en la lista de los inversores con más acciones. Debo poner en marcha mi accidente como excusa, aun así, nombraré a mamá cómo jefa temporal de todo. Manejaré lo que cree por mi cuenta.
«EN EL PEOR DE LOS CASOS DEBEMOS ENFRENTAR NUESTO DESTINO CON VALENTIA»
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Editado: 03.09.2022