Hilos del sueño

Capítulo 42: LA HORA DE BUSCAR

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Después de salir de la tienda de obsequios Zhao Lin fue hasta un amigo que era un ilustrador callejero.
 

— ¿Qué hace aquí el gran Zhao Lin? — dijo él extraño amigo.

— Necesito tu ayuda. — dijo Zhao Lin rápidamente.

— ¿Un favor? — el extraño amigo levantó una ceja.

 

Zhao Lin pidió que dibuje a cualquier chica que se acerque a pedir un dibujo. Esa sería pequeña luna si Andree no lo acepta.
 

Cambio la foto del sobre y lo dejo en su escritorio.
No se sentía culpable pero tampoco quería hacerlo.
 

Aun así lo hizo.
 

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Sentí que Xiaowu sonreía. No quería que volteara, tenía la cara completamente roja.

Aun así se volteó.
 

— También me gustas, me gustas mucho. — dijo Xiaowu.
 

Me abrazó y correspondí a su abrazo.
 

— ¿Estemos juntos por siempre? ¿Si? — dijo Xiaowu ajustando aún más su abrazo.

— Puedo considerarlo. — dije arrogante.

— De todas maneras, ya estás casada conmigo. — Respondió rápidamente Xiaowu.
 

Anochecía y no nos queríamos separar. Miramos mil películas, pero aun así el sueño me ganó. Me quedé dormida en su hombro.
 

Desperté y estaba acostada en mi cama. Xiaowu otra vez me trajo.

Caminé descalza y abrí la puerta de Xiaowu.
 

— Inicia la búsqueda. — dijo Xiaowu por teléfono.

Entre completamente y rodee con mis brazos su cuello.

—¿Con quién hablabas? — pregunté.

— Con mi pequeño asistente. — respondió.

— ¿A quién buscarás? — pregunté

— A pequeña luna. — me mostró la foto.
 

Se veía bonita, supongo era como la niña de los dibujos. Aun así no la recordaría después de parpadear.
 

— Es bonita. — dije. Lo solté y me fui hacia la cocina.
 

Me preocupaba buscar a pequeña luna. No solo eso, que pasa con la obsesión de Xiaowu con ella.

Comprendo que estén unidos por sueños pero yo…
 

— ¡Andree! — alargó la letra A.

— Dime. — dije levantando la mirada.

— Pensé en buscar yo mismo a pequeña luna. — dijo después de sentarse en la barra.

— Oh, buena idea. — deje mis inseguridades y lo tome a bien. —¿Quieres que te maquille?
 

Terminamos de desayunas y me puse a maquillar a Xiaowu para salir a buscar a pequeña luna. Era irrazonable pero me parecía divertido.

Iniciaremos en el centro comercial.
Nos sentamos en unos sillones al frente de la entrada.
 

— ¿Estás nervioso? — pregunté observando a las personas.

— Un poco, si la encuentro ¿Qué le diré? — dijo mientras prestaba atención a las personas.
 

Seguimos de esa manera durante bastante tiempo, compramos comida rapida y seguimos ahí está muy tarde.
 

Al día siguiente fue una pizzería.

Al día siguiente un restaurante.

Al día siguiente el parque de diversiones.

El cine.

La gran plaza.

Tiendas de ropa y zapatos.

Tiendas de maquillaje.

Tienda de mascotas.

El aeropuerto.

El registro civil.

Hospitales.

Lugares turísticos y solo le faltó los colegios.
 

Pasaron por lo menos dos semanas. Esta vez estábamos en un café.
 

— Estaba pensando… ¿Cuánto tiempo estuviste con tu último novio?  — pregunto Xiaowu.

Lo miré, levanté una ceja y respondí.

— Estamos a punto de terminar.

— Quiere decir… ¿Soy el otro?— dijo Xiaowu asombrado y prestándome atención.

— Ujumm. — asentí.

— Entonces como romperán… Seré el oficial. — dijo Xiaowu y enseguida tomó un sorbo de café.

— Eres el primer novio-esposo que tengo. — respondí.

— Sabía que me amabas. — respondió orgulloso de sí mismo.
 

Reí y solo seguimos observando a las personas.

Paso un buen rato y sentí vibrar mi teléfono.
 

Era mamá.

«Hija, ¿volverás para tu cumpleaños.»

Mi cumpleaños… Estaba a una semana de mi cumpleaños. Quería volver a ver a mamá y celebrar mi cumpleaños con ella, pero… También quería estar aquí.
 

Escribí rápidamente y le dije que volvería en un mes  junto con mi novio.

Mamá estaba más emocionada por mi novio que por mi cumpleaños y accedió rápidamente.
 

Vi que Xiaowu sacó su teléfono rápidamente que, estaba timbrando.
 

— ¿Hola?— dijo Xiaowu y no alejo la vista de las personas.— ¡¿La encontraron?!

Xiaowu se levantó y casi gritó en el café.
Todos nos miramos y pedimos disculpas.

— ¿Encontraron a pequeña luna? — pregunté en voz baja.

—¡Sí! — Susurró. — Iré a verla.

— Ve, ve. — sonreí.

Agité las manos para que vaya  tranquilo.
Quizá sonreí en ese momento… Pero realmente no quería que la busqué, quería que se quede conmigo.

 

«ACEPTA LO QUE ES. DEJA IR LO QUE FUE. CREE EN LO QUE SERÁ.»




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