Capítulo 64: ULTIMOS MOMENTOS

Esperaba exactamente al medio día a Xiaowu. Estaba nublado no había ni un rayo de sol.
 

Quería seguir pensando en que quizá podríamos ver el espectáculo de fuegos artificiales, pero al parecer no lo veremos. Xiaowu llegó con una sonrisa, aunque sé que estaba muy preocupado y angustiado por la situación actual él estaba sonriendo.
 

Lo siento, Xiaowu.
 

Xiaowu me llevo por cada juego que veía, nos divertíamos demasiado.
 

— Compremos un algodón de azúcar.— jalé de su mano hacia el hombre que vendía algodones de azúcar.
— Deme el que tiene forma de osito. — el hombre le alcanzó el algodón de azúcar a Xiaowu y él me lo dio a mí.
 

Estaba muy, muy dulce. Sonreí al sentir que se derritió en mi boca.
 

—¿Te gusta? — preguntó Xiaowu.
— Sí, mucho. — respondí y seguí comiendo mi algodón de azúcar.
— Entremos a la casa fantasma. — nos detuvimos a ver la fachada del tenebroso juego.
— Bien. El que se asuste primero prepara la cena. — propuse.
— De todas maneras, siempre preparas la cena. — respondió.

 

Me sentí indignada, recogí mi cabello y nos dispusimos a entrar.

Ya a dentro las paredes estaban pintadas como si hubiera sangre.

Caminé con pasos suaves, giré a la derecha y seguí el camino. En seguida todo estaba oscuro y cada paso que daba estaba aún más oscuro.
 

De pronto sentí que alguien agarró mi mano.
 

— ¡Xiaowu! Perdiste.— grité
— Pero no tengo miedo. — respondió
 

Este hombre lamentablemente.
 

— Acabas de tomar mi antebrazo. — me volteé a verlo, y aunque no lo veía podía sentir su agarre.
— No soy yo. — me enseñó sus dos manos.
 

Si no es él entonces… ¿Quién está agarrando mi brazo?

Tragué saliva y grité como loca. Me colgué de Xiaowu, él me sostuvo en el aire.
 

— Por favor una cena ligera. — dijo con un tono gracioso.

Había perdido, ¡Yo!

— Eres cruel. — respondí.

 

Uno de esos momentos cósmicos se formó en ese preciso instante. Xiaowu no me bajo y no me incomodaba estar en esa posición. Aunque mis piernas rodeaban la cintura de Xiaowu y mis brazos su cuello no me incómoda en lo absoluto.

Quizá esta sea la despedida.
 

Xiaowu se acercó a mis labios, sentía su respiración, rozó mis labios con los míos y entonces me besó. El contacto que teníamos había pasado de besos dulce e inocentes a besos con pasión y amor.

Pero quizá sea la última vez. Aprovecharé todo lo que pueda.
 

Después de salir de la tenebrosa casa de espantos encontramos una tienda de recuerdos.
 

— ¡Mira! Pulseras de pareja. — toqué la pulsera. Era muy bonita.
— Entonces llevémosla.— Xiaowu la puso en la canastita y seguimos viendo que había.
— Mira estas burbujas. — era como un molino de viento que había salir las burbujas.
— Bien, esto más .— Xiaowu puso una caja en la canastita.
 

Solo me gustaban esas cosas, no quiero que las compré.
 

— Mira este peluche de pingüino. Y estos lentes de detective. ¡Oh! Mira este extraño vaso que nunca nos va servir ¡Oh! y ese gran peluche. — señale el Puelche más grande de la tienda.
— ¿Anotó todo lo que ella quería? — me volteé y él le hablo a una joven ayudante.
— Sí, lo empacados y enviamos a esta dirección. — la joven se retiró y yo me acerque a Xiaowu.
—¿Por qué compraste todo eso? — pregunté
— Porque te gustaba.

 

Más tarde regresamos a casa y todas las cosas que Xiaowu pidió estaban en la sala.

Me arrepentí de haber pedido tan poco pero bueno, ya no había solución. 
 

Fui a la habitación y me cambié de ropa.
 

Aún me preocupa como haré para que Xiaowu no me detenga. Tengo que buscar una forma que él se entere solo cuando ya sea muy tarde para justificar mi actuar.

Mi cabeza otra vez me dolía, estoy pensando demasiado. Toqué con la palma de mi mano mi cabeza, el dolor estaba aumentando.
 

—¿Te duele tu cabeza? — pregunto Xiaowu. — Buscaré una pastilla.

 

¡PASTILLA! ESO ES, UNA PASTILLA.

«VIVE CADA MOMENTO DE TU VIDA COMO SI NO HUBIERAUN MAÑANA.»