Hilos Rojos

Capítulo 21

Viernes 27 de abril del 2018.

 

—Emm, no, que yo sepa, no lo sé —Se notaba nerviosismo en su voz. Me paré, le miré a los ojos, dejé el tomate en la barra, y tomé el hot-cake con el tenedor que dejé arriba del plato. Él respiró como si hubiera estado reteniendo la respiración.

—Si no me quieres contar está bien, aún no somos mejores amigos —Ojala sea yo.

—Te lo contaré en algún momento, lo prometo.

—Imagino que, ha de ser un sentimiento muy fuerte como para que se alargué tu hilo. Es decir, esa persona está también enamorada de ti, porque pues ya sabes que si enamoras a alguien que tiene el hilo rojo unido a otro como la mayoría, puedes hacer que se entrelacé con el tuyo y. . .

— ¿Has escuchado de Machaca Fest? —dijo interrumpiéndome.

—No, ¿qué es?

—Es un concierto, con varios artistas y bandas, vamos.

—No lo sé, jamás he ido a uno, y hay mucha gente.

—Va a ir Caloncho.

— ¿Cuándo es? ¿A qué hora? ¿Dónde firmo? —cuestioné emocionada. Él sonrió y puso otro hot-cake en el plato.

—Es el primero de junio, empieza a la una de la tarde, pero por el calor podríamos ir más tarde, ya que es al aire libre en fundidora. Y no necesitas firmar nada, sólo acompañarme —Lo miré, y lo más seguro es que mis ojos brillaban más que mi propio futuro. Sentía emoción.

Me fue inevitable acercarme a abrazarlo, se sintió bien, el seguía con la pala de plástico con restos de mantequilla en la mano, pero aun así me devolvió el abrazo. Sus brazos rodeaban todo mi cuerpo. Y por creí que podía quedarme un largo rato así. Era singular la sensación, no me sentía incomoda, y yo no soy de dar abrazos, si los doy, son cortos. A Nathaniel no le vi ánimos de soltarme. De hecho, sin necesidad de mirarle, podía saber que estaba sonriendo con los ojos cerrados, al igual que yo.

—Se está quemando mi hot-cake —Nos soltamos con rapidez y asustados. Había sido mi hermano, quien nos observaba muy atento. Tenía el cabello desordenado, y seguía en piyama.

— ¿Cuánto tiempo llevas ahí? —pregunté algo apenada.

—Muy poco —Nathaniel alcanzó a salvar el hot-cake—, ¿por qué? ¿Hacían algo indebido que no debí ver? —abrí los ojos gritándole con la mirada que se callara— Sí quieres me voy, sólo venía por uno.

—Toma —el rubio se lo dio, y le puso un pedacito de mantequilla arriba, se miraba muy lindo y apetitoso, el hot-cake, obvio, no Nathaniel, o bueno, un poco—. Me llamó Nathaniel, ¿un gusto. . .?

—Asdrubal —se estrecharon la mano—. No quiero comportamientos inapropiados, ¿está bien? —lo dijo tan serio, como adaptando el rol de papá celoso y preocupado.

El lindo cocinero asintió, como si hubiera sido atrapado con las manos en la masa, aunque literalmente sí. Pero, maldita sea, sólo nos abrazábamos. Nathaniel comenzó a poner mantequilla en la sartén, para después echar la mezcla. Mi hermano, me miró, y me sacó la lengua riendo en silencio, burlándose de mí. Ya me las pagará.

Un minuto después sonó mi celular. Un mensaje. Era el susodicho.

Asdrubal: Me vengué porque tu amiguita me miró tal cual Dios me trajo al mundo.

Asdrubal: Se ve buen muchacho, pero si te lastima me dices.

Asdrubal: Y no se manoseen, no estás en edad alv.

Reí, no podía hacer nada. Estamos a mano.

 

 



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En el texto hay: adolescentes, primer amor, hilos

Editado: 29.09.2019

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