Me bajé del coche, y me quedé completamente estupefacta al ver la nueva adquisición de mi padre. Una casa de 3 plantas delimitada por dos céspedes verdes ornamentados con setos redondos, separados por un camino de piedra color terracota. Que finalizaban a los pies de unos escalones del mismo color, ornamentados con columnas griegas de estilo jónico que sujetaban el techo de la entrada principal, imitando un templo griego. En el lado izquierdo había un ala de dos plantas conectada a la casa por un pasillo, debía ser el "despacho" de mi padre. Le gusta tener el trabajo cerca de casa, con la excusa de que así puede pasar tiempo conmigo , pero los dos sabemos que eso no es cierto.
-Lo sé, tu padre se ha superado, esto es increíble- dijo Jeremy poniéndose a mi lado- pero cierra la boca que te van a entrar moscas
Sin decir nada, obedecí.
-Me voy a investigar-dije mirando atentamente el ala izquierda del complejo
-¿Y no prefieres investigarme a mi?
Por un momento pensé que era Jaime que solía de vez en cuando soltar estos comentarios y le iba a bajar de el pedestal cuando bajé la mirada y vi que era mi padre.
-¡Papá! -dije emocionada lanzándome a sus brazos como una niña de 7 años- ¡te he echado muchísimo de menos!
-Y yo también a ti, mírate que guapa estás-dijo mirándome con cara de orgullo- ¿a que si Jeremy?
Él se rascó nerviosamente la nuca y esbozó una sonrisa
-¿Es que alguna vez no lo ha estado?
Al oír eso, automáticamente me puse roja como un tomate e intente disimular
-Pues tienes toda la razón -dijo dándole una palmadita en la espalda- venga hija, voy a enseñarte la casa
Me giro para ver a Jeremy que se había quedado por detrás de nosotros y veo que me saca la lengua y yo le correspondo enseñándole la mía, sabía que esto no saldría de aquí, no podría estar con él, Jeremy solo estaba por y para vigilar me, nada más. Aunque cuando era muy pequeña y pasó su primera navidad con nosotros, yo le regalé una carta dónde ponía que le quería mucho junto a un dibujo nuestro con mi padre hablando por teléfono y una pulsera (que yo aún conservo) cada vez que pienso en ese recuerdo me sonrojo pensando en si todavía conserva la carta o incluso la pulsera. De repente todo este buen rollo que se había creado se aleja sin ser deseado con un ruido al que ya estaba acostumbrada
-Perdona cariño, tengo que cogerlo -mientras le da a aceptar a la llamada entrante sin dejarme reprochar
-Pero...pero...-intentando formular alguna cosa para que no cogiera la llamada
¡Ya no puedo más! siempre vengo aquí por obligación, no me malinterpretéis, adoro a mi padre, pero siempre que me toca quedarme con él, acabo pasando más tiempo con Jeremy. Por una sola vez, querría que no aceptara todas las llamadas, trabajos hasta tarde, he deducido que no le importo lo suficiente como para dejar de un lado el trabajo y pasar tiempo conmigo. Así que yo no voy a esperar a que acabe esa llamada, si él no encuentra tiempo para mi yo tampoco, quiero irme y rápido, a donde sea, antes de que acabe. De repente, salí corriendo, la verdad, mala idea, ya que no sabía adonde iba. Sólo escuchaba a Jeremy gritando mi nombre y no quería ahora hablar con nadie, solo ir a un sitio a pensar.