"Sé que me engaña, lo sé" - se dijo a sí mismo mientras conducía su BMW.
"Rollo de una sola noche. Se piensa que soy tonto" - dice mientras observa una vez más la mancha de carmín de la camisa de Sergio que había cogido prestada.
Acelera un poco más y se dirige hacia las afueras de la ciudad. Rumbo a ninguna parte. Conducir le da calma, calma y paz. Justo lo que necesita para aclarar sus ideas.
De repente suena su móvil.
- Qué quieres - contesta agriamente.
- Mario dónde estás. Tenemos que hablar. La nota que me has dejado...
- No hay nada que hablar Sergio. Pensaba que podría perdonarte una vez más pero ya son demasiadas las veces. No sabes mantener tu bragueta cerrada y no voy a ser yo quién encierre ese pajarito. No lo aguanto más.
- Ven y lo hablamos. Dónde estás ahora. No hagas ninguna tontería. Vuelve a casa. Y nuestros planes de futuro?
- Nuestros planes de futuro? Eso haberlo pensado antes de meterte en la cama con esa fulana. Necesito estar solo.
Y sin más cuelga el móvil.
"María, tremenda furcia. Lo has engatusado pero no te vas a salir con la tuya. No mientras viva. Si Sergio no va a estar conmigo tampoco lo estará contigo".
El cielo pasa de un gris claro a un gris más oscuro. Las primeras gotas de lluvia hacen su aparición que parecen no frenar al BMW, el cual continúa más rápido sobre una carretera cada vez más mojada.
Editado: 02.11.2019