Historias cortas

¿Amigas? (1ra parte)

Se trataba de un otoño como cualquier otro, helado y con aquellas típicas ventiscas del año; por mi parte, con mi suéter blanco de lana debido al molesto frio que prometía que pescaría un resfriado en cualquier momento. Dentro de este lugar se disipaba un poco más el frio al tener tantos seres presentes y me mantenía aún más calientita.

Estaba en una aburridísima clase de química, y en lo que mi profesor explicaba la importancia de los moles, yo hacía un pequeño dibujo en mi libreta de un chico, más en concreto mi "chico ideal". No tenía una fijación especial en la clase, pero podía oír vagamente las voces del fondo; aunque dudo que sirviera de algo, ya que solo me importaba tararear canciones que me venían a la mente.

Mientras perfeccionaba los detalles hubo algo, realmente no sé qué, que me obligó a voltear a la ventana. Tal vez como esas ocasiones en que sin razón alguna comienzas a voltear a tu alrededor buscando algo en lo que distraer tu mente. En eso, un aroma fresco llamo mi atención, y ahí es cuando él paso por ahí.

Era justo como mi dibujo por lo que comencé a creer que alucinaba, que él no era real, pero sintió mi mirada perdida en él y me observó a detalle para finalmente regalarme la más bella sonrisa que he visto. Sentí que todos mis sistemas estaban por colapsar, mi sistema respiratorio olvido como funcionar y llenarse de oxigeno; lo único que conseguí es pigmentación de más en mis mejillas.

Me han flechado, ¡Por Dios me han flechado! Una estúpida sonrisa se formó en mí, mis ojos estaban a nada de lanzar corazones como en una caricatura. Sentí prácticamente que todo a mi alrededor desaparecía y como un típico cliché se congeló en ese momento, pero unas risas llamaron mi atención y rompieron con el bello momento.

-Srita. Geraldine, ¿desea usted dar la clase? La observó muy distraída, ¿algo que aportar?—. Pregunta el profesor serio y escuché las risillas molestas de mis compañeros de fondo.

-No profesor, por favor continúe—. Susurre apenada por la situación.

Las risas continuaron, pero simplemente me hice de oído sordo. Con el rabillo del ojo busco a aquel chico, pero ya no está, creo que no me vio, ¡qué alivio!

-No les hagas caso—. Susurra sonriente Kenia para tranquilizarme.

-Gracias, Kenia.

Kenia es mi mejor amiga en el mundo. Ha hecho varias cosas por mí y yo daría la vida por ella, tenemos desde el kínder conociéndola y no me arrepiento de nada. Se trata de una chica alegre y perspicaz desde que la conozco, esto es, hace 11 años.

La clase continúo sin mayor problema y no se volvió a hablar del tema, pero mi mente no dejo ni un instante a ese misterioso chico que había cruzado por ahí, ya que jamás lo había visto antes.

 

[Después de clases]

 

Mi horario de clases a finalizado, pero ahora cuento con un pequeño detalle y es que no tengo idea de donde está Kenia. Los últimos 10 minutos de clase pidió ir al baño, pero no ha regresado y dejó su mochila, ya me urge irme y está estúpida no coopera. Una vez que tuve al segundo susodicho que me interesaba encontrar frente a mí, decidí llamarlo.

-¡Frank!

Él voltea a verme desconcertado, pero necesito saber si él ha visto a Kenia, ya que siempre se entera o está en todo ese chismoso. Es mi única opción a este punto, y como siempre se decide, situaciones complicadas requieren de medidas desesperadas.

-¿Que pasa Geraldine?—. Sonríe Frank.

-¿Has visto a Kenia?

-No.

-¿No sabes algo?—. Decidí no perder las esperanzas.

-Solo sé que fue al baño, ahí debería estar—. Argumenta Frank.

-Gracias- Suspiro agotada de ir y venir por toda la escuela.

Me iba a dar la vuelta hacia el baño, cuando alguien me abraza por la espalda, dándome un gran susto. Tenía tiempo sinceramente sin asustarme así.

-¡Geraldine!—. Grita una voz femenina a mis espaldas.

-Joder, pero que susto me has pegado Kenia—. Me queje tratando de tranquilizarse con una mano sobre mi agitado pecho.

-No es para tanto.

-¿Nos vamos?

-Claro.

-Bueno, pero ¿dónde andabas?—. Pregunte curiosa.

-En el baño—. Responde restándole importancia.

-¿Tanto tiempo?—. Refunfuño no muy convencida—. ¿Te atoraste o qué?- Sonreí burlona.

-¡Eso no te interesa, deja de contarme el tiempo!—. Ríe Kenia con algo de molestia.

-Bueno—. Evite irritarla más.

 

[Días después]

 

Ha pasado tiempo desde que me encontré con aquel chico, pero la verdad no salgo mucho, y las pocas veces que he salido no le lo he topado ni de lejos. Además Kenia ha andado algo extraña, sale mucho al "baño", pero ella no es de eso, por lo cual tampoco la veo tan seguido como antes. Aunque creo que al fin "se le paro la mosca" y consiguió a alguien por quien dejarme.



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En el texto hay: romance, amistad, tracion

Editado: 19.01.2023

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