«Estaba en un bosque desolado, era de noche y solo me alumbraba la luz de la luna.
La única melodía que se escuchaba era la de mis pasos descalzos y la agitación de mi respiración luego de tanto andar.
La desesperación penetraba en mi alma y hacía bombear mi corazón a la velocidad del viento que erizaba mi piel.
Una mano que quemaba toco mi espalda y escuche un susurro tan lejano que no logré comprender. Sentí un dolor desgarrador y de pronto vi mi habitación.
Desperté con una frase tatuada en mi piel: 'No despertarás jamás'.»
cuento hecho por Melina Bavasso