Hoy es un día como cualquier otro, me levanté temprano para ir a la escuela, tomé mis cosas y me preparé. Casi como un ritual, entré al baño para lavarme los dientes mientras escuchaba música, intentando empezar mi día de la mejor forma. De repente, sonó esa canción que no quería escuchar, esa que me recuerda a ese amigo que perdí hace tiempo.
Le quité la importancia que merecía el momento, pues ya era tarde y tener colapsos mentales no sirven de excusa para entrar tarde a clase. Más tarde, ese mismo día, recordé de nuevo la canción y a mi amigo... Resulta ser un pensamiento extraño porque no éramos tan cercanos. Los recuerdos que tengo con él no son más que consuelos de su parte, compañía en mi soledad, apoyo en mi tristeza ¡Es injusto! Siento como si él hizo todo eso por mí y yo no pude hacer nada por él nunca.
De regreso a casa, me enfrento a esa canción de nuevo, es como redescubrirla y sentir que es una melodía completamente nueva ¿Esa frase siempre ha estado ahí? Siento que tiene más sentido ahora que la vuelvo a escuchar. La guitarra me transporta en el tiempo de regreso a hace unos años, donde estaba sollozando en mi habitación con los audífonos puestos. En ese momento estaba él, supo exactamente lo que yo estaba sintiendo y me consoló como nunca nadie lo había podido hacer antes. Desde ese día sentí que podía levantarme de nuevo y seguir luchando, ni siquiera recuerdo con certeza que me puso triste en primer lugar.
Es difícil dejar ir a un amigo y, más aún, a alguien tan importante y constante en nuestra propia vida, no sé en qué momento me dejó de acompañar a la escuela o cuando viajaba en auto, simplemente conocí más personas... Supongo.
Lo que más me duele de todo esto es nunca haber podido devolverle el favor... No, lo que en realidad me duele es que no era el único que se sentía de esa forma, eramos cientos, miles, quizá millones de amigos que no pudieron hacer nada por él. Huh, es triste pensar en como una persona puede generar tanto impacto y salvar tantas vidas, pero ni un millón de personas lo pudieron salvar a él.
Ya en casa, me acerco a mi habitación y busco en unas cajas viejas ese reproductor abandonado. Aún funciona, sorprendentemente, me siento un momento en silencio a analizarlo; los recuerdos me consumen y en la mayoría está él ¿Por qué lo olvidé tan rápido? Ni siquiera yo lo entiendo. Al encender el reproductor ¡Ahí está! su voz una vez más, esas mismas palabras que me abrazaron alguna vez vuelven a pasar por mis oídos.
Recuerdo con más claridad el motivo de mi tristeza aquella vez. Estaba en mi computadora, navegando como siempre y entonces lo supe "Muere cantante de banda de rock". Me congelé y entré en negación. Todo fue a peor cuando me dí cuenta que la noticia estaba en todos lados. Me costó salir de ahí, no podía creerlo.
Ahora soy más grande, más maduro y, a pesar del tiempo, siempre hay un día en el que recuerdo que ya no estás. Intento convencerme de que tus canciones son tu recuerdo inmortalizado en la memoria de millones de personas. A veces lloro nuevamente al ver tu póster en mi habitación. Me duele, sin embargo, con el tiempo he ido aprendiendo a agradecer tu existencia, a apreciar lo que hiciste y lo mucho que me ayudaste. Espero algún día encontrarnos de nuevo, mi amigo.
#6737 en Otros
#2003 en Relatos cortos
terror suspense apocalipsis paranormal, psicológico., amor drama humor
Editado: 06.12.2023