Historias Sobre Ex's. ©

Parte 4/8

Claire Miller.

Eso no me lo esperaban.

Si alguien me habría dicho que este fin de semana se volvería interesante, no le habría creído.

No esperaba ver a Marcus, nunca más después de dieciocho años, menos de aquella forma tan… no sabría decirlo, solo había cambiado en una cosa, a no era aquel chico delgado, siempre se había visto maduro, serio, pero ahora veía en él experiencia.

Bajaba las escaleras mientras mordía mi uña del pulgar, Martin delante de mí. Quise llamar a los niños pero preferí no hacerlo, la conversación con Marcus, su esposa y Martin seria tensa.

—Voy por los niños…— dijo Martin señalando la puerta.

—No, déjalos jugar un rato más.

Me miro de esa forma tan habitual a cada vez que yo le decía que no hiciera algo. No me moleste en seguir mirándolo y me senté en uno de los muebles personales, con mis codos en las piernas y tocando mis labios con las manos.

No quería pensar en eso, no ahora.

—No te lo esperabas.

No lo mire, pero sabía que estaba a varios pasos de mí, cruzado de brazos mientras sonreía, esa sonrisa de sarcasmo, de frustración.

Cuando iba a responder, escuche pasos y mire hacia la escalera, mordí mi labio inferior al tiempo que miraba por un corto laxo de tiempo a Martin.

La pareja apareció en mi campo de visión, Marcus tenía una sudadera gris y una camisa blanca, ella tenía un vestido floreado que llegaba solo un poco más debajo de sus glúteos. ¿Qué le vio Marcus a ella? Tenía que reconocer que es bonita, solo un poco más alta que yo y tenía buen cuerpo, pero generalmente él buscaba mujeres que mostraran menos. Ahora tenía sentido esa frase que mi madre una vez dijo: “No vale la pena decir cuál es el físico de tu pareja perfecta, al final terminaras con alguien que no tiene lo que te gusta

Venían tomados de las manos y los dos se sentaron en el mueble largo, frente a mí. Marcus me miro y sonrió levemente pero su semblante se endureció al ver a su hermano, quien no se sentó en el otro mueble sino en el brazo de donde yo estaba, aprovechando para pasar su brazo por mis hombros.

—Veo que están juntos. — dijo Marcus.

Inmediatamente mire al suelo. Al parecer le era difícil de creer.

—Sí, hermanito— dijo Martin dándome un beso en la sien y yo sonreí—. Y yo veo que te casaste, hermanito.

Trague grueso. Marcus era mayor que Martin por tres años, pero a Martin siempre le había gustado decirle hermanito solo para molestarlo.

—Ya ves, al final encuentras alguien que llene ese vacío después de tanto sufrimiento— dijo Marcus y lo mire, estaba apretando su mandíbula y miraba a Martin con frialdad—, aunque no se lo merezca.

Martin sonrió, tenía esa habilidad de sonreír por todo y nunca sabias si algo le molestaba.

— ¿Y estas bien, Marcus?— dije en vista que Marcus y Martin se quedaron mirando de forma retadora.

Quise que la tensión disminuyera y a cambio hice que aumentara y que todos me miraran, incluyendo la esposa de Marcus.

—Sí, Claire… — sonrió y tomo la mano de ella—. Sophie, él es mi hermano Martin y ella es Claire… su esposa.

No estamos casados, quise decir, pero me detuve al ver como Martin tomaba la mano de ella y le daba un beso en el dorso. Apreté mis labios y aparte la mirada de ellos para levantarme.

— ¡Mami, Shaum no me quiere prestar el avión!

Me acerque a uno de mis hijos y me hice a su altura, estaba llorando y estaba completamente sucio. Vi como mi segundo hijo entraba con el avión en mano.

—Niños, quiero que conozcan a alguien.

Los dos niños me miraron curiosos, Shaum dejo el avión en el suelo y tomo mi mano, Sergio repitiendo la acción de su hermano. Camine con los gemelos hacia las personas que estaban en la sala.

—Shaum, Sergio, saluden a su tío Marcus— dije mirándolo—. Él es hermano de su padre y ella es su esposa, Sophie.

No aparte la mirada de Marcus, sus ojos azules me miraban sorprendidos, pero no sabía porque le sorprendía que tuviera hijos con Martin.

Marcus trago grueso y su mirada solo se apartó de mi cuando los niños dejaron a su esposa para saludarlo.

No quiero malinterpretar las cosas, no quería creer que la mirada sorprendida de Marcus era en realidad de desilusión, aún tenía sus palabras en mi mente: Quiero algo bueno para ti, Clar, un buen futuro para ti.




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