Hola, Ansiedad ¿conversamos?

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    ¿Cuál era su pasión?  
    ¿Qué era lo primero que se le venía a la mente cuando pensaba en sus gustos? 
    ¿Tenía un hobby que amaba?  
    ¿Qué cosas la definían?  
    ¿Cuáles eran sus proyectos? ¿Los tenía? 
    Intentando encontrar respuestas a cada una de esas cuestiones se encontró con una única frase que respondía a todas ellas: "No se". Comenzó a creer que allí estaba la raíz de su malestar. No sabía responder a ninguna de esas cuestiones y por lo tanto no sabía por dónde empezar.  
    No se trataba de dinero. Tampoco de afecto. No era nada externo. Todo empezaba y terminaba en lo que sentía dentro. Algo que no la dejaba ser. La limitada de disfrutar de absolutamente todo. Y el tiempo pasaba. Sentía que le soplaba la oreja mientras trataba de descifrar ese laberinto interno que parecía no tener escapatoria.  
    No buscaba la felicidad plena, no creía que existiera tampoco. Tan solo quería dejar de pensar en millones de cosas a la vez y dejar fluir los momentos, disfrutando el simple hecho de vivir. Cuando la vida se convierte en un acto continuo y repetitivo de pura inercia todo se vuelve monótono y sin sentido. ¿Valía la pena vivir así?  
    Buscaba excusas, causas, responsabilidades, culpas, lo que sea para tratar de entender que le sucedía, pero nada funcionaba. ¿Por cuánto tiempo se podía estar así? Había perdido la cuenta. Ni siquiera sabía muy bien cuando comenzó, solo sabía que estuvo, estaba y seguiría estando así si no encontraba la respuesta correcta a tiempo. Y los días pasaban y seguía estancada como si no hubiera intentado nada aún, cuando en realidad lo intentó, realmente lo intentó. Pero los fantasmas la seguían a todos lados. ¿Su temor más grande? Que se vuelvan parte de su ser, de su esencia, de despertarse un día y darse cuenta que se le acabó el tiempo. 
     El tiempo no esperaba a nadie. Y mientras más vueltas le daba al asunto mas estancada se sentía. Ya había probado muchas cosas y todo seguía igual. Sabía que se le estaban acabando los recursos, y la esperanza de que todo mejorara cada vez era menor. ¿Cómo seguir cuando nada la motivaba? Sabía que debía hacer un cambio grande pero si no sabía el destino, ¿cómo saber el camino a seguir?  
    ¿Se esforzaba? Si. ¿Lo suficiente? Quizás no.  
<<¡Entonces esfuérzate más!>>, pensó aturdida mientras se secaba las lágrimas después de una de sus angustiantes crisis. 
 



#1675 en Otros

En el texto hay: realidad, superacion, ansiedad

Editado: 19.05.2020

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