10

     Entre varias cuestiones, una de las que solía hacerla sentir mal era pasarla bien. Por pasarla bien uno pensaría que tendría que sentir todo lo contrario. Se trata de pasar un buen momento, divertirse, relajarse, olvidarse de todo por un tiempo. Hasta sonaba contradictorio, ¿cómo podía pasarla bien y sentirse mal al mismo tiempo? 
     Parecía imposible pero no lo era. Cada vez que surgía alguna propuesta que implicaba cierto placer ella lo terminaba padeciendo. Dar un paseo, salir a comer, irse de vacaciones, algún regalo. Todo aquello le causaba cierta incomodidad en el cuerpo y terminaba buscando alguna excusa para no realizarlas, y si lo hacía luego se sentía terrible.  
     <<¿No quieres disfrutar?>> 
  <<Claro que sí. Es lo que más quiero en este momento.>> 
     <<¿Y por qué no te lo permites?>> 
     <<No lo sé>> 
    <<¿Qué piensas cuando te sientes mal por querer pasarla bien?>> 
     <<No sé. Nada >> 
     <<¡Vamos!¡Has un esfuerzo! Piensa.>> 
  Comenzó a reflexionar y tratar de recordar qué pensamientos venían a su mente en aquellas situaciones. Había una en particular que la aterraba. Cada vez que llegaba ese día odiaba tener que festejar, que recibir gente, que sonreír como si todo estuviera bien cuando en realidad prefería estar sola y hacer de cuenta que era un día como cualquier otro. Su cumpleaños. Cada año parecía que le era más difícil. La última vez había terminado en una ducha fría después de una fuerte crisis de ansiedad. No le molestaba cumplir años sino la reunión. No quería gastar dinero para hacer una torta, o que los demás dejen de hacer sus cosas para ir a saludarla y menos que gasten plata para darle algún obsequio.  
     <<¿Por qué no?>> 
     <<¿Y por qué sí?>> 
     <<¿No crees que es una ocasión especial?>> 
     <<No creo que deban preocuparse tanto.>> 
     <<¿No haces tú lo mismo por tus seres queridos?>> 
    Sí. Lo hacía. Y con muchas ansias. Le encantaba preparar el cumpleaños de los demás. Pensar algún regalo especial, una torta con sus gustos preferidos, alguna sorpresa. De hecho eso sí lo disfrutaba.  
     <<¿No mereces un lindo cumpleaños como los demás?>> 
   Aquella pregunta le produjo un sentimiento extraño. Como si algo se hubiera revelado de repente. Creía que se merecía esos agasajos, pero por algún motivo no estaba muy convencida. ¿Realmente los merecía? Y en ese preciso momento una escena apareció.  
     Muchos años atrás. Estaba en las casa de sus padres. Frente a ella estaba su hermano mayor. Gritaba. No podía distinguir lo que decía. Veía su cara enfurecida. Más gritos. Parecía que algo lo había enfadado mucho. Le tenía miedo. Cada vez se le acercaba más. Hasta que lo escuchó. <<Tienes todo servido en bandeja. ¡Pero no te mereces nada!>> Silencio. 
     Su hermano no había corrido con la misma suerte que ella. Sus dos matrimonios habían fracasado. Sus trabajos no duraban mucho. No tenía relación con ningún familiar. Se había inclinado hacía el alcohol, y siempre andaba con esa expresión en el rostro como si estuviera enojado con el mundo.  
     Aquella frase la había marcado de tal forma que no podía dejar de sentirse culpable cada vez que a ella le ocurría algo bueno. Como si realmente no lo mereciera. Como si las cosas buenas le cayeran del cielo sin hacer ningún esfuerzo.  
     <<¿Lo crees porque lo sientes así o porque alguien más te lo dijo?>> 
  Sabía la respuesta. Por mucho tiempo se había convencido de que no merecía recibir nada de los demás solo porque se lo habían dicho. Quería a su hermano, más allá de todo era su familia. Pero al fin supo que debía dejarlo ir. De sus pensamientos. De su vida. Aquellas palabras solo traían malestar a sus días y los lazos de sangre se pueden romper cuando no te hacen bien. Habían pasados muchas cosas que le dolieron y la única manera de sanar era perdonando. En su mente lo disculpó. No lo justificaba pero no podía seguir cargando aquella mochila. No era su problema. No era su culpa. No dejaría que la lastime más.  
     <<¿Qué crees ahora?>> 
     <<Cada cosa que recibo es porque me la merezco. Todo lo bueno que das vuelve.>> 
     <<Bien. Sigamos.>>