3 de Junio 2018
Querido diario:
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¡Esto es tan ridículo! ¿Puedo comenzar esto diciendo que no sé qué carajo decir? ¿O puedo decir que eres bien pendejo, Jerry? Digo, dijiste que no lo leerías, pero ¿Qué sentido tiene que me mandes a escribir en un diario si no vas a leerlo? ¿Acaso mi madre te paga ciento cincuenta dólares la hora para que me mandes a escribir pendejadas que siquiera piensas ver?
Si lo lees en algún momento, que sinceramente es lo que creo que pasará, que sepas que en realidad no me caes tan mal. Pero me pones en una terrible situación, Jerry. Si te hubiera conocido en cualquier otra circunstancia (sé lo que piensas) tal vez, dentro de mis limitados habilidades sociales me habrías caído súper, aunque no te enteraras nunca. Sin embargo, como la única razón por la que te conozco es que mi madre me obliga a verte...
Da igual, supongo. Tengo que hacer lo que me dices, lo que me dice mamá.
Pero dime tú, Jerry. ¿Por qué tengo que tener un montón de amigos? No me parece que ser introvertida sea una razón para necesitar verte una vez a la semana como si estuviera loca. ¿Y qué si me gustan los videojuegos? ¿Qué si odio mi trabajo? ¿Tú no odias el tuyo algunas veces? Seguro no, porque eres perfecto.
¿Qué más se supone que escriba? Mi vida no es tan importante como para tener cosas que poner en este tonto diario a cada rato. Además me siento idiota, ya no tengo quince, Jerry, las mujeres de veintitres no escribimos en un diario. ¿Cuántos tienes tú? ¿También vuelcas tus frustraciones en un cuaderno escolar? Si me dices que esa es la razón por la que siempre te ves calmado tal vez te haga más caso.
Creo que he hecho demasiadas preguntas que nadie me va a responder, al menos no ahora.
Jerry, he desperdiciado demasiado en esta porquería, tiempo que puedo invertir jugando Red Dead Redemption en la Xbox.
No hay mucho que decirte, salí de tu consulta hace ¿Cuánto? ¿Cinco horas? Te he dicho mucho para tan poco tiempo, no te acostumbres, Jerry. Adiós.
Editado: 18.04.2022