29 de junio 2018
Hoy volví a hablar con el vigilante, Jerry.
Cuando pasé por el aparcamiento el auto de Omar ya estaba ahí, porque se me había hecho tarde, así que mejor hablé Arturo, así se llama. Creo que la única razón por la que puedo sostener una conversación con él es porque tiene como ochenta años. Me recuera al abuelo, pero sin bigote.
Arturo me habló del clima; se quejó del calor. Luego hablamos unos minutos sobre el transporte público. Para Arturo no es tan malo porque le dan el asiento, pero hoy mientras salía le pisaron un juanete. Inteligentemente aproveché la conversación.
Dejé caer con sutileza que si tuviera un auto no se me haría tarde para llegar a la floristería y luego señalé el de Omar, le dije “Con uno así me conformo”, pero Arturo no captó la indirecta. En lugar de hablarme de Omar, me comenzó a contar que en sus tiempos un auto no necesitaba tantos lujos.
Creo que en su época ni existían los autos, pero no se lo dije.
Por otro lado, hace unas semanas salió Jurasic Wold Evolution y mamá me lo regaló esta tarde. Creo que es una especie de ofrenda de paz, por nuestra discusión del otro día. Yo ya la había perdonado el miércoles, cuando me prestó su abrigo azul para ir al trabajo, pero no se lo dije, porque siempre es bueno un juego nuevo para la X-Box.
¿Y por qué te cuento esto? Porque voy a ir a jugar y tal vez lo haga por los próximos días. Si no aparezco no te asustes.
Editado: 18.04.2022