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30 de junio 2018

Jerry, hoy me he estado mirando al espejo un rato. Es un ejercicio que yo misma me impuse. Los resultados al final no fueron muy buenos.

Mamá ve ese talk show en medio de la madrugada cuando piensa que estoy dormida y la anfitriona habla un montón de porquería durante dos horas. Creo que es exclusivamente para insomnes como mamá, pero no sé, tal vez no esté tan mal. Anoche la escuché en el salón y en programa hablando de reconocer nuestras virtudes y nuestros atractivos. Los puntos fuertes, por decirlo de alguna forma.

Así que sí. Me he pasado gran parte del día encerrada en la habitación mirándome al espejo e intentando descifrar por qué algún chico, el que sea, se fijaría en mí. Quiero ser optimista, Jerry, pero no es fácil. Por ejemplo, no estoy segura de en qué punto  una mujer delgada comienza a parecer enferma y deja de ser atractiva, pero sé que pasé esa línea. Mis pechos son piráticamente inexistentes, así que no puedo conquistar con escotes; ni siquiera tengo una cintura pronunciada. Mamá dice que  tengo bonito cabello, pero sé que es muy grasoso. Eso no es sexy.

Creo que tengo bonitos ojos, pero no creo que sean la gran cosa, típicos ojos marrones. Nada especial.

A veces quiero ponerme el pelo color verde, para parecer una rama, pero después me da pánico que la gente se me quede viendo en la calle como si fuera un bicho raro; ya siento que lo hacen. Y Omar. Cada vez que pienso en él lo recuerdo con sus trajes y su té. Es un tipo formal, Jerry, ¿Le gustarán las escuálidas del montón con pelo verde? No creo. De seguro le gustas esas chicas hermosas, esculturales que veo entrar en el edificio  de la publicitaria. ¿Y quién sabe? Tal vez alguna es su novia.

Usan trajes ceñidos y tacones todo el tiempo. Yo tengo convers sucios y pantalones de chándal. Y pelo grasoso. Me puse zapatos con taco para el cumpleaños de la tía Carlota, no medían ni media pulgada y aun así casi me mato en las escaleras. Soy un desastre.

Jerry, Omar podría estar casado, no lo sé. ¿Lo ves? Estoy tan loca que paso todo el día fantaseando con un hombre al que no conozco para nada. ¿Crees que debería hacer una lista de cosas que sé de él?

Tal vez otro día, Jerry.