4 de Julio 2018
Hey Jerry, lo siento por mentirte. Bueno... Lo siento por medio mentirte, aunque igual no me parece que me hayas creído. ¿Me creíste Jerry? Sé que lo de la amiga está demasiado gastado como para que alguien crea en ello, pero necesitaba preguntarte sin que quedara demasiado claro que me gusta alguien y comenzaras a preguntar, o peor aún, le contaras a mamá.
Por patético que suene, eres el único hombre al que podía preguntarle, el más cercano y eso es solo porque te pagan para ello.
Bueno, también lamento que mi amiga, o sea yo, no siguiera tu consejo. Vi a Omar ayer, pero obvio no me atreví a hablarle. Si incluso me resulta difícil responder el saludo cuando entra.
Ayer no me miró. Ese fue un golpe fuerte a mi inexistente ego y a las ilusiones que me hago cada vez que que nuestros ojos chocan. Estoy haciendo cosas que debí hacer a los catorce años; anoche hubo avería de electricidad y como no pude jugar con la X-box me puse a pensar pendejadas. Como por ejemplo formas de unir nuestros nombres o como llamaríamos nuestros hijos, si los tuviéramos. ¿Querrá tener hijos? ¿Los tendrá ya? ¿Como será su familia?
No pensaba en estas cosas antes de que me obligaras a usar este ridículo cuaderno, Jerry y ahora si estoy loca. ¿Fue un truco para que ya no pudiera decir que no necesito ir al psicólogo? Creo que mi nivel de locura se mide en las posibilidades que tengo de que me encarcelen si este diario cae en manos de alguien más. ¿Cuantas posibilidades tengo, Jerry?
Editado: 18.04.2022