Capítulo 5

"¡Te vas a resfriar, ve adentro!"

- ¡Sí, efectivamente, gracias!

Margarita ya no estaba en el stand.

"Angelina Viktorovna, tú misma la invitaste", se rió Maka, sirviéndose su té caliente de un termo. "Entonces, ¿por qué te fuiste?" Es bastante linda, pero se comió todos los malvaviscos. Y por eso es una anciana muy simpática.

– ¿Sé que se sintió ofendida?

"No lo creo, simplemente se dio cuenta de que no le darían más malvaviscos, y también le aconsejé que mirara el stand de la Edad de Plata.

- ¿Lo fusionaste con tus competidores? Angelina sonrió.

–Exactamente.

"¡Ve a cantar y yo me quedo aquí!"

—Vamos, Angelina Viktorovna, vamos juntos, Arturo cuidará de ti, ¿verdad, Arturo?

"¡Sí, sí, no te preocupes, no me voy a ir a ninguna parte!"

– ... ¿Te gusta estar aquí? —preguntó Angelina, dando un mordisco a una larga salchicha de Frankfurt.

–¿Dónde es? ¿En un café? Especificado Maka.

– Sí, no, en el jarmarke.

"¡Esa no es la palabra correcta! Solo un zumbido en su forma más pura, ¡tan interesante! Hoy habrá una conferencia de prensa de Bolotin, ¿irás?

"No, no estoy interesado en él en absoluto.

—¿Puedo ir? Comienza a las seis en punto.

"Por el amor de Dios, guardaré los libros yo mismo".

—No, ¿por qué? Limpiaré antes de las quince y llegaré a la salida.

"¿Por qué estás comiendo tan mal?"

"No tengo apetito.

–¡Cortar! Para que no tengas apetito, no me acuerdo de eso.

–¡Yo también! —exclamó Maka felizmente—. - ¿Crees en el amor a primera vista?

–Quizás.

- ¿Te enamoraste a primera vista?

–¿Se? No. De la segunda lo fue, y de la primera...

- Oh, Angelina Viktorovna, ¿de verdad crees que podemos tener éxito?

—¿Cómo lo sé? Pero en principio, ¿por qué no?

"Simplemente no le dices nada a tu madre, ¿de acuerdo?"

"Todavía no hay nada que decir", se rió Angelina. "¿Estás seguro de que no quieres una segunda salchicha?"

–¡Resueltamente!

"Lo tomaré". No estoy enamorada de nadie y tengo hambre.

"¿No estás enamorado de nadie?"

–No.

–¿Pero por qué? ¡Eres una mujer tan interesante!

"No tengo a nadie de quien enamorarme. En nuestro negocio editorial, es tenso con los hombres.

–¿Por qué? Ahora muchos hombres se dedican a...

"Así que parecen hombres, pero en realidad... ¡Pues ellos!

—¿Por qué pensabas que Golovin me había echado el ojo?

¡Oh, Dios mío, nada cambia en este mundo! Solía hacer las mismas preguntas estúpidas. ¿Me gustaría volver a enamorarme? Supongo que soy el único que no tiene tiempo. Y además, no puedo hacerlo a primera vista, y a partir de la segunda, a mi edad, inmediatamente ves un montón de defectos, y cómo puedes enamorarte. Enamorarse es una ilusión, y a segunda vista qué ilusiones...

—¡Bien, Angelina Viktorovna, no me has contestado!

- Lo siento, estaba pensando. Entonces, ¿qué preguntaste?

Después de un largo y sólido almuerzo italiano, los amigos tenían la intención de dar un paseo por la ciudad, pero comenzó a llover de nuevo y se dirigieron a un bar.

"Escucha, ¿cómo vas a ir?" Fiódor Vasilievich estaba preocupado.

"Y no voy a ir esta noche, voy a pasar la noche en casa de un amigo y volveré mañana por la mañana".

"¡Entonces tenemos que llamar a Rimma!"

"Llamaré, ¿cuál es el problema?" Relájate, Fedyunya, vive en paz y disfruta de la vida.

"Eso es lo que suelo hacer, pero aquí me apetece algo...

"¿Tal vez sea por la pelirroja Maki?"

–Podría ser...

- ¿Tienes algún problema con las mujeres?

-No creo. Escucha, ¿a dónde debo invitarla mañana?

—¿Sobre qué tema?

"Bueno, antes que nada, almuerza o cena, y luego ya veremos".

"¿Así que es solo un buen restaurante?"

– Pues sí, algo local, específico...

–¡Lo sé! ¡Es un lugar brillante! No recuerdo cómo se llama.

- ¡Hola, hemos llegado!

–¡No hay problema! Coges un taxi y le dices al conductor...

–¡Decir! ¿Qué idioma le hablaré?

–¡Tontería! Déjalo en manos de Maca, ella habla un alemán excelente. Un restaurante en el casco antiguo que sirva apfelwein, eso es suficiente.