Daniel siempre odio los cuentos de hadas, no por una razón muy profunda o tristeza simplemente los odiaba porque le parecían algo imaginativos y con muchas falta de realidad. Miraba al hermoso que se enamoraba de una sirvienta que una noche solamente le habían regalado el pase dorado de creerse una princesa y sentía que cada uno era tan hipócrita a su manera, ella por sentirse cuando no lo era y él por mentirle descaradamente con un cuento donde ella no tenía ni el menor protagonismo
Razones no le faltaban para tener aquellos pensamientos, no había tenido una vida fácil ni simple y por eso y muchas cosas más tal vez en algún momento de su infancia comenzó a sentirse resentido con el mundo de fantasía que los cuentos de hadas le querían vender
Sin embargo después de conocer a Jay una parte profunda de su interior comenzó a cambiar lentamente llevándolo como saltando de nube en nube al cielo de ilusiones en el que su mente vivía a diario
Jay fue el comienzo de algo y Daniel rezaba porque no fuera el final de aquello también. Cada noche la misma pregunta ¿Está mal amar a alguien de esa manera?
Los labios de JaeYeol se movieron intrépidos por los suaves labios de Daniel, el omega trató de quitar un poco de pensamiento intrusivos de su mente y Jay consiguió que el beso se alargará unos minutos más hasta que Daniel lo apartó con suavidad
— Detener — Daniel lo regañó — Esto está mal — Jay sonrió
— ¿Por qué? — preguntó en un hilo de conciencia aún — Toda mi vida he escuchado de la boca de los demás lo que está bien y está mal, y ya estoy cansado de que todos puedan mandar en mi vida menos yo — Jay tomó las manos de Daniel — Soy un egoísta, lo sé, y también soy un esposo basura y a veces quiero morir por todo lo que le estoy haciendo a alguien que no se lo merece y durante un tiempo he tratado de evitar cuando cada pensamiento relacionado contigo inunda mi mente, cuando mi cuerpo anhela a tú alma, puedes creerme o no pero te aseguro que he intentado de todo para hacer que esto no funcione — pausó — Sin embargo mientras trato de alejarte de mí más te desea mi corazón — Daniel se sonrojó
— Jay — tomó aire con un poco de fatiga — Jay. No quiero estar para ninguno de los dos, nadie merece la vida que vamos a llevar si esta noche acepto tu confesión — Jay negó — ¿Qué pasará después de que diga que me gustas también? Seguiremos con el plan y tendrás a tu hijo y luego que ¿Seré la amante que solo ves una vez a la semana? — Daniel mordió sus uñas y tomó distancia de Jay. No quiere ese tipo de vida, nunca soño con eso, él solo quería tener algo normal. Una casita, una familia y alguien que lo amara
— Park Daniel — Jay llamó — No soy el mejor de las personas de este mundo y mi situación es la más complicada que pueda haber ahora mismo sobre la tierra. No te voy a obligar a nada y tampoco haré que digas ahora lo que sientes pero lo dejo cuando decidas contarme lo que sientes, ya di el paso más grande que he podido dar en mi vida y ahora no pienso detenerme— Daniel lo miró — Aunque mi familia esté en contra, he decidido comenzar a buscar lo que realmente quiero en vida — Jay exclamó
— ¿Qué es lo que realmente quieres en tu vida? — preguntó Daniel en un hilo de voz
— Libertad y una vida nueva — exclamó — Ya es hora de que todo este circo de la familia Hong abandone su función, me niego a continuar viviendo de esta manera — Jay apretó los puños. Habían sido tantos años, tantos abusos, tantos maltratos que la vida en algún momento le había parecido aburrida y sin sentido, como un muñeco siempre haciendo lo que los demás querían
Daniel lo miró. ¿Existe eso para alguien como Jay?. JaeYeol se acercó y lo tomó desprevenido entre sus brazos, besando suavemente su frente y haciendo que el omega se sonrojara
— ¿Esperarás por mí? — preguntó — Prometo que no tardaré mucho
— Jay — Daniel murmuró — Si esto no funciona y todo vuelve a estar como antes se que sufriré mucho aunque también se que si todo llega a funcionar y te alejó sin remedio alguno me voy a arrepentir toda mi vida — Jay sonrió
— ¿Si? — preguntó
— Aún no – Daniel dijo — Pero tampoco es un no, además no pienso abandonarte ahora que estás dispuesto a cambiar tu vida — Daniel tomó su mano — Ni siquiera se que es esto que ambos estamos haciendo ahora pero es bonito y cálido — Jay asintió
— ¿Creo que se llama amor? — preguntó Jay
— ¿Es demasiado temprano para llamarlo amor? — Daniel se burló, Jay lo abrazó
— Nunca es demasiado temprano para enamorarse — Daniel tomó la mano de Jay en el aire y ambos permanecieron hasta tarde mirando el tranquilo lago
Cuando regresaron cada uno a su habitación, Daniel cayó dormido en cuanto vio la cama. Esa noche soñó que la historia de la niña calabaza y el príncipe sin corona que le contaba su madre de pequeño se había hecho realidad . Daniel nunca creyó en los cuentos de hadas pero Jay no era uno de los príncipes de sus cuentos, Jay era más realista
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