Queridísimos lectores, os debo interrumpir mi saludo, porque nunca he escrito un libro; y eso que en mi familia, han sido todos grandes escritores, ya que provienen de......, mejor os lo cuento al final y os dejo con la intriga, ni siquiera por ahora vaís a saber quién soy, porque para contar quién soy debo contar esta historia. Interesante, ¿verdad?. Pues empecemos, si tantas ganas teneís de conocerme, averiguad de dónde vengo a través de esta historia.
Hacia el siglo X, en Krasa; era una civilización pacífica en la que había alcanzado la Edad de Oro. Se basaba en «toda la historia del pensamiento griego, alimentando los sueños de los que por diversas razones rechazaban el mundo en que vivian». La edad de oro no conocía ni la guerra, ni el trabajo, ni la vejez, ni la enfermedad —las personas fallecian en un sueño pacífico—, pues la tierra produce bienes en cantidad suficiente para satisfacer todas las necesidades y, por consiguiente, no hay razón para que surja ningún conflicto.
Pues bien, en siglo X, había el reinado de la Reina Oxana, tuvo una niña a la que llamó Lera, cuyo nombre significa fuerza. Oxana era una gran reina, ayudaba a los más necesitados del pueblo, era justa, miraba por la felicidad de su ciudad y siempre miraba a cada persona de igual manera, "Todos tenemos los mismos derechos en esta vida". Ella siempre se ponía en el lugar de cada persona y de cada trabajador de su ciudad.
Lera fue creciendo sin padre, falleció en una batalla contra el reinado de Elegido. Era una época en que la Reina Oxana tuvo que dejar el mando a su prima Lesya junto con su marido. A Lesya solo le importaba las leyes e impuso nuevas normas sobre su ciudad y las ciudades de alrededor que gobernaba, acabando así con la Edad de Oro. Eso si, dejaria de gobernar hasta que Lera tuviera mayoría de edad y contrajera matrimonio supuestamente con el príncipe Artem de Elegido.
Las personas de la ciudad se volvieron esclavas, trabajando desde el amanecer hasta por la noche para pagar más impuestos de los que ya tenían. Había una gran desigualdad contra la mujer; ella debía servir al marido y a sus hijos. Se les consideraba menos inteligentes que al hombre, no había seguridad en la ciudad, cada vez había más gente malvada, con odio, violencia y traición. Mataban por no cumplir las normas. Y las personas de la ciudad llegaban hasta tal punto que no sabían diferenciar lo razonable de lo incoherente.
Lesya, se volvió más egocéntrica hasta el punto de llevar a su prima Oxana a la cárcel del castillo. Quería tener el mandato absoluto del reino.