Ocurrieron unos pequeños incidentes luego de que aceptara adoptar a Miri como mi hija, un evento que podría terminar en desastre si no lo solucionaba de inmediato y lo dejaba pasar.
Lilia y Yuuki le habían dicho que querían ser su madre, pero la pequeña semihumana entendió todo lo contrario, y se puso feliz al pensar que tendría dos mamás en lugar de solo una.
Nos encontramos los cuatro sentados en la sala, y yo estoy tratando de explicarle a Miri, que ahora es mi hija, que no puede tener dos mamás al mismo tiempo. Pero como ya se habrán imaginado, la terquedad de los niños puede ser impresionante, sobre todo cuando la idea en su cabeza les parece divertida.
—¿Por qué no se puede? —preguntó Miri claramente decepcionada.
—Principalmente porque sería muy confuso. —respondí con una sonrisa torpe— Además, dudo que ellas quieran compartir el puesto de ser tu mamá.
—Pero a mi me gustan las dos… Yo quería que las dos fueran mis mamis…
—Lo sé, sé que tú quieres que ambas lo sean, y también sé que las quieres mucho a las dos, pero no puedes tener dos mamás a la vez.
Al oír eso, Miri hinchó sus mejillas como una ardilla, demostrando que estaba próxima a explotar.
—¡Pero a ti también te gustan las dos, me lo dijiste! —exclamó Miri casi haciendo un berrinche— ¡Yo también las quiero a las dos como mis mamis, las quiero mucho, su comida es rica, y me peinan bonito!
—¿Eh…? ¡Miri, yo-yo no te dije eso para que lo contaras! —reclamé avergonzado.
Viendo mi rostro ahora enrojecido, Miri pareció calmarse, procediendo a reírse de mi cara graciosa.
—¡Jiji, papi está rojo!
"Demonios, hace poco que soy su papá y ya se burla de mí. Al menos te hubieras esperado unos seis meses."
Justo en ese instante, escuché un pequeño sollozo ahogado, que casi de inmediato desapareció.
Me giré en la dirección del misterioso sonido, encontrándome con una Lilia sonriente, terminando de secar sus ojos con un pañuelo.
—Entonces… yo sí te gusto…
"Lilia…"
—No me di por vencida, pero llegué a pensar que no era más que una amiga para ti… y pensar eso a veces me dolía… Mi perseverancia y paciencia dieron frutos al fin… *snif* me alegra tanto…
—Yo llegué a creer que me aceptaste porque te sentías obligado a hacerlo…
"Yuuki…"
—Pero tú me recibiste con los brazos abiertos y palabras lindas… No-Nosotros no comenzamos con un sentimiento mutuo, pero… Michael tú… t-tú me gustas mucho…
—¿Ya viste papi? —preguntó Miri tomando mi mano— Ellas te quieren mucho. No tienes que elegir, las dos pueden ser mis mamis.
La presión en mi mente era demasiada…
Simplemente excesiva, y tenía que buscar una forma de liberar toda esa tensión, o de lo contrario, no sería capaz de razonar con claridad.
Tomé una gran cantidad de aire, y salí corriendo hacia la puerta de la casa, para luego salir al exterior y soltar el mayor grito de mi vida a todo pulmón.
—¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!
Dos personas que pasaban por ahí, una madre y su hijo respectivamente, tuvieron un pequeño intercambio de palabras con respecto a mi grito aparentemente sin sentido.
—Mami, ¿por qué gritó el alcalde?
—No lo sé. Quizás haya tenido un día difícil, no es fácil compartir casa con dos linduras.
—Hm… nuestro alcalde es raro ¿verdad?
—Sí, y bastante, pero con el tiempo te acostumbras.
Volví a entrar a mi casa, un poco apenado por los comentarios de la gente en el exterior.
Una vez dentro regresé a la sala, quedándome de pie enfrente de las chicas.
—Esto es demasiado estresante para mí… —afirmé con un suspiro— Sin mencionar que también es bastante incómodo. Pero sí. Miri dice la verdad, yo no puedo decidir entre una de ustedes, simplemente no puedo. Yo no pensé que fuera posible, pero la idea ha estado en mi cabeza por mucho tiempo, y la verdad es que… Yo… ¡Siento que me gustan las dos…!
—Papi es muy bueno. —comentó Miri abrazando mi pierna con cariño— El corazón de papi es tan bueno, que tiene espacio para más de una persona.
—Miri… —coloqué mi mano sobre su cabeza viéndola con ligera tristeza— Esto es un poco complicado de explicar, pero papi no puede darte dos mamis. Aunque papi quiera con todo su ser a las dos, sabe que no sería justo para ellas el tener que compartir a su persona especial con alguien más. Por favor entiendelo. No se puede.
Cerré mis ojos por un momento, sabiendo que esto era el final de nuestra extraña relación. Una familia conformada por un padre, dos madres y una niña, todos bajo el mismo techo, ¿cuándo se ha visto semejante cosa?
Este era el momento clave para mí, era sin lugar a dudas, la parte más difícil de mi vida, en donde tendría que tomar una decisión entre si quedarme con Lilia, Yuuki, o completamente solo.
Lo pensé…
Y pensé…
Y pensé… pero jamás encontré un resultado positivo.
"¿Será posible que mi propia indecisión… me lleve a quedar solo?"
Hundiéndome cada vez más en mi negatividad, un inesperado suceso me obligó a abrir los ojos. Resultó que ambas chicas se habían acercado a mí desde atrás, y continuaron, dándome un tierno abrazo con una expresión de pura felicidad.
—Sí se puede… —murmuró Lilia.
—Solo se puede hacer una cosa… —susurró Yuuki.
"¿De qué están hablando…? No comprendo a dónde quieren llegar con esto."
—La otra noche… —comenzó Lilia sin soltarme— Cuando Yuuki me llevó a un lado para hablarme de algo importante, resultó ser una propuesta sobre nosotras. Lo platicamos, lo analizamos y lo criticamos durante varias horas, hasta que finalmente logramos llegar a un acuerdo, a un punto medio.
"No entiendo qué quiere decir… ¿De qué rayos me están hablando…?"
—Quisimos hacer un trato sobre quién de las dos se quedaría contigo… —continuó Yuuki— Pero al ver que ninguna quería ceder, tomamos la complicada decisión de compartir. Ambas podríamos quedarnos contigo y ocupar un lugar en tu corazón, pero no funcionará, si tú no aceptas nuestra primera y única condición.
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Editado: 27.11.2023