Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.4

Capítulo 5: De vuelta en casa

La guerra finalmente había terminado, las tropas enemigas se retiraron, Mírlow está muerto al igual que su hermano y sus seguidores, y la reconstrucción de la muralla se hallaba en proceso. 

Por mi parte, yo fui abandonado a mi suerte sobre la muralla mientras cargaba a Juna entre mis brazos, incluso perdí la cuenta de todas las horas que estuve buscando la dichosa escalera, y el tiempo que me tomó bajarla con lentitud para que Juna no se despertara. 

Para cuando llegué al suelo nuevamente, ya había oscurecido, y aunque algunos trabajaban, otros se reunían alrededor de fogatas y celebraban su nueva era de libertad, y a la vez le rendían tributo y oraciones a todos sus compañeros caídos en estos veinticinco años de tiranía. 

Kágrel estaba esperándome cerca de una de estas fogatas, y cuando me acerqué a él, resultó que también se encontraban ahí Mónica, Érick, la pequeña Adelaida, y Robu. 

Todos disfrutando de una pequeña sopa casera, hecha por las mismísimas manos de Mónica. La única persona cuya comida es mejor que la de Lilia, pero nunca se lo voy a decir para evitarme problemas. Y porque sé que algún día Lilia la superará, eso lo tengo claro. 

En cuanto me vieron, no tuvieron piedad de mí, y lanzaron toda clase de comentarios vergonzosos y en doble sentido. 

—Oh, vaya, ¿no te basta con dos? ¿También quieres unir a tu secretaria? —preguntó Mónica, conteniendo la risa—. A este paso, hasta yo correré peligro contigo. 

—Al menos eso explica por qué desapareciste tanto tiempo —comentó Érick, riéndose de forma disimulada. 

—¡Ella me mintió! ¡Dijo que tú no eras su novio! —se quejó Adelaida, claramente disgustada. 

—Creer que al amo gustar coleccionar hembras —comentó Robu, sin dejar de comer su sopa—. Seguro ser tiempo de apareamiento humano. 

"¡¿Por qué me atacan de esta forma?!" 

「Yo no haré ningún comentario, Maestro.」 

"Gracias amigo, sabía que puedo contar con tu apoyo." 

「Felíz reproducción.」 

"¡Traidor!" 

Pasando mi presencia a un segundo plano, Kágrel dirigió su atención hacia Juna, quien descansaba cómodamente en mis brazos. Pero eso no fue lo que atrajo su atención, sino otro pequeño detalle que decidió resaltar con palabras generales, y no con telepatía privada. 

「Maestro, ¿por qué no baja a su secretaria para que ambos puedan comer?」 

—Porque, como te habrás dado cuenta, ella está dormida —respondí, resaltando lo obvio. 

「Eso no es verdad.」 

"¿Qué?" 

「Su secretaria está despierta.」 

"¡¿Qué demo- ?!" 

—Em… ¿Juna? 

Ante mi llamado, el rostro tranquilo de Juna comenzó a sonrojarse a más no poder, quedando igual a un tomate. 

En menos de dos segundos abrió los ojos y saltó lejos de mis brazos, procediendo a tomar distancia, caminando unos pocos pasos mientras nos daba la espalda a todos 

Parecía querer actuar con naturalidad, fingiendo que nada había ocurrido. 

—¡Aww, que linda es cuando se pone así! —afirmó Mónica, con una sonrisa resplandeciente—. Parece que solo quería recibir un poco de atención. 

—Aunque es algo desesperado para mí —comentó Érick, llevándose más sopa a la boca. 

—Mira quien lo dice —comentó Mónica, con una sonrisa pícara—. El tipo al que encontré diciendo el nombre de mi hermana mientras dormía. 

—*¡COF-COF-COF!* —se atoró con la sopa. 

"Em… ¿Acaso me perdí de algo? Bueno, Mónica es adicta a entrometerse en este tipo de cosas, ya me lo contará después." 

Me senté junto a los demás, y procedí a cenar con ellos. Juna también probó la comida de Mónica, pero lo hizo algo alejada de nosotros mientras continuaba dándonos la espalda. 

"¿Cuánto tiempo planea seguir así?" 

……… 

…… 

… 

La cena terminó, y la mayoría de las personas de alrededor procedieron a retirarse, mientras que otras prefirieron continuar con su trabajo. 

Relt es un excelente obrero, pero incluso para él resultaba complicado reparar aquella gran muralla. 

Érick decidió seguir ayudando en lo que sea posible, Mónica hizo lo mismo, mientras que Robu y Adelaida se fueron a dormir juntos a una pequeña carpa que les preparó el general Éduard. Bueno, Robu es prácticamente un niño, y no es bueno que los niños estén despiertos hasta altas horas de la noche. 

Tratando de seguir su ejemplo, me puse a pensar en todo el tiempo que llevaba sin tomarme un descanso. 

"Pensándolo bien, hacer todo eso de buscar la escalera y luego bajarla con lentitud me provocó algo de sueño… Supongo que yo también iré a dormir." 

"¿Vienes, amigo?" 

「No necesito dormir para recuperar fuerzas, pero puedo hacerlo si usted lo desea, Maestro.」 

"Bueno, siempre puedes hacerme compañía." 

—Juna, ¿te irás a dormir también? —pregunté—. Yo ya me voy a descansar, buscaré un buen lugar para hacerlo. ¿Quieres que te busque uno? 

—Um… No, gracias —respondió, sin voltear a verme—. Y… Discúlpeme por lo que hice antes. En verdad lo lamento. 

—¿Te refieres a cuando fingiste estar dormida? No tienes que preocuparte por eso, y si te soy sincero, no me importó mucho. 

—¿Enserio…? —volteó a verme, mostrándose sorprendida. 

—Claro —asentí, mostrando una sonrisa pacífica—. Ahora bien, vámonos a dormir. 

—¡¿Juntos?! —preguntó Juna, exaltada y totalmente sonrojada. 

—¡¿Qué?! —reaccioné, lanzando una rápida explicación—. ¡No no, por supuesto que no, soy consciente de que necesitas tu espacio! Me refería a irnos a dormir, pero no en el mismo lugar. 

—Oh… Claro, está bien. 
 

……… 

…… 

… 

Kágrel se ofreció a buscarnos un lugar, mientras que yo me acerqué al general Éduard para preguntarle por algún lugar disponible, pero me dijo que todos los lugares disponibles han sido tomados por los refugiados y que están con algo de sobrepoblación. 

Era de esperar un resultado como ese, ya que muchos perdieron sus hogares durante el conflicto, y aunque me sentí parcialmente culpable por ello, la noticia de Kágrel me levantó el ánimo de inmediato. 

「¡Maestro, hallé un lugar!」 

"Perfecto, iremos enseguida." 

……… 

…… 

… 

Utilicé la habilidad única "Ojos de mapa mundial" para localizar a Kágrel, e inmediatamente nos acercamos a él. 

El lugar que había encontrado era una carpa de tamaño mediano, la cual había sido hecha para que Relt descanse, cosa que no sucederá ya que él no necesita dormir, lo que significaba paso libre para cualquiera que desee usarla. 

—Juna, ¿quieres usarla? —pregunté, tratando de ser considerado—. Yo puedo buscar otro lugar. 

—N-No, por mí está bien, usted puede tomarla si gusta —insistió ella, mostrando también su consideración. 

En medio de nuestro pequeño intercambio, una pequeña gota de agua golpeó la nariz de Juna, dirigiendo nuestra atención hacia el cielo, donde otro gran grupo de nubes se reunieron. 

"¿Qué…? ¿Lluvia de nuevo?" 

Los tres nos metimos corriendo al interior de la carpa, unos segundos después, esa pequeña gota de lluvia, se transformó en una lluvia fuerte. 

—¿Estaremos bien aquí? —pregunté, viendo el techo de la carpa. 

—Sí, no tiene de qué preocuparse —respondió Juna—, estas carpas están hechas para soportar días lluviosos. 

—Me alegra oírlo, sería incómodo mojarse mientras duermes. 

Kágrel se recostó sobre el suelo de la carpa como si se preparara para dormir. 

「Pueden apoyarse en mí para descansar —indicó Kágrel, viéndonos a ambos—, mi pelaje los mantendrá abrigados.」 

Lo pensamos por un momento, y a falta de opciones, aceptamos su oferta. 

Yo me recosté en las patas traseras de Kágrel, mientras que Juna se recostaba sobre las delanteras, y en ese orden, nos dispusimos a dormir. 

……… 

…… 

… 

Había pasado cerca de una hora y yo aún no lograba conciliar el sueño. 

"Se supone que estaba cansado, ¿qué pasó?" 

"Bueno, habrá que seguir intentando, con esa lluvia de afuera no puedo hacer nada." 

Continué manteniendo mis ojos cerrados, tratando de dormir para pasar la noche lluviosa, cuando escuche un ligero sonido de arrastre. 

En un principio pensé que se trataría de Kágrel tomando una posición más cómoda, por lo que decidí ignorarlo, pero la voz que me habló a continuación, terminó despejando todas mis dudas. 

—¿Se-Señor Michael…? 

"¿Juna?" 

Me sorprendió el llamado tan repentino, pero luego de haber mantenido los ojos cerrados por tanto tiempo, finalmente comencé a sucumbir ante el sueño, siendo incapaz de responder a su pregunta. 

—¿Está despierto…? —preguntó, a modo de susurro. 

Nuevamente fui incapaz de responder. 

La insistencia de Juna parecía significar que buscaba algo, por lo que se aseguraba de si estaba realmente dormido. 

Unos instantes después, se volvió a escuchar el mismo sonido de arrastre, acercándose lentamente hacia mí. 

Yo apenas estaba hundiéndome en el mundo de los sueños, cuando de pronto, algo cálido comenzó a rozar mi mano con toques delicados. Evitando que yo me llegase a despertar. 

Aquella sensación se detuvo por un instante en mi mano, para luego comenzar a subir por mi brazo, y así, llegando cada vez más arriba. 

Era como ser trepado por algún pequeño animal, o como si se te subiera algún insecto, explorando tu brazo como una tierra desconocida. 

La sensación de sueño permanecía en mi pese a lo sucedido, pero esta misma desapareció en un instante, cuando algo grande y cálido terminó siendo recostado sobre mi pecho. 

De manera inconsciente, terminé envolviendo con mi brazo aquel objeto, confundido con el recuerdo de las noches junto a Lilia y Yuuki, donde el objeto extraño se estremeció. 

Procedí a abrir los ojos en aquel instante, hallando frente a mí una escena por demás extraña. 

Resultó que se trataba de Juna, quien no solo se hallaba despierta, sino que además, yacía acostada cómodamente sobre mi pecho, con las mejillas ruborizadas, y no haciendo más que juguetear con sus dedos como lo haría una niña. 

La sorpresa de verla de esa forma fue tan grande, que mi cuerpo reaccionó reforzando el agarre de mi brazo, generando un nuevo estremecimiento en ella. 

Juna pareció dejarse llevar por el momento, y procedió a recostar todo su peso contra mi cuerpo, desatando una que otra caricia sobre mi pecho y abdomen. 

Instintivamente dirigió su mirada hacia mi rostro, notando que su expresión se veía somnolienta, como si estuviera soñando con los ojos abiertos. 

Se quedó viéndome por unos segundos, hasta que finalmente mostró una cálida sonrisa, procediendo a acariciar mi mejilla con expectación. 

—Hm… Este sueño otra vez… —murmuró Juna, sin despegar su vista de mis labios—. Se vuelve triste al despertar, pero vale la pena, ya que puedo hacer lo que quiera sin temer a las consecuencias… Ahora, si me disculpas… llegó la hora del postre… 

Juna no perdió la oportunidad, y comenzó a acercarse cada vez más, reduciendo el espacio entre nuestros labios centímetro a centímetro. 

Mi corazón volvió a enloquecer, latiendo a mil por hora por la expectación de lo que estaba próximo a ocurrir, y durante todo el transcurso, todo mi cuerpo, mi alma y mi ser, no hubo una minúscula parte de mí que no deseara la culminación de ese beso, al punto en que yo también comencé a acercarme por cuenta propia, siendo arrastrado por el deseo. 

"Juna, yo…" 

Pero, tal y cual fueran las reglas del destino, estando a nada de fundirnos en el ardiente deseo de sentir al otro, una imagen golpeó mi cerebro con fuerza. 

La imagen de Lilia y Yuuki, viéndome con una amorosa y cálida sonrisa, la cual se iba deformando conforme me acercaba a sucumbir ante la pasión. 

Entonces, desperté. 

"...en verdad lo siento." 

Habiendo caído finalmente en el camino de la razón, volví a retroceder, sujetando a Juna de los hombros, dándole una pequeña sacudida, tratando de hacerla reaccionar. 

No bastó más que unos breves segundos para que ella recuperara la compostura, y comprendiera la triste realidad, de que todo esto no era un sueño. 

Aunque todo quedó terminado, evitando perder lo que amo por un instante de debilidad, la expresión en el rostro de Juna, la expresión de alguien con el corazón destrozado, acabó por dañar el mío también. 

Solté a Juna, mostrando una expresión patética en mi rostro, y cuando volví a verla a los ojos, me hallé con una pequeña lágrima deslizándose por su mejilla, lo que acabó por destrozarme por completo. 

Ella se giró de manera forzosa, dándome la espalda, regresando a donde se acostó inicialmente, para volver a fingir que nada sucedió. 

Sin saber qué más hacer en esta situación, solo pude recurrir al lamentable acto de una "avalancha de perdón". 

"Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento…" 

Ninguno fue capaz de dirigirle la palabra al otro por el resto de la noche, y aunque el cansancio era evidente, tampoco fuimos capaces de dormir. 
 



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En el texto hay: drama y humor, accion y aventuras, magia y romance

Editado: 25.01.2024

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