Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.5

Capítulo 4: Una leyenda partida por la mitad

Un sueño misterioso me mostró los recuerdos de mi pasado. Aquellos que normalmente uno no es capaz de recordar por lo lejanos que son. 

Fui testigo de la violenta persecución a mis padres, el cómo llegamos al mundo de los terrenarios, y el preciso momento en que secuestraron a mi hermano, Raian. 

Mi madre y yo acordamos tener una conversación seria al respecto, y aunque no se los pedí, las chicas salieron de casa por consideración, llevándose a Miri con ellas para dar un paseo. 

Adicional a eso, me comuniqué con Kágrel para que hablara con una tercera persona, y solicitara su aparición inmediata. 

Necesitaba saber la verdad, y tenía que ser ahora. 

Fueron menos de treinta segundos desde mi llamado, hasta que Don Víctor apareció en la puerta de mi hogar. Esta era la tercera persona. 

De esa forma, con todos los implicados reunidos, comenzamos con la conversación, la cual tendría lugar en mi sala. 

—Yo no suelo creer en las coincidencias —comencé, con tono tranquilo—. Es por eso que sé, que no fue una coincidencia que Don Víctor viniera exactamente al pueblo en el que yo me encontraba. Usted ya sabía que yo estaba aquí, y por eso fue que vino, ¿no es así? 

—Así fue, joven Michael —respondió Don Víctor, actuando con total serenidad. 

—Necesito que me digan la verdad —dije, tratando de ocultar mi pesar luego de la pesadilla—. Toda la verdad. Comenzando por la razón por la que perseguían a mis padres. 

Mi madre intentó decir algo, pero Don Víctor se lo impidió, ofreciéndose a responder. 

—Permítame corregirlo, joven Michael. Pero no eran sus padres a los que perseguían, más bien, los objetivos eran usted, y su hermano Raian. Sus padres solo trataron de protegerlos y acabaron en medio del fuego cruzado. 

—¿Y por qué nos perseguían a nosotros? —pregunté, totalmente desconcertado—. Éramos solo bebés, ¿qué valor teníamos para ellos? 

La expresión de Don Víctor se tornó sombría, pero no se negó a responder, relatando los hechos tal y como sucedieron hace más de diecisiete años. 

—Hace mucho tiempo… Yo tuve una visión, acerca del embarazo de Aurora. En mi visión me mostraban el nacimiento de un nuevo Hope Dragon, y muchos se pusieron felices por ello, pero… algo salió mal, hubo algo que mi visión jamás me mostró. 

—¿Qué es? —pregunté. 

—Aurora estaba embarazada de mellizos —respondió, con un tono severo—. No era un único hijo, por lo que nadie supo cuál de los dos sería el siguiente Hope Dragon. No teníamos la intención de que la noticia se esparciera por el mundo, pero cuando llegó a los oídos de la corona de Mutsel, ordenaron destruir la ciudad completa en la que estaban, incluyendo a todos sus habitantes, con la intención de desaparecer a los infantes. 

—Sí… Creo que conozco la historia después de eso —afirmé y pregunté—. Dices haber estado con mis padres en ese momento, pero también estás conmigo ahora; entre eso, tu actitud sospechosa, la cantidad tan excesiva de poder mágico en ti, y el hecho de que Análisis sea imposible de usar en tu persona, me hace creer que aún hay muchas cosas que no me has contado. ¿Quién eres realmente, Valentín? 

—Lamentablemente, mi historia no es tan interesante de contar —respondió, a modo de disculpa—. Pero mis motivos para estar a su lado, se pueden responder sabiendo el origen del Hope Dragon. 

—Te escucho. 

Valentín Torino siempre fue un personaje enigmático, hallando la respuesta correcta a cada situación, y con el tiempo, demostró habilidades extraordinarias, dando la impresión de poder hacer lo que sea, de ser todopoderoso. 

Sin embargo, aunque sea evidente que no se trata de un ser todopoderoso, en el momento en que te enteras de quién fue en el pasado, es mas que suficiente para tenerle terror a la capacidad de este hombre. 

Así fue como prosiguió su respuesta. 

—Su poder, a diferencia del resto de los Libros del Destino, se compone de dos almas, no de una. Titán pertenecía a la raza de los gigantes. Mermaid a la raza de los hombres pez. Pegasus era miembro de la raza angelical. Pero Hope Dragon, es la mezcla de un humano, y una diosa. 

—Espera… ¿Una diosa? ¿Me estás diciendo que los dioses realmente existen? —pregunté, un poco exaltado. 

—Así es, joven Michael. Quizás en el mundo de los terrenarios no sea así, pero aquí, existen doce dioses que gobiernan por sobre todo, cuyo poder es más que suficiente para destruir este mundo y cualquier otro imaginable. Existen dioses ficticios como en su mundo, pero también existen los reales. Cada uno de ellos con un puñado de sirvientes leales que los sirven en cualquier situación, a esos sirvientes se les llama Pilares, y ellos son los únicos, cuyo poder puede hasta cierto punto, tratar de rivalizar con el de los dioses. 

—Hijo… —intervino mi madre, luego de haber estado en silencio—. Hope era una de esos doce dioses, y aquello que llaman Libros del Destino, fueron alguna vez sus Pilares. El mismo Valentín era, de hecho… uno de ellos. 

—Así es, señora Aurora —afirmó Valentín, llevando una mano al pecho, mostrando cierta nostalgia—. Yo fui, y sigo siendo un Pilar, porque aunque no sea de manera física, mi diosa aún sigue con vida dentro del Hope Dragon. 

—Los dioses gobiernan todo… y los Pilares vienen justo después, lo que significa que… 

—Exacto. Soy un Pilar, y por muy fuerte que usted se haya vuelto, joven Michael, yo sigo siendo muy superior a usted en cuestiones de poder, magia, y conocimiento. Pero no tiene que preocuparse por mí, yo sería incapaz de herirlo. Agredirlo a usted sería como agredir a mi diosa, y eso jamás lo haré. 

—Nerves conoció al portador anterior a mí… —comenté, aún tratando de procesar toda la información—. Y él me dio un mensaje que supuestamente salvaría mi vida. Dijo que puedo confiar en la mujer y el hombre de la cicatriz, pero que si veo una sombra, debo de huir… He hablado con Hope y Dragon, y estoy casi seguro de que ellos son la mujer y el hombre de la cicatriz, pero… ¿A quién se refería con "la sombra"? 

—Eso es algo en lo que he estado pensando desde el día en que ustedes nacieron —comentó Don Víctor, mostrándose intrigado—. Mi visión me mostraba el nacimiento del nuevo Hope Dragon en el vientre de Aurora, pero jamás me mostró cuál de los hermanos era el portador. "La sombra" que mencionó Nerves en su mensaje, no es otra cosa que los restos del alma del antiguo Rey Demonio, Lanrath. 

Ya en el final de la guerra contra Lanrath, el día en que la Diosa Hope se disponía a introducir las almas de sus Pilares en esos libros, ocurrió una catástrofe sin precedentes. 

Un fragmento del alma oscura de Lanrath logró sobrevivir luego de su derrota, y en intento desesperado por salvarse, se introdujo a si mismo en uno de esos libros. 

El buen Dragon trató de detenerlo, pero acabó siendo absorbido por el libro, y Hope, al no querer perder a su amado, se lanzó para liberarlo, sin saber que una vez dentro jamás volvería a salir. 

El libro era originalmente para Valentín, solo los Pilares de Hope entrarían a esos libros, pero luego de aquel incidente, Don Víctor fue el único que se quedó afuera. 

—El Libro del Destino solo adquirió los nombres Hope y Dragon, ya que el alma de Lanrath estaba incompleta —afirmó Valentín, culminando con su explicación—, pero en el caso de usted, joven Michael, únicamente siento la presencia de mi diosa y la de su amado, mas no la de Lanrath. Y si nos ponemos a pensar que habían dos bebés en ese vientre, si usted adquirió solo el Hope Dragon, eso quiere decir que… 

—Raian tiene a Lanrath en su interior… —respondí, completando las palabras de Valentín. 

Al escuchar aquella posibilidad, que Raian se encuentra con vida, pero que podría tener a la criatura más despreciable de la historia en su interior, terminó provocando un gran dolor en el corazón de mi madre. 

Ella solo nos tuvo bajo la maravillosa idea de formar su propia familia, mas nunca deseó que fuésemos elegidos para esto, y aunque no lo diga con palabras, ella sentía una enorme culpa, porque piensa que nos condenó a un destino que no nos correspondía. 

Mi madre cubría su rostro con ambas manos, haciendo todo lo posible para que no la vea llorar, para que no la vea en un estado tan vulnerable. 

Valentín se limitó a guardar silencio, y no porque no tuviese nada qué decir, sino porque en el fondo, también siente el peso de la culpa, pensando que pudo haber hecho algo más para evitar que se llevasen a Raian. 

Sin embargo, aunque solo llegué a ver fragmentos de lo que sucedió, supe que no tenía nada que reclamarle a ellos. Ni mis padre ni Valentín tienen la culpa por lo que pasó aquel día. 

Mis padres actuaron como debían, haciendo lo posible por garantizar la vida de sus hijos, y Valentín hizo lo posible para contener a esos monstruos, dejándose la piel por proteger nuestro futuro. 

Solo yo pude huir del caos, mientras que mi hermano tuvo que crecer en él, y aunque jamás tuvimos la oportunidad de conocernos correctamente, él clama por mi ayuda. 

Raian sabía de mi existencia así como ahora yo sé de la suya, y si él me necesita, estaba dispuesto a viajar al fin del mundo para traerlo devuelta, sin importar que la criatura en su interior se salga de control. 

Ya hice un trato con la entidad en Nilo, y si debo hacer un trato con el mismísimo enemigo del mundo, lo haré, porque ese es el camino que elegí para recuperar a mi familia. 

—Mamá, ya vasta, no tienes que seguir llorando por esto —dije, observando a madre con una cálida sonrisa—. Lo que nos pasó no fue culpa tuya, tú fuiste la responsable de traernos al mundo, y eso jamás te lo dejaré de agradecer. 

—Hijito… *snif*. 

—Valentín —me giré en su dirección—. Hiciste por mi familia más de lo que cualquier otra persona haría, y tampoco me alcanzan las palabras para agradecerte, pero aunque suene egoísta, me gustaría que siguieras ayudándonos hasta el final. 

—No lo dude, joven Michael. 

“Solo sé paciente, mamá, te prometo que los encontraré a todos, y cumpliré la promesa que papá te hizo el día en que nacimos. Darte la familia feliz que tanto mereces.” 

“Haré todo paso por paso para evitar cometer errores, y reduciré a todo el reino de Mútsel a cenizas. Pero primero, necesitamos estar en igualdad de condiciones.” 

“Voy a crear mi propia nación, y lo haré ahora.” 

……… 

…… 

… 

Don Víctor preparó un poco de té para todos, con la intención de relajar el ambiente, y al cabo de unos minutos, finalmente la tensión desapareció, dejando a un lado los recuerdos tristes, y dando paso a las divertidas anécdotas. 

Entre risa y risa, me fui enterando de muchos detalles interesantes que desconocía sobre mi origen. 

Resulta, que yo no soy un terrenario como creía. Bueno, en verdad sí, pero no uno completo. 

Según lo que me contaron, mi papá trabajaba como soldado en el ejército principal del reino de Mútsel, y que un día cualquiera durante uno de sus patrullajes de rutina, se encontró con una misteriosa luz que cayó del cielo, donde al acercarse, descubrió a una extraña mujer, mi mamá. 

Este sabía que ella era una forastera, y en Mútsel no se trataba nada bien a los forasteros, lo que lo hizo sentir empatía por su situación, y la ayudó dejando que se oculte en su casa. 

Ella agradeció su ayuda, y aceptó quedarse en su casa por un tiempo hasta que hallara un nuevo lugar en donde vivir. 

Con el tiempo, él se fue acostumbrando a tener a alguien en casa que lo esperaba para darle la bienvenida, y ella comenzó a sentirse a gusto con la compañía de aquella persona que le ofreció todo sin pedirle nada a cambio. 

El tiempo pasó, fueron días, luego semanas, después meses, y al cabo de dos años viviendo juntos, confesaron su amor mutuo, comenzando una hermosa relación que culminaría en un plan familiar para el futuro. 

Raian y yo fuimos el fruto de ese amor, y el resto de la historia… eso ya se lo saben ustedes. 

Oh, claro, acerca de la llegada de mi madre a este mundo, ella dijo que cuando estaba en su mundo, el mundo de los terrenarios, daba un relajante paseo por el parque, cuando vio algo brillar entre los arbustos. 

Cuando levantó el objeto, resultó ser una pequeña cajita de metal con un gran botón rojo en el centro, mi madre presionó el botón, y ¡Puf! Apareció en este mundo de magia y fantasía. 

¿Que era ese objeto? Ella nunca lo supo. Solo sabe que cuando llegó a aquí, la pequeña cajita ya no estaba con ella. 

En fin, esa fue una de las múltiples cosas que me contaron, y continuamos así, hasta que llegó la hora de retirarnos. 

……… 

…… 

… 

Justo ahora, me encuentro dando un pequeño paseo por Silon, visitando a todos los pobladores. 

Dar paseos por aquí se ha vuelto cada vez más interesante con el pasar de los días. 

Hay goblins corriendo por los techos y paredes como si fueran ninjas, personas leyendo libros completos en cuestión de segundos, otros rebotando en el aire con la habilidad “Salto Aéreo”, e incluso personas de la tercera edad levantando objetos extremadamente pesados como cajas de madera llenas de productos, o sacos de harina, todo gracias a la habilidad secundaria “Fuerza Extra” que la mayoría de estos adquirieron. 

Pero ellos no son los únicos. 

Hay muchos tipos de habilidades regadas por todos lados, y cada quien las disfruta a su manera, desde los más pequeños, hasta los más grandes. Y hablando de los más pequeños, se me ocurrió que sería una buena idea visitar la escuela. 

No pude ir en mucho tiempo debido a toda clase de inconvenientes, pero decidí aprovechar esta oportunidad para observar el progreso de nuestros niños con mis propios ojos. 

……… 

…… 

… 

Caminé hacia el escuela, la cual se halla muy cerca de la alcaldía, y aproveché el camino para seguir maravillándome con la amplia variedad de habilidades que pasaban frente a mis ojos. 

Cuando conseguí llegar, tuve la suerte de aparecer al inicio del receso, tomando esto como el momento perfecto para hablar con Rita. 

Me adentré hasta uno de los salones de clases, toqué la puerta por educación, saludé a Rita, y nos sentamos un momento para platicar. 

—¿Qué lo trae por aquí, señor alcalde? —preguntó Rita, de manera educada. 

—Puedes llamarme Michael, no hay porqué ser tan formales —indiqué, sonriendo torpemente—. Solo quise venir para ver a los niños, ya sabes, cómo han tomado lo de venir a la escuela y esas cosas. 

—Pues… la mayoría se han adaptado con bastante facilidad. Muchos niños querían ir a la escuela, así que eso ayudó mucho, pero siempre existen aquellos niños que prefieren apartarse un poco, ya sea por timidez o que simplemente prefieren hacer otras cosas. 

—Sí, me lo imagino. ¿Te digo algo? Hoy han sucedido muchas cosas para mi, y me siento generoso justo ahora, ¿hay algo que necesiten? ¿Alguna petición o sugerencia? 

—Hm… —Rita lo pensó genuinamente, sin hallar una respuesta—, no lo creo. Al principio fue complicado manejar a los niños con las nuevas habilidades que les regaló, pero volvieron a la normalidad bastante rápido. Aunque a veces siento que no podemos ofrecerles toda la ayuda que ellos quisieran recibir. 

—¿A qué te refieres? ¿Los niños te han pedido algo? —pregunté, bastante interesado. 

—Ah… bueno, no es algo que yo aceptaría, pero sí. Como su maestra, es mi deber asegurarme de que se encuentren a salvo, pero también es mi deber apoyarlos en las metas que ellos quieran conseguir. 

—¿Qué es lo que han pedido exactamente? —repetí la pregunta. 

—Hay un grupo niños que no obtuvieron habilidades, aunque sí una gran cantidad de poder mágico, pero no tienen la forma de utilizarlo —Rita puso una expresión de lamento, demostrando su impotencia como profesora—. Ninguno de nosotros sus maestros sabemos usar magia, pero aún así ellos siguen pidiéndonos ayuda, y me deprime un poco no poder enseñarles nada al respecto. Ellos tienen la chispa del aprendizaje, y me preocupa que se vaya a extinguir. 

"Magia eh… Un buen maestro de magia sería Don Víctor, pero él ya trabaja como mi asistente personal.” 

“Sofía aún continúa aprendiendo, así que ella tampoco es una opción. Rayos… creo que no tengo a nadie que nos ayude con eso." 

—Lamentablemente, no tengo a nadie disponible para enseñarles sobre magia, pero buscaré la forma de conseguirles un instructor —asentí. 

Rita entendió la situación, pero tal y como si se hubiese activado un interruptor, una idea llegó a su cabeza 

—También tenemos a niños que han dominado sus habilidades demasiado rápido, y ahora buscan romper casi lo que sea. 

"¿Romper?" 

—Uno de ellos es el pequeño Ian, quien se ha ganado un nombre entre los demás estudiantes, incluso los mayores. 

Justo en ese instante, un niño humano entró de golpe al salón en donde estábamos, y cuando nuestros ojos se cruzaron, no lo pensó dos veces antes lanzarse hacia mí, apuntando su puño hacia mi rostro. 

No lo sentí como una amenaza, pero aun así lo detuve, sujetando su puño con mi mano. 

—¿Eh? ¿A qué se debe este ataque? —pregunté, viendo al niño defrente. 

—¡I-Ian, no puedes simplemente ir por ahí y golpear a la gente! —reclamó Rita. 

“Oh, entonces él es el famoso Ian.” 

El niño no parecía prestarle atención a su maestra, estaba más interesado en saber cómo hice para frenarlo con tanta facilidad, y el grupito de niños que venía detrás de él estaban igual. 

—En verdad lo lamento, señor Michael, por favor perdone a Ian, yo me encargaré de educarlo mejor, se lo prometo —se disculpó Rita, agachando la cabeza una y otra vez. 

—No, no, descuida, no me lo tomé personal —asentí, fijándome en el niño frente a mí—. Así que tú eres Ian. Para ser un niño eres bastante fuerte, pero no está bien ir por ahí golpeando a cualquiera. No todos pueden defenderse como yo, ¿lo sabías? Si tienes fuerza, úsala para algo bueno, algo productivo, no para agredir a la gente. 

Ian parpadeo varias veces seguidas ante mis palabras, solo para proceder a bajar la mirada al suelo, como un niño al ser regañado por sus padres. 

—Sí señor alcalde… Lo siento. 

Luego de eso, Ian regresó presuroso con su grupo de amigos, y todos se fueron del salón junto a él. 

—Lamento eso, señor Michael —se volvió a disculpar Rita—. Ian no es un niño malo, solo es muy impulsivo, pero voy a trabajar en eso con él, no se preocupe. 

—Necesitan una barrera… —murmuré, dejando salir mis pensamientos. 

—¿Disculpe? —preguntó, confundida. 

—Esos niños necesitan una barrera que les sea casi imposible de cruzar. ¿Ustedes hacen alguna actividad física durante el horario escolar? —pregunté. 

—Bueno, realmente no —respondió Rita, mostrándose algo apenada—. Somos cuatro maestros, pero ninguno de nosotros tiene una muy buena resistencia física. 

En mi mundo, me llegué a topar con un libro sobre un profesor experto en “niños problema”. 

En este se hablaba sobre una “barrera” que se debía marcar en las mentes de los niños, algo así como un límite que no debía ser cruzado. 

Pero aunque muchos lo interpretaron como una “regla estricta”, o una “amenaza” lanzada hacia los niños para ganar su obediencia, el autor lo retrató como “una figura humana”. 

Esta barrera humana era en general un instructor o un maestro, el cual se aseguraría de educar a los niños, pero sin dejar que estos se pusieran de igual a igual con él. 

Con esta explicación todos llegarían a la conclusión de que se trata de un profesor estricto, o de la vieja escuela, pero en realidad todo se basa en el respeto que este llegue a obtener de sus estudiantes, generando así esa “barrera” que ellos nunca podrán cruzar, la diferencia entre alumno y maestro. 

—Creo que tengo una solución —afirmé orgulloso—. Mi amigo Érick no ha tenido una labor fija desde hace un tiempo, siempre está ayudando a otros con sus deberes, pero algo estable no le vendría mal. Él fue antes un soldado, sabe mucho sobre entrenamientos físicos y demás, estoy seguro de que él sería un gran entrenador para estos niños. 

—¡Eso sería maravilloso! —asintió Rita con entusiasmo—. Con eso, podremos extender el catálogo de cosas que podemos enseñarle a los niños. En verdad agradezco su ayuda. 

—No tienes por qué. Siempre que necesiten algo, o haya algún problema, no duden en avisarme. Por cierto, díganles a los niños que pronto tendrán un maestro de magia. 

—En verdad se lo agradezco, señor Michael. 

—De nada —dije levantándome de mi asiento—. Oh, casi lo olvidaba. ¿Tú también obtuviste alguna habilidad como los demás? 

—Um… En verdad no lo sé, no tengo forma de averiguarlo. 

Utilicé Análisis en ella, descubriendo que posee las habilidades secundarias “Híper Lectura”, y “Percepción Mágica”. 

No tuve problemas en decírselo, y ella reaccionó con asombro ante la noticia, ya que no esperaba conseguir grandes cosas como los demás. 

Sin embargo, entendí que el Pacto de Sangre le había dado esas habilidades en específico, en base a sus habilidades como maestra, ya que esas dos en particular, le servirían de mucho al tratar con niños “especiales” como estos. 

Con ese asunto cerrado, me despedí de Rita, y salí de la escuela, buscando a Érick para informarle de su nuevo empleo fijo. 

……… 

…… 

… 

Érick era el tipo de persona que no puede estar quieta por mucho tiempo, siempre está ayudando a todos en toda clase de labores, desde físicas hasta intelectuales, volviéndolo una de las personas mas queridas de Silon. 

Por esa razón me vi forzado a utilizar Ojos de mapa mundial para localizarlo, y de todos los lugares en los que pudo haber estado, lo encontré sentado sobre el techo de su casa. 

Utilicé Movimiento sombra para llegar hacia él casi de inmediato, pero pese a que me acerqué, él parecía no notar mi presencia. 

Se mantenía en absoluto silencio, con la vista puesta en la nada, como si le hubiesen arrebatado el alma de su cuerpo. 

Procedí a sentarme a su lado, y guardé silencio como él, no queriendo arruinar lo que sea que estuviese haciendo. 

Sin embargo, luego de cinco largos minutos de silencio, Érick finalmente habló, lanzando un comentario bastante peculiar. 

—Creo que me enamoré de Sofía. 

"¿Eh…? ¿Y eso de donde salió?" 

—Vaya… Bueno, me alegro por ti. Sofía en una mujer agradable. 

—... 

—¿Hay algún problema con ello? —pregunté. 

—Mónica me dijo sobre alguien de quien Sofía está enamorada desde hace mucho, alguien de nuestro mundo. De seguro será un fastidio para ella tener que escuchar lo que siento cuando está pensando en alguien mas. 

"Si supieras que se trata de ti, no estarías tan deprimido. Un momento. Hace un tiempo Mónica me habló sobre ayudar a estos dos. ¿Será este el momento perfecto?" 

—Si quieres oír mi opinión, yo pienso que deberías decírselo. Quizás te lleves una sorpresa. 

—Lo que no quiero llevarme es otra desilusión… 

"Érick…" 

—¿Quieres hablar sobre eso? —pregunté, tratando de aligerar la tensión—. Somos amigos, sabes que puedes contarme lo que sea. 

—Durante mi tiempo como estudiante, comencé a recibir cartas anónimas, pero no eran confesiones de amor ni nada de eso, eran cosas tan simple como “¿Cómo estás hoy?” y “¿Qué tal tu día?” 

“Es un comienzo interesante.” 

—Al principio pensé que se trataba de una broma, por lo que respondí a la carta con honestidad y la devolví a su sitio. Sin embargo, nuevas cartas llegaban día tras día, y con el tiempo, fuimos desarrollando una muy extraña amistad. 

“Parece el inicio de una novela de romance.” 

—Nuestras conversaciones se volvían más íntimas con el pasar del tiempo, llegando al punto en el que sentía que podía contarle lo que sea a esa persona, a pesar de no conocerla. Supe que era una chica, y que estaba estudiando en la misma escuela que yo, pero jamás me decía su nombre, únicamente firmaba con una letra "S". 

“Se trataba de Sofía, obviamente.” 

—Quizás te reirás de mí por lo que voy a decir, pero… llegué a sentir en algún momento de mi vida, que me había enamorado de esa chica. Es extraño, lo sé, ¿cómo es posible que alguien se enamore de una persona a la que nunca ha visto? Ya sea algo normal o extraño, así sucedió para mí. 

"Esta historia concuerda con la historia que me contó Mónica sobre Sofía…" 

—Mi hermano mayor falleció de cáncer en ese tiempo —continuó—, y mis padres decidieron mudarse a otra ciudad, porque seguir en la que estábamos solo les recordaba que mi hermano ya no estaba con nosotros. Sabiendo que nos iríamos muy lejos, la cité en un lugar de la escuela para finalmente conocerla, y confesarle lo que sentía. Pero ella jamás llegó. 

“Se enfermó de gravedad ese día, no fue culpa de Sofía.” 

—La esperé por varias horas, pero jamás llegó, y ese mismo día era la fecha de nuestra mudanza, por lo que no me quedó más opción que regresar con mis padres para partir. 

“Y supongo que fue ahí donde todo terminó para su romance escolar.” 

—A veces llego a pensar que esa persona solo jugaba conmigo, pero una parte de mi me dice que mis sentimientos sí eran correspondidos. Pero supongo que eso ya no importa ahora… Estoy listo. Estoy preparado para continuar con mi vida. 

"Si tan solo supieras que te acabas de enamorar de la misma persona dos veces." 

"Casi me dan ganas de reír mientras le digo toda la verdad. Pero creo que eso no sería bueno para ninguno. Los sentimientos de ambos son correspondidos, y es triste que ninguno lo sepa." 

"Pero para eso están los amigos." 

—Érick, yo pienso que deberías decírselo igual —afirmé—. Pero antes de hacerlo, primero cuéntale esta historia que me acabas de contar. 

—¿Qué…? ¿Por qué haría eso? —preguntó, evidentemente confundido. 

—Tú solo hazlo, tengo una buena corazonada sobre todo esto. Vamos, confía en mí, todo saldrá bien al final. 

Érick seguía teniendo sus dudas al respecto, pero igualmente decidió confiar mis palabras, asegurando que no tenía nada que perder. 

Con la misma bajamos del techo, y caminamos hasta la clínica de Sofía, dispuestos a dar un paso importante en la vida de ambos. 

……… 

…… 

… 

Cuando llegamos, solo encontramos a Nerves descansando plácidamente sobre su cama, además de eso, todo el lugar yacía vacío. 

Sin embargo, ambos sabíamos de la existencia de un pequeño cuarto, en donde Sofía se quedaba para experimentar con sus hierbas medicinales. 

Primero nos aseguramos de que nadie nos estuviera mirando, y luego ingresamos a esa pequeña habitación. 

En su interior estaban efectivamente las hermanas Mónica y Sofía, quienes disfrutaban de una agradable tasa de té, sin preocuparse por ninguna otra cosa del mundo. 

Lamentablemente, nos vimos forzados a interrumpirlas. 

—Disculpa, no pensé que estaban ocupadas —dije, apareciendo junto a Érick 

—Tranquilos, chicos, aquí hay mucho espacio para los cuatro, vengan —nos invitó Mónica, con una expresión alegre. 

Sin ninguna razón para negarnos, decidimos aceptar, y nos unimos a ellas para tomar una cálida tasa de té. 

……… 

…… 

… 

Bebimos té por un rato, pero aunque todo se veía tranquilo y sereno, había una gran tensión oculta bajo la mesa. 

Todos sospechaban de todos. 

Mónica tenía dudas sobre nuestra visita repentina, Sofía quería saber porqué Érick la miraba de reojo cada que tenía la oportunidad, Érick quería saber porqué era Sofía quien lo veía de reojo a él, y yo acabé en el fuego cruzado porque sentí que salía sobrando. 

Pero, ya sea por suerte o desgracia, alguien se dignó a hablar. 

—¿Y bien? ¿Qué vinieron a buscar? —preguntó Mónica, disimulando su curiosidad. 

—En realidad, estoy acompañando a Érick —respondí—, él tiene un anuncio muy importante que hacer. 

—Oh, vaya —Mónica sonrió con malicia, observando a Érick—. Bueno, que lo haga frente a todos entonces. 

"Mónica se ve demasiado feliz… Creo que está suponiendo lo que Érick va a decir." 

—Creo que sería mejor si les damos privacidad —comenté, levantándome de mi asiento—. Vamos afuera un rato, Mónica. 

—Mm… Yo me quiero quedar —afirmó Mónica, con una sonrisa resplandeciente—. Presiento que será interesante. 

"Malvada… Respeta un poco la privacidad de los demás. O al menos la de tu hermana.” 

—Adelante, Érick. Te escuchamos —insistió Mónica, con un tono persuasivo. 

Érick se veía realmente incómodo por la presencia de Mónica y mía, llegando incluso a dar un paso hacia atrás, pero Mónica, quien presintió que podría tratar de huir, salió disparada hacia la puerta, y la cerró con llave. 

—Listo, ya cerré la puerta, ahora nadie podrá interrumpirnos —indicó Mónica, antes de volver a insistir—. Continúa, por favor. 

"Mónica es bastante perspicaz… Esa es una de las cosas que más me asusta al tratar con ella." 

—Supongo que no me queda otra opción… —comentó Érick, soltando un suspiro de resignación. 

……… 

…… 

… 

Érick contó frente a todos la historia de su primer amor, justo como le dije que lo hiciera, y poco a poco, vi como una sonrisa de satisfacción se formaba en el rostro de Mónica, mientras que en el caso de Sofía, el rubor de sus mejillas aumentaba con cada segundo de historia. 

Cuando terminó de relatar los hechos, Mónica decidió tomar la palabra. 

—Érick, alguna vez te has preguntado, ¿dónde está esa chica ahora? 

—Algunas veces, sí —respondió Érick, mostrándose confundido. 

—Dime algo. ¿Recuerdas que yo y mi hermana también estábamos en tu escuela? 

—¿Lo estaban? —preguntó, asombrado. 

—Así es. Las dos te conocíamos en ese entonces, de hecho, la mayoría de la escuela lo hacía. Pero eso no es importante ahora. ¿Has pensado, en quién de las chicas que conocías tenían un nombre que empezaba con "S"? 

—Bueno… Um… —Érick trató de recordar. 

—Solo una —afirmó Mónica, con una pequeña sonrisa de complicidad—. Te daré una pista, ella se encuentra en esta habitación, pero no soy yo. 

—Pero… ¡Me estás diciendo que…! 

Érick miró a Sofía con asombro y confusión a la vez, mientras que Sofía trató de desviar la mirada, totalmente enrojecida, pero sus ojos siempre volvían a él. 

—Muy bien. Creo que Michael tiene cosas que hacer, y yo debo de arreglar algunos asuntos también, así que… Hasta luego. —se despidió Mónica, haciéndome una señal para que la siguiera. 

"Genial, yo pensaba hacer exactamente lo mismo. Disfruten su charla chicos, tómense todo el tiempo que necesiten." 

Salimos de la clínica sintiendonos renovados, y aprovechamos para charlar entre nosotros por un rato. 

Luego, casi llegando al final, Mónica me agradeció por haber ayudado a esos dos, ya que ninguno se animaba a dar el primer paso. 

Me sentí realmente feliz por ellos, deseándoles un buen futuro desde la lejanía, y con eso en mente, cada uno acabo yéndose por su lado. 

……… 

…… 

… 

Volví a pasear por el pueblo, saludando amablemente a cuanta persona me encontrara, pero rápidamente fui notificado por uno de los goblins que mis amigos estaban peleando desde mas de veinte minutos, pero nadie se metía a detenerlos por cuestiones de seguridad. 

Me pareció bastante extraña su reacción de temor, pero todo quedó resuelto cuando me acerqué a la escena, donde me encontré con Alia y Nilo teniendo una discusión verbal. 

Traté de apaciguar las cosas en su momento, pero supuse que aún quedarían personas que le temieran a Nilo. 

Lamentablemente, este no era el momento de preocuparse por aquello, primero tenía que detener la pelea entre ese par. 

Me acerqué sin dudarlo, y acabé poniéndome en medio, como un freno a la discusión. 

—Vamos, chicos, ¿qué les sucede ahora? ¿A qué se debe esta discusión? —pregunté, mirándolos a ambos con curiosidad. 

—¡Nilo se quiere poner en peligro otra vez! —afirmó Alia, sin ocultar su disgusto—. ¡Él quiere volver a usar su habilidad única pese a saber que es mala! 

—Solo quiero aprender a usarla… —respondió Nilo, evitando mirar a Alia. 

“Con la forma en que Nilo habla frente a ella, creo que mas que una pelea, se trataba de un griterío unilateral.” 

—Alia, entiendo que te preocupes por Nilo —dije, siendo la voz de la razón—, yo también me preocupé por él antes, y sigo un poco preocupado ahora. Pero él está bien, encontré la forma de evitar que se descontrole, ya no puede herir a nadie ni a sí mismo. El único problema sería adivinar cómo activar su habilidad, pero eso lo podemos solucionar con el tiempo. 

"Ahora que lo pienso… Alia también formó un Pacto conmigo. ¿Qué habrá conseguido cuando lo hizo?" 

Utilicé Análisis en ella, pero cuando creí no haber encontrado nada, acabé llevándome una gran sorpresa. 

Había adquirido las habilidades secundarias “Salto Aéreo”, e “Inamovible”, pero también, la habilidad única “Apunta y Dispara”. 

—Alia, tú… tienes una habilidad única también —afirmé, viéndome asombrado. 

—¿Qué? ¡No, no, quítamela, quítamela! —suplicó Alia, dando pequeños saltitos de pánico. 

—Oye, tranquila, no tienes nada que temer —dije, tratando de explicar su situación—. El caso de Nilo es especial, pero normalmente las habilidades únicas no son peligrosas para el usuario. 

—Mm… —Alia se miró a si misma, tratando de procesar mis palabras—. Está bien, supongo… 

—¿Lo ven? No hay razones para discutir —afirmé, sonriente, antes de cambiar de tema—. Ahora bien, ¿qué me dicen si hacemos una práctica rápida ahora que la habilidad única de Nilo está bajo control? ¿Quien sabe? Quizás logremos averiguar lo que hace la habilidad única de Alia. 

Los dos se miraron con asombro por un instante, para luego asentir con una gran sonrisa cargada de entusiasmo. 

……… 

…… 

… 

Decidimos salir de Silon por cuestiones de seguridad, pero al final acabé adelantándome, ya que los chicos quisieron volver a casa antes para recoger algunas cosas. 

Alia había traído consigo su arco de madera, y un carcaj repleto de flechas del mismo material en su espalda, mientras tanto, Nilo había traído su pequeño cetro, y una bolsa misteriosa colgada en su cintura. 

—Señor Michael, ¿hay algún problema si uso mis flechas? —preguntó Alia, preparando su arco. 

—Descuida, usa lo que quieras, por mi no hay problema —respondí. 

“Son flechas de manera y la magia brillante de Nilo, nada de esto representa un peligro para mí.” 

Vaya que me equivoqué. 

Alia y Nilo corrieron en direcciones opuestas con la intención de rodearme, pero su velocidad no era nada del otro mundo, por lo que fue sencillo mantenerlos vigilados. 

Nilo usó el único hechizo que conoce, intentando cegarme, pero al haberlo visto en acción en el pasado, me fue tan sencillo evitarlo con solo cerrar los ojos. 

Sin embargo, Alia no quiso esperar, y disparó una de sus flechas, la cual esquivé fácilmente con Movimiento Instantáneo. 

“Han mejorado, pero sigue siendo demasiado fácil.” 

En mi pequeño rato de arrogancia, Nilo se volvió a acercar a toda velocidad, intentando cegarme nuevamente, pero en cuanto cerré los ojos, recibí un golpe en el rostro con el cetro. 

El sorpresivo golpe me dejó en shock por un instante, donde Alia volvió a disparar una de sus flechas, y me vi forzado a reaccionar con Movimiento Instantáneo, saltando hacia un lado. 

Creí erroneamente que había esquivado la flecha, puesto que esta se giró en mitad del vuelo, cambiando su trayectoria en mi nueva ubicación. 

Intenté volver a esquivarla, pero la flecha acabó demasiado cerca, por lo que me vi forzado a destruirla con las manos. 

"¿Qué demonios…?" 

Mi mente no era capaz de comprender lo que había sucedido, y cuando traté de fijar mi atención en Alia, esta había desaparecido, observando como Nilo corría nuevamente hacia mí. 

Decidí concentrarme en lo que tenía enfrente, y corrí al encuentro con Nilo, sin percatarme que habían dos flechas a ambos lados apunto de chocar contra mi cráneo. 

"¡¡La posición de Nilo era una trampa!!" 

Utilicé Muro de Aire para elevarme hasta el cielo justo antes del impacto, pero las flechas volvieron a seguirme, sin dejarme otra opción que proceder a quemarlas con mis Manos Demoniacas. 

Cuando volví a aterrizar, esperando un segundo ataque sorpresa, me encontré con Alia, dándome la espalda con enojo. 

"¿Eh? ¿Y ahora qué pasó?" 

No supe cómo reaccionar, por lo que me vi forzado a frenar, y decidí preguntar directamente. 

—Alia, ¿estás bien? —pregunté. 

—¡¿Cómo voy a estar bien?! —respondió Alia, sin ocultar su irritación—. ¡Esto era solo una práctica, no era real, no había razón para destruir mis flechas! 

"Oh… Cierto, mi error. Creo que me emocioné de más durante el encuentro.” 

—Sí, me disculpo por eso, te prometo que te conseguiré unas nuevas. 

—¡Con puntas de acero! —exigió. 

—¿Qué? Pero si las tuyas eran… 

—¡¡Acero!! 

—Bien, bien, serán con punta de acero. 

"Que niña tan mandona." 

Mientras me quejaba internamente, recordé lo sucedido durante nuestra práctica, y no dudé en preguntarle a Alia al respecto. 

—Alia, casi lo olvido. ¿Como hiciste que tus flechas cambiaran de dirección? 

—Sí… fue extraño —respondió un poco confundida—. Solo trataba de disparar una de mis flechas, pero cuando fijé un punto, un círculo rojo apareció, y la flecha comenzó a seguir el círculo aunque se moviera. 

“Eso me recuerda a un misil teledirigido. Jamás he visto uno en la vida real, pero conozco de su existencia y capacidades. Esto debe ser algo parecido.” 

—Parece que de eso se trata tu habilidad única, Alia —la felicité, dándole una palmadita en la cabeza—. La práctica estuvo entretenida, además, si tus flechas tuvieran punta de acero, podrías haberme hecho una herida profunda. 

Charlamos un poco después de eso, donde los felicité a ambos por su gran desempeño como equipo, y aproveché para darles algunos consejos sobre el uso de sus habilidades únicas. 

Me habían tomado por sorpresa en más de una ocasión, y si seguían practicando, es posible que algún día sean capaces de obligarme a dar el máximo contra ellos. 

Me sentí extraño al pensar en la posibilidad de hallar rivales poderosos como ellos, pero no dejé que aquel sentimiento me molestara. 

……… 

…… 

… 

Regresé a mi casa después de la práctica con los chicos. El sol aún brillaba en el cielo, siendo alrededor de las tres de la tarde, y cuando me di la oportunidad de relajarme, sentí todo el agotamiento mental que sufrí en un mismo día. 

No había nadie en el primer piso, por lo que decidí subir directamente a mi habitación, dispuesto a tomar una siesta. 

Pero en el momento en que ingresé, terminé encontrándome cara a cara con las chicas, quienes habían estado teniendo una conversación. 

Se detuvieron de inmediato en cuanto me vieron, y yo simplemente alcancé a darles un pequeño saludo, sin las energías suficientes para lucir emocionado. 

Mi actitud fue verdaderamente extraña para ellas, por lo que decidieron caminar hacia mí, guiándome hacia la cama. 

Me quité los zapatos antes de subir, y las chicas acabaron haciendo lo mismo, acostándose conmigo como lo hacían en el pasado. 

Juna a mi izquierda, Yuuki a mi derecha, y Lilia directamente sobre mi pecho. Aquello era un abrazo grupal bastante extraño, pero a la vez muy reconfortante. 

Nos mantuvimos en silencio por unos cuantos segundos, simplemente disfrutando de la buena compañía, hasta que las chicas decidieron que era el momento de iniciar las conversaciones. 

—¿Te sientes bien? —preguntó Yuuki, con un ligero toque de preocupación en su voz. 

—Sí, estoy bien —respondí, sin hacer ningún movimiento—, es solo que… creo que tuve demasiadas cosas que asimilar en un solo día. Siento que mis pensamientos están revueltos. 

—¿Necesitas que hagamos algo por ti? —preguntó Lilia. 

—No realmente… —respondí, cerrando mis ojos con lentitud—. Quizás descansar un poco me ayude a aclarar mi mente. 

—En ese caso, nos gustaría poder acompañarte… —comentó Juna, tomando mi mano tiernamente. 

—Verlas todos los días es algo maravilloso, pero tenerlas cerca es totalmente tranquilizador, ya que su sola presencia llena mi alma de una paz absoluta. Gracias, chicas. 

Un ligero rubor apareció en el rostro de las tres, seguido de una pequeña sonrisa de satisfacción. 

Siguiendo aquel patrón de alegría, Yuuki decidió hacer una pregunta fijada en el futuro. 

—¿Qué planeas hacer ahora? 

—La respuesta es sencilla —dije, volviendo a abrir los ojos—. A partir de mañana, comenzaré los preparativos para iniciar mi nación. Aún somos pocos habitantes comparados con otras naciones, pero sé que estamos listos, y contamos con el respaldo de otras naciones que nos trataran como iguales. Este es el momento adecuado. Es momento de abrir las puertas de Silon al mundo. 

Las chicas me miraron con asombro, como si observaran algo maravilloso en mi rostro, o para ser más exactos, en mis ojos. 

—Regresó… —murmuró Lilia, con una expresión de alivio. 

—¿A qué te refieres? —pregunté. 

—A esa hermosa luz en tus ojos cuando deseas algo de todo corazón —respondió Lilia, con sonrisa cautivadora—. La tenías el día que me salvaste de Halcón. 

—La tenías cuando me hablaste para que dejara de odiar mi vida —comentó Yuuki. 

—Y también la tenías el día que fuiste a Kala a rescatarme —agregó Juna—. Esa es la luz que queremos ver en tus ojos, siempre. 

—Así ee —afirmó Lilia, y agregó—. Por cierto, tu madre nos dijo la fecha de tu cumpleaños, y ya hemos decidido qué darte como regalo, pero si lo quieres, tendrás que esperar. Espero que eso mantenga esa luz en tus ojos algún tiempo más, ufufu. 

Me fue imposible contener las ganas de sonreír, dejando salir una risa ligeramente avergonzada. 

—Ustedes enserio saben como levantarme el ánimo —afirmé, con una enorme sonrisa—. Me atrevería a decir muchas cosas sobre ustedes, pero es complicado hallar las palabras correctas para hacerlo, sobre todo, cuando se trata de lo que siento en verdad en mi corazón. Las amo, mis reinas. 

—Y nosotras a ti, mi rey —respondieron al unísono, en un tono alegre. 

“Prepárate, mundo, porque seré yo, quien haga un cambió en tus reglas. 

“Seré yo quien destruya el orden natural de este nuevo mundo, y lo llevaré hacia mi ideal, para darles el mejor futuro posible a los que amo.” 

“El nacimiento de mi nación, será algo inevitable.” 
 



#5454 en Otros
#652 en Aventura
#4709 en Fantasía
#1027 en Magia

En el texto hay: drama y humor, accion y aventuras, magia y romance

Editado: 13.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.