He aquí largas horas, días, eones en tan solo segundos. Hubo sol y luna, agua y arena, ilusión y su ausencia, esperanza y su eterna condena hacia la miseria... pero aún hay amor, dicha, sueños, deseo, y eso nunca se fue.
"A veces creo verte navegando hacia mí... con tu mirada llena de gracia, llena de mí, pero simplemente te alejas al ocaso al caer la noche..."
"Diez días han pasado desde mi partida... ¿o quizás once?... ¿doce?... es difícil saberlo con tanta prisa, tanta ilusión... desvelo..."
Aún sin saberlo, sin siquiera mirar lo que debió, encaminó su mirada hacia la esperanza de llegar.
"Contaminado de sueños cada vez menos sólidos creí ver arena, pero la noche no me dejaba comprobarlo. Hoy la luna se toma un descanso, ni siquiera aquellos millones de estrellas me miran... se cansaron de mí... ¿Voy a lograrlo?"
"He aquí Yo, esperándote, aquí, en la costa del silencio, esa que ha callado tantos gritos desesperados de frío, hambre, temor y susurros de aquella dama de mis sueños. Aún puedo verte... el momento se acerca... ¿Será real esta pesadilla? ¿Esperar tanto para seguir viendo incertidumbre anhelada de certezas? Cada día oigo más cerca su voz. Está aquí... acechándome entre las sombras, susurrándome silencios escritos con sangre de mi sangre hecha cenizas, tintando las lágrimas que ésta pluma toma para llorar versos jamás escritos... desespero en la espera de verte llegar a mis brazos."
Y así, cada vez más cerca de cumplir su sueño, cae rendido en su balsa de mala muerte, casi hecha trizas por el fuerte oleaje, con el rostro ardiente debido al fuerte y helado viento que el mar le arroja. Un par de días después despierta por un resplandeciente sol de madrugada, pero cae nuevamente, bien debilitado por su arriesgado viaje, del cual no sabe si regresará o llegará a destino.
Ella, casi cansada de su agónica espera, pudiendo ser eterna, sin final aparente... ella se levanta de su letargo de arena fría y esperanza infinita.
Moviendo arena con sus pies descalzos, helados y débiles, sube al mirador buscando aquella mirada que la ayude a seguir esperando a su amor.
En un momento de guardias bajas, se desmaya en un banco, queda recostada como si fuese adrede, alguien la despierta, pero ella no tiene aún consciencia y recae. Tras varios intentos, ella finalmente comienza a recobrar el conocimiento, pe4o ya no se encuentra en la playa, sino en su cama, aunque no sabe cómo llegó allí.
"¿Te encuentra bien? - una voz interrumpe el silencio.
"¿Quién es? - preguntó ella asombrada de tener contacto con alguien.
"No te preocupes, tú me conoces bien, simplemente ya no estoy presa en tus sueños, tu desmayo en aquella espera efímera me dio oportunidad de escapar."
"Creí que eras invención de mi propia voluntad reprimida."
"Así es, soy la que tú creaste, pero, sin saberlo, sin quererlo, sin siquiera sentirlo, me diste vida, de ese deseo reprimido fui absorbiendo tu esencia, tu fuerza vital, pero aquella 'mirada' como tú la llamas ralentizó mi egreso."
"¿Entonces fue mi propia vida la que me quitó mi vida?"
"¡No! Eso fue simplemente tu deseo inconsciente de morir ahogada en desdichada soledad, yo sólo aproveché la ocasión para entrar en este plano."
Mientras la joven lucha consigo misma viéndose a la cara, una pequeña balsa de mala muerte llega a la playa, pero aún no se puede ver nada más que oscuridad, espuma y niebla...