House M.D: Todos Mienten

Capítulo 4: Requiem para un virus

HOSTAL "TÚ Y YO", CINCINNATI, OHIO (ACTUALIDAD)


 

- ¡Aún me cuesta creer que Cuddy y tú se conocieran desde hace tanto tiempo! - exclamó Wilson - diablos Greg, ella...

- No hablemos de la Cuddy del presente, concentrémonos en la post adolescente de la historia - respondió House mirando por la ventana.

- Nunca te lo había dicho - señaló Wilson mirando su vaso - pero aún estamos en contacto, si quisieras podría...

- ¡Basta James! yo...

Wilson levantó las manos señalando que estaba bien, que no continuaría con el tema, pero vio en la cara de su compañero que esto aún dolía.

- Concentrémonos en la Cuddy de la historia entonces, ¿esto fue antes o después de su aventura en la fiesta universitaria?

- Después, ella me evitaba como a la peste.

- En New Jersey también lo hacía, dios ¡hasta cuando estaban juntos solía hacerlo! - dijo Wilson riendo - y ¿te ayudó?

- No, no, no - dijo House moviendo el dedo índice en forma negativa - es tu turno de contarme tu parte.

- Pero tu historia está más interesante - dijo Wilson rezongando - además ya sabes lo importante, mi padre tenía un lado oscuro y mi madre se cansó hasta que decidió echarlo y buscarse a alguien más, ¿qué otra cosa necesitas saber?

- Sartre solía decir "El infierno está en los otros" - sonrió House aspirando su habano - y los datos que me has dado no son suficientes para entender el tuyo.

- Solo alguien tan dañado como tú podría estar de acuerdo en algo tan siniestro - respondió Wilson - necesitamos a los otros.

- Una penosa necesidad.

- El hombre es un animal social, todos necesitamos de los otros Greg - dijo Wilson con tristeza - me da pena y miedo por ti el día en que yo no esté, en serio...

- Yo me preocupo por ti, que eres el que se está muriendo - dijo House mirando por la ventana - yo en seis meses podré tomar lo que me quede de dinero e irme a donde me plazca.

- Eso espero amigo, no podré descansar si te viera solo en el camino de la autodestrucción...

- En la muerte no hay preocupaciones, solo se desaparece, así que tranquilo señor preocupón - dijo Gregory sonriendo - es lo único bueno que tiene.

- Yo iré con el creador House - dijo Wilson sonriendo - yo sé lo que opinas, pero este maldito Timoma me ha hecho volver encontrarme con ÉL.

- Vamos James, la vez que estuviste más cerca de la Religión fue en tu circuncisión - rio House - después de eso ha sido todo comunión con el cornudo, señor tres divorcios.

- Espero que algún día dejes atrás el sarcasmo y pesimismo y le des la oportunidad a creer, a tener fe en algo.

- La fe es creer sin ver y sin cuestionar, yo prefiero creer en lo real - dijo House sorbiendo su cerveza - por más que crea que al morir resucitaré en Narnia no lo hará real. Pero he cambiado, hoy no me siento con ganas de destruir esta religiosidad exprés que has desarrollado.

- Gracias...supongo...

- Pero volvamos a lo de tu padre - señaló House.

- ¿Qué quieres saber?

- Cuéntame sobre el lado oscuro de tu padre. Algo que lo ejemplifique.

- He encontrado la paz House - dijo Wilson - no quiero recordar algo como eso.

- Si no quieres recordarlo significa que tu paz consiste sólo en olvidar James - dijo House mirando a Wilson de reojo mientras fingía mirar por la ventana - ignorar no es superar.

- Idiota...

- Puedes llamarme como quieras, pero tengo razón - dijo House - te haré un favor dejándote sacar esto.

- ¿Por qué simplemente no puedes dejarlo pasar por favor?

Te diré porque - respondió House dejando su cerveza y apoyando sus manos en la barbilla - hemos recorrido medio país por él, es obvio que estás buscando reconciliarte con su recuerdo, y para eso debes dejar salir lo bueno y lo malo. Pero empecemos por lo malo que es más divertido.

- Eso no es...completamente...real.

- Soy muchas cosas en la vida, pero ser mentiroso no es una de ellas.

- Greg, te he visto mentir tantas veces que no existe un número que lo abarque - dijo Wilson riendo.

- ¡Pero eso no quita que lo que dije no sea verdad zopenco!

Wilson meditó un rato las palabras de su compañero. Era verdad que había iniciado un viaje pensado en su padre, y en el fondo el cerrar el ciclo con él era la idea ¿verdad?

- Está bien, supongo que pensar en él es el objetivo de este viaje. ¿Qué quieres saber?

- Cuéntame la primera vez que supiste que algo no andaba bien con tus padres - dijo House cruzando las piernas sentado en el marco de la ventana, movimiento que le hizo tomarse el muslo dañado.

Wilson miró el techo y suspiró mientras hacía memoria.

- Supongo que si tuviera que relatar una ocasión... sería una cena de aniversario cuando tenía diez años...

- Continúa - lo animó House.

- Había acompañado a mi madre durante todo el día. Era una fecha especial, así que la ayudé a elegir el vestido, obviamente el rojo de tirantes con el que mi padre siempre se tomaba el tiempo de piropearla, y me senté con ella a acompañarla mientras se maquillaba; se veía hermosa. Mis hermanos y yo quedamos al cuidado de una tía, nos encantaba quedarnos con ella porque nos dejaba desvelarnos hasta tarde viendo caricaturas. Cerca de la medianoche el sueño ya nos derrotaba, así que tía Ruth nos llevó a la cama y nos dormimos rendidos, a excepción mía que quería ver a mis padres llegar y sorprenderlos mostrándoles que podía trasnochar como un niño grande. Un grito ahogado de mi tía me asustó. Me levanté en silencio y caminé en puntillas hasta esconderme en el pasillo que daba hacia la sala, y ... - Wilson se llevó las manos a la cara intentando contener un suspiro.

House se levantó y tomó la botella de whisky y le sirvió un vaso a su amigo.

- Ahoga los rebuznos en esto y continúa.

- Que apoyo...



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En el texto hay: medicina, dr house, james wilson

Editado: 12.10.2020

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